Estaba realmente nervioso, la casa de sus padres era realmente grande, Tania que iba en calidad de acompañante no pudo evitar mirar con asombro aquella entrada, ostentosa y llena de pinos verdes, jamás había visto arboles con un tono tan vivo, diría que serían de película Disney, pero ahí estaban frente a ella, creando un camino que daba justo en la entrada de una enorme casa en tono blanco.— ¡Joyita de casa que tienen tus padres, algo que ni en sueños! — le dijo esta, haciendo que Chaid riera un poco, nunca se había puesto a pensar en cómo se veía su casa, más bien la de sus padres.— ¡Señor Lancer, no os esperaba por aquí, es una alegría verle nuevamente! — le dijo el hombre que estaba en la entrada de la casa, el señor Goleman nunca había visto al joven en una fecha que no era estrictamente oficial, navidad o algún cumpleaños, donde la familia hacia una gran fiesta y eran ellos los anfitriones que la gran sociedad querían ver.— No puedo ser tan cuadrado siempre, Goleman, a veces
Aquella vez en la que estos decidieron ir a casa de los padres de Hans, tenían la certeza de que algo bueno ocurriría.Habían vivido algunas cosas que les iba acercando más, era claro que aquella relación no era una amistad y aunque ninguno de los dos le colocará título, sabían que estaba claro que sí eran más.— Solo habla con ellos con pausa — le sugirió Tania, ella no quería estar en medio de todo, de hecho quería marcharse, pero la insistencia del joven la tenía sentada en una sala de estar con la familia de este, esperando al jefe, su padre.Al cabo de unas horas de espera este llegó, su actitud prepotente no le dio buena pinta a Tania, más sin embargo se sentó en silencio a esperar.— ¿Ella es? — le preguntó a su hijo, ignorando le por completo, no era bueno con la educación, estaba muy claro.— Es Tania, mi físio — le contestó, en ese momento solo era personal de trabajo.— Vete de aquí — le grito y ella abrió los ojos con sorpresa, jamás se había imaginado tal reacción.— El p
Era extraño verle después de todo, de hecho había disfrutado la cena y aunque quiera negarlo, cuando estaba junto a él, todas sus barreras se derrumbaba.Siempre había sido una mujer fuerte, pero con él parecía flaquear.El ambiente era agradable, tomo una tostada y la unto con un poco de aquella crema que le parecía gustar de más, tomo aquel cuchillo de mesa y lo lamió descuidadamente, haciendo que Hans sonriera de forma nerviosa. — Estoy enamorada de ti — le confesó, mientras seguía concentrada en su tostada, llevaba tanto tiempo intentando callarlo, qué ahora le resultaba imposible. — Y yo de ti — respondió Hans, estaba claro que todo era mutuo y sabía que sin ella no se sentiría igual de bien, aquel sorbo de vino se sintió más caliente que el resto.El silencio en el lugar llego, era algo que no habían admitido nunca, cesta vez la sinceridad aplastó sus barreras y se sentía extraño, no quería que las cosas cambiaran y mucho menos, qué su trabajo se viese afectado.— ¿Ahora ya s
Estaba claro que Hans le había negado de la manera más estúpida, no tenía intención de tocar el tema.— Vamos por una copa — le dijo a su amiga en aquella llamada de decirse todo lo que les había pasado en aquel mes y sin más estas se reunieron en aquel lugar que siempre les gustaba, sabía que debía dar una clase, pero antes de eso se tomaría algo, tenía un nudo en la garganta.— ¿Estas bien? — le preguntó su amiga, estaba preocupada, sabía que cuando Tania llamaba era porque algo le estaba molestando.— Realmente no quiero hablar del tema, solo necesito una copa — le dijo mientras llamaba al mesero y este se acercaba con rapidez.El silencio siempre era bueno en algunos momentos donde no se podía explicar o sacar lo que se sentía, en silencio y con un apretón de manos se tomaron aquella copa, Tania aprecio aquello, aún no se sentía preparada para hablar. — Si duele, es mejor huir — susurro Jane antes de tomar su bolsa y marcharse, dejando a esta con una sonrisa amarga, pues por más
