La vida y la muerte, la danza de nunca acabar, nadie se imagina que la vida puede ser arrebatada del cuerpo de un pequeño, que este tiene por sentado que el ciclo de la evolución humana debe ser completada con éxito, lo que choca con la realidad es saber que esto puede muchas veces solo ser una idea y algo grabado en los libros de anatomía y ciencia.La realidad se estrella en nuestras caras cuando entendemos que nada predice la muerte, que está siempre va dos pasos más allá de nosotros y era la primera vez que Hans lo estaba entendiendo, viendo desde la perspectiva que nunca imagino, ser el causante de que esta se acelerara en la vida de un pequeño niño que tan solo quería disfrutar de un momento en la gran pista.Cuando se enfrenta una realidad tan abrumadora, donde la mente no discierne ante la responsabilidad de la acción siempre duele, estaba ahí frente a aquellos dos seres que aún después de lo ocurrido le mostraban el respeto y la admiración que él había decidido tirar por la b
No había aún amanecido, cuando la cara de Hans se había quedado completamente en blanco, había intentado dormir y el sueño no lo alcanzaba, era algo obvio, pues lo que había presenciado y escuchado le estaba haciendo replantearse los valores a los que este había estado enseñado, había tanto por aprender y conocer, así que miro a su alrededor, tenía todos los lujos que pudiese un ser humano pedir, pero su vida era completamente vacía, estaba vacía y sin sentido, claro está que en ese momento estaba aprendiendo de aquella joven que estaba ahí en su habitación.— ¿Nada que Morfeo interrumpe tu vigilia? — le dijo está y él le sonrió.— Parece ser que no es un momento en el que quiero que me arrebate la lucidez — le contestó y ella se sentó mientras recogía su corto cabello, está vez un poco más largo de los que estaba acostumbrada.— A veces el insomnio es bueno, nos enseña cosas que nosotros nunca nos imaginamos aprender, espero que esté sea tu caso — le contesto y este le sonrió sincera
¡Texas! Nunca había pisado aquel territorio, sentía que está vez sería la experiencia más extraña que viviría al respecto, era obvio, pues iría de mediadora en una conversación en la que ella no tenía velas.— ¿Estás seguro de que quieres que te acompañe? — le preguntó mientras esperaban las maletas.— Más que seguro, quizás si no hay alguien con un criterio como el tuyo, todo se irá a la m****a y sé que papá no aceptara hablar conmigo, con nadie de hecho. — le contestó y esta tomó un poco de agua de su botella, necesitaba fuerzas, pues en unas horas lidiaría con una persona que nunca se imaginó o que iba a conocer, el padre de Hans, un hombre bastante complicado y con un carácter peor que el de su hijo. — No te pediría esto si no sintiese que es importante para mí, de que es extraño y no debería hacerlo, pero creo que si tu no estas no tendré más fuerzas para hacerlo, es algo que me da un poco de risa, pero es así, es lo que necesito, como si fueses una mediadora del caos — le dijo c
Estaba realmente nervioso, la casa de sus padres era realmente grande, Tania que iba en calidad de acompañante no pudo evitar mirar con asombro aquella entrada, ostentosa y llena de pinos verdes, jamás había visto arboles con un tono tan vivo, diría que serían de película Disney, pero ahí estaban frente a ella, creando un camino que daba justo en la entrada de una enorme casa en tono blanco.— ¡Joyita de casa que tienen tus padres, algo que ni en sueños! — le dijo esta, haciendo que Chaid riera un poco, nunca se había puesto a pensar en cómo se veía su casa, más bien la de sus padres.— ¡Señor Lancer, no os esperaba por aquí, es una alegría verle nuevamente! — le dijo el hombre que estaba en la entrada de la casa, el señor Goleman nunca había visto al joven en una fecha que no era estrictamente oficial, navidad o algún cumpleaños, donde la familia hacia una gran fiesta y eran ellos los anfitriones que la gran sociedad querían ver.— No puedo ser tan cuadrado siempre, Goleman, a veces
