OliviaDos semanas habían pasados, y aunque viva en la misma fortaleza que Enzo, me he encargado de no encontrarmelo ni por equivocación. Me sentía miserable y con una constante nostálgica al pensar siempre que él me creyó una traidora. No tenía mente para entender el por qué había llegado a esa conclusión si todo lo que había hecho en todo este tiempo es tratar de hacer las cosas bien para no ser un estorbo para él. Mi corazón estaba herido y aunque tratara de pensar en otras cosas, mi mente me seguía llevando a ese momento cuando miré a sus ojos carentes de esa familiaridad qué tanto me hacía sentir en casa. Sacudí la cabeza de lado a lado para salir de nuevo de esos sentimientos negros que me hacían sentirme débil. Los entrenamientos han dado frutos jugosos para mi personalidad, y aunque me sienta decepcionada de mi esposo no quiere decir que dejaré mis obligaciones de lado. Esta noche tenía que emprender un viaje a Roma en representación de la mafia Italiana, esta será mi pre
Enzo No mentiré y diré que no me duele la distancia. Lo hace y me siento como un maldito puberto, porque la extraño demasiado. Sé que la cagué de sobremanera y que no importa si le bajo el cielo, porque ella no me va a perdonar si yo no me pongo los pantalones y me disculpo. Llevo dos semanas así y ni sé cómo acercarme a ella, trato de darle su espacio y no asfixiarla pero no se me da muy bien eso de respetar sus límites. Sinceramente he cumplido su orden más por obligación, Salvatore me tiene vigilado y no me dejará acercarme a ella hasta que me ponga los pantalones y le pida perdón. —Recuerda a lo que ella va, no quiero a ningún imbécil rondandola —le exigí a Salvatore y él asistió. Lo que es Red y Salvatore se han mantenido de lado de mi mujer y por nada del mundo he podido acercarme a ella más de lo debido. Confío plenamente en ella y en todo lo
OliviaTenía una molestia en el pecho qué me hacía respirar con lentitud. Lo extraño más que a nada y me duele no poder estar cerca de él. Mi cuerpo extraña sus caricias y eso es algo que es inevitable sentir. Aprieto la tableta con mis manos y reprimo las ganas de llorar. No quiero alertar a mis guardaespaldas, no quiero que me traten como una princesa en apuros. Cuando la camioneta se detuvo salí de mis pensamientos y noté que habíamos llegado a la base, Alexa bajó antes que yo y Red abrió la puerta de mi lado ayudándome a bajar, sentía que me iba a partir la cara en cualquier momento por los tacones, pero están tan hermosos que no pude evitar ponérmelos. Subimos al Jet de mi esposo y nos pusimos cómodos para el viaje de una hora y media hasta Roma. Me quité los tacones y pedí una copa de vino para relajarme, Alexa se sentó frente a mi viendo su celular y yo tomé la tableta para seguir revisando ciertos puntos. Estaba nerviosa, pero bastante preparada. Él evento se trataba de u
Olivia Nos quedamos un par de horas en el evento para que no quedara entre dicho que la dama de la mafia solo hacia apariciones para hacer negocios.Me envolví en el tema de la recaudación y pude ver que habían muchas personas que no tenían nada que ver con el mundo criminal interesados en aportar un granito de arena para ese lado humilde del mundo, son seres humanos que también tienen derecho a una buena vida a pesar de no contar con todos los recursos.Me involucré en una que otra fundación para tener algo que hacer cuando llegara a casa, porque eso de solo estar en la habitación con Iskra y en la tarde entrenando con mis guardaespaldas me estaba llevando a la locura.Y como no tenía a Enzo cerca, me aburría muchísimo más.—Es un verdadero honor tenerla dentro de la función, Sra. Cavalli —me agradeció la señora Tyler, dueña de las organizaciones de recaudación más famosas del mundo entero.—El honor es mío, Sra. Tyler —resoond