— Tuve un amor que quiso romperme una vez — susurro y escribio en su libreta, Tania había comenzado a escribir algunas frases que le identificaban en el momento dependiendo de cómo se sentía, escribía, una terapia que le estaba gustando y ayudando.Hans había decidido darle espacio y aunque moría por hablarle, sabía que pasaba algo.— ¿En que piensas? — pregunto Russol algo preocupado por su interesante y cansino amigo.— No es nada, después lo veré — dijo este mientras recogía sus cosas del gimnasio, esa tarde había pasado lo mismo, Tania estaba completamente seria y sin intención alguna de entablar una conversación más que la rutina del día.— Si hablas con ella quizás las cosas mejoren, no hay nada que una conversación no pueda arreglar — le dijo y este le miro rápidamente, no había contado nada de ella a nadie y el hecho de que su amigo lo supiera le dejaba un poco sorprendido.— No tienes nada que explicar, Tania es una mujer hermosa y excelente, un carácter bastante agradable y
CAPÍTULO 70Tania llevaba muchos años sin tener una relación sería, la última había sido un total fracaso, dependencia emocional, violencia psicológica y un sin fin de situaciones que no quería volver a repetir. Aun con el miedo latiendo en su corazón decidió darse una nueva oportunidad, quizás será diferente, sería mucho mejor que la anterior y eso era algo que averiguaria con el tiempo. — ¿Quiere decir que ya están juntos? — preguntó Ángel, este le había visto llegar con una sonrisa de oreja a oreja, era consciente de que la única persona que lograba eso en ella era Hans.— Hemos decidido intentarlo, quizás sea diferente — contestó ella, esta vez sonaba mucho más segura de él, estaba poniendo toda su confianza en él. así pasaron los días para la pareja, la relación se iba consolidando día a día, era diferente a todas, la conexión con ella era algo a lo que jamás había estado acostumbrado y le agradaba.— Odio estas por los cielos, siento que esto va a caer y quedaré tirado en al
Tania no podía negar que aquella situación le causaba gran temor, pensaba que este iba a actuar de la misma forma anterior, aunque sabía que el cambio era abismal, no podía confiar al 100 por ciento, aquella reacción le estaba quitado todas las dudas que había tenido.— ¿Estás bien? — le pregunto después de ver que el silencio en aquella camioneta era bastante estresante, tenía miedo de que para ella hubiese sido mucho por procesar. —Sé que mi mundo es complicado, no espero que te adaptes o lo entiendas, solo quiero saber que esto no nos va a separar — le dijo él con rapidez mientras manejaba directo al centro de acondicionamiento. — No es nada de eso, solo que es bastante intimidante, pero gracias por estar a mi lado y no dejarme a un lado —le respondió mientras ponía su pequeña mano sobre la de él. Aquella suavidad siempre le hacía sonreír, ella era todo lo que estaba bien, le amaba. Entras al centro bajo la atenta mirada de todos, era bastante para Tania, sus manos sudaban, per
— El típico cuento de la bella y la bestia, quizás en este caso para los medios la bestia sea yo — susurro Tania, mientras acomodaba su almohada, Hans ya se había ido a casa, pero todo lo acontecido la tenía pensativa, quizás una ducha fría la hiciese olvidar el tema. En el espejo del baño miró su reflejo, es que realmente no veía nada mal en el, le gustaba lo que estaba viendo, su silueta se le hacía linda, sus piernas eran grandes y bastante tonificadas, su rostro también le gustaba, e invertía un buen de dinero para que su piel estuviese perfecta.Habían días en las que se miraba y comenzaba a reafirmar su cariño hacia sí misma, es que era bastante difícil lidiar con todo lo que escuchaba en las redes, habían comenzado a escribirle múltiples clínicas estéticas ofreciendole infinidades de procedimientos para que dejara aquellos kilos de más.— ¿Qué haces? — preguntó la madre de Tania, ese domingo le había notado realmente preocupada, la veía todo el tiempo en el teléfono y estaba e