Aquella vez en la que estos decidieron ir a casa de los padres de Hans, tenían la certeza de que algo bueno ocurriría.Habían vivido algunas cosas que les iba acercando más, era claro que aquella relación no era una amistad y aunque ninguno de los dos le colocará título, sabían que estaba claro que sí eran más.— Solo habla con ellos con pausa — le sugirió Tania, ella no quería estar en medio de todo, de hecho quería marcharse, pero la insistencia del joven la tenía sentada en una sala de estar con la familia de este, esperando al jefe, su padre.Al cabo de unas horas de espera este llegó, su actitud prepotente no le dio buena pinta a Tania, más sin embargo se sentó en silencio a esperar.— ¿Ella es? — le preguntó a su hijo, ignorando le por completo, no era bueno con la educación, estaba muy claro.— Es Tania, mi físio — le contestó, en ese momento solo era personal de trabajo.— Vete de aquí — le grito y ella abrió los ojos con sorpresa, jamás se había imaginado tal reacción.— El p
Era extraño verle después de todo, de hecho había disfrutado la cena y aunque quiera negarlo, cuando estaba junto a él, todas sus barreras se derrumbaba.Siempre había sido una mujer fuerte, pero con él parecía flaquear.El ambiente era agradable, tomo una tostada y la unto con un poco de aquella crema que le parecía gustar de más, tomo aquel cuchillo de mesa y lo lamió descuidadamente, haciendo que Hans sonriera de forma nerviosa. — Estoy enamorada de ti — le confesó, mientras seguía concentrada en su tostada, llevaba tanto tiempo intentando callarlo, qué ahora le resultaba imposible. — Y yo de ti — respondió Hans, estaba claro que todo era mutuo y sabía que sin ella no se sentiría igual de bien, aquel sorbo de vino se sintió más caliente que el resto.El silencio en el lugar llego, era algo que no habían admitido nunca, cesta vez la sinceridad aplastó sus barreras y se sentía extraño, no quería que las cosas cambiaran y mucho menos, qué su trabajo se viese afectado.— ¿Ahora ya s
Estaba claro que Hans le había negado de la manera más estúpida, no tenía intención de tocar el tema.— Vamos por una copa — le dijo a su amiga en aquella llamada de decirse todo lo que les había pasado en aquel mes y sin más estas se reunieron en aquel lugar que siempre les gustaba, sabía que debía dar una clase, pero antes de eso se tomaría algo, tenía un nudo en la garganta.— ¿Estas bien? — le preguntó su amiga, estaba preocupada, sabía que cuando Tania llamaba era porque algo le estaba molestando.— Realmente no quiero hablar del tema, solo necesito una copa — le dijo mientras llamaba al mesero y este se acercaba con rapidez.El silencio siempre era bueno en algunos momentos donde no se podía explicar o sacar lo que se sentía, en silencio y con un apretón de manos se tomaron aquella copa, Tania aprecio aquello, aún no se sentía preparada para hablar. — Si duele, es mejor huir — susurro Jane antes de tomar su bolsa y marcharse, dejando a esta con una sonrisa amarga, pues por más
— Tuve un amor que quiso romperme una vez — susurro y escribio en su libreta, Tania había comenzado a escribir algunas frases que le identificaban en el momento dependiendo de cómo se sentía, escribía, una terapia que le estaba gustando y ayudando.Hans había decidido darle espacio y aunque moría por hablarle, sabía que pasaba algo.— ¿En que piensas? — pregunto Russol algo preocupado por su interesante y cansino amigo.— No es nada, después lo veré — dijo este mientras recogía sus cosas del gimnasio, esa tarde había pasado lo mismo, Tania estaba completamente seria y sin intención alguna de entablar una conversación más que la rutina del día.— Si hablas con ella quizás las cosas mejoren, no hay nada que una conversación no pueda arreglar — le dijo y este le miro rápidamente, no había contado nada de ella a nadie y el hecho de que su amigo lo supiera le dejaba un poco sorprendido.— No tienes nada que explicar, Tania es una mujer hermosa y excelente, un carácter bastante agradable y