Olivia—Respondeme reina mía —me instó a responderle.Pero no lo hice, estaba anonadada y asustada, pero nunca lo dejé de apuntar.—Solo necesito que me dejes en paz —dije con tono de súplica.De verdad que estaba cansada de ésto y preocupada por no tener escapatoria.—No voy a llevarte conmigo —hizo una estúpida pausa. —Por ahora, claro —me sonrió como sádico.—No me iré contigo jamás —le quité el seguro a la pistola y él subió las manos al aire con burla.Se creía muy listo si piensa que no soy capaz de dispararle ahora, antes lo hice pero no tenía el entrenamiento necesario, eso no pasará ahora, ésta vez sí contaba con buena puntería.—Eso déjaselo a tu querido padre —la burla en su voz me hizo tensarme. —Cuando tu querido marido lo deje en la calle vendrá hasta mi y hará lo posible para no ser un maldito pordiosero.Sus palabras hicieron que algunas lágrimas salieran de mis ojos, y él se acercó a tr
Olivia Todo esto estaba firmemente calculado, ellos sabían que vendría yo al evento, eso quiere decir que hay un infiltrado en mi organización, y los días de vida los tiene contado.Los dos hombres del ruso que quedaron cantaron como pajaritos, dejando en la calle a su maldito jefe y a la Bratva, su poca lealtad entre ellos da mucho de que hablar.Tenía una molestia y una preocupación alojada en mi pecho que me hacía procesar las cosas lentamente, primero mi pelea con Enzo, luego esta maldita trampa y después lo de Alexa. Y como si fuera poco, no sabía nada de mi marido.Ahora lo necesitaba más que a nadie y no lo tenía respaldandome.—Salvatore —lo llamé y él se acercó a mi para atender a mi llamado.Él suspiró y me miró fijo a los ojos. —Sé que me vas a preguntar por el capo, pero no sabemos nada de él. Es mejor llegar a la fortaleza y asegurarnos de que este ahí.Respiré entrecortadamente y solo asentí para evitar derrumbarme ahí.Luego de hacer una carnicería en la habitación par
OliviaCorrí a mi habitación como pude, solo quería llegar y desmayarme, no quería saber nada de nadie.Estaba decepcionada y cansada de toda esta mierda y si no me mantenía cuerda esto iba a poder conmigo.Apenas llegue, cerré con seguro la puerta principal y tropezándome con todo llegué a la sala que tenía en el ala. Me senté en el sofá y solté a llorar desconsoladamente mientras quitaba mis tacones y los tiraba sin cuidado por ahí.Sentía un dolor muy agudo en el pecho y no se trataba tanto de conseguirlo con esa mugrosa sirvienta, se trataba de lo que me pasó en Roma a manos del ruso, fui cruelmente engañada y usada a su conveniencia.Y de paso, hieren a mi guardaespaldas con una sustancia extraña y ni sabemos cómo le vaya a afectar esa herida y el veneno que tenía esa daga.Matar a los hombres del hotel y acribillar a la mitad de los empleados por lo que me pasó no va a resolver nada, en lo único que me he convertido es en una asesina sin fronteras, sé que tengo que hacerme temer
OliviaSentía el cuerpo pesado y la cabeza apunto de reventarme del dolor, aun conservaba mis ojos cerrados esperando que el dolor menguara un poco y me permitiera levantar de la cama.Estiré mi mano hasta el otro lado la cama y lo sentí frio y vacío, él se había ido y me había dejado otra vez. Sé que le dije que no lo quería cerca, pero mi corazón se llenó de calor cuando me saco de la ducha en sus fuertes brazos y me llevo a la cama para abrazarme hasta quedarme dormida luego de llorar desconsoladamente.Me removí y agudice mi oído para escuchar la fuerte brisa y el sonido de las olas, trayendo consigo el aroma a sal y lluvia. Mi habitación se había convertido en un lugar que había visto tanto amor como dolor, y ahora, en esa tarde nublada que logré enfocar con mi vista cansada a través del balcón los ecos del pasado parecían resonar más que nunca. Consideraba a Enzo como aquel ser que había llegado de improvisto a mi v