Por fin después de detenerse muchas veces estaban en aquel evento, era tan necesario para ellos estar en aquel lugar a tiempo, era buena carta de presentación hacerlo.— ¿Nervioso? — le pregunto ella al ver su rostro serio, estaba tomando el agarre de su caminador de una forma apretada.— No lo sé, es la primera vez en un año y medio que no vengo a este evento, no sé cómo me recibirán, he sido un idiota en todo este tiempo y creo que ellos lo saben, así que espero lo peor de hecho; Tania al escuchar aquellas palabras, puso sus manos en el rostro de Hans y lo hizo mirarle a los ojos.— Tranquilo, todo estará bien — le dijo y este se quedó mirándole fijamente, no esperaba que esta le dijera aquello, la sensación de sus manos era agradable.— Hueles a fresas — le dijo y esta sonrió, no sabía que ese era el olor de su perfume.— No lo sabía, así que huelo a fresas, ¡pensé que era a Jazmín! — le contesto y este sonrío.— No, no me refiero a tu perfume, me refiero a ti, hueles a fresas dulc
Tania estaba huyendo, era lo que hacía, sabía que estaba mal, pues no tenía por qué hacerlo, ella no había sido la culpable de aquel beso, aunque así lo pensara.— ¿Qué haces aquí? — preguntó Jane, no la esperaba y tenía planes para su fin de semana.— Vine de visita — dijo con seriedad, sabía que cuando su amiga tenía aquella actitud, era porque estaba algo ocupada.— ¿Mal momento? — preguntó y esta sonrió nerviosa, en silencio, escucho la voz de un hombre, sabía quién era, aquel acento argentino lo podía reconocer a kilómetros.— ¡Amiga, no me culpes, la carne es débil! — dijo haciendo que esta riera, sin más, se despidió, su amiga lo agradeció y se marchó, pagaría un hotel, un spa y un rato de tranquilidad no le vendrían mal, estaba tentada a ir a la casa de sus padres, pero sabía que era la peor idea de todas, no la dejarían sin sacarle a algunas cosas sobre su trabajo y era de lo que menos sentía ganas de hablar, quería deje el tema para otro momento.— ¡seremos solo tú y yo! — l
La atracción, impredecible, indeleble, esta parecía ser rebelde y decidir sobre todos.Hans estaba concentrado en ella, en sus expresiones, su risa y aquellos ojos, estaba midiéndola sin querer, era algo que no se imaginaba hacer, pero ahí estaba, mirándole como un idiota.— Arrugas la nariz cuando hablas, lo haces también con la comida, si te parece feo y no lo quieres — le dijo él mientras tomaba un poco de vino.— ¿Desde cuando eres tan observador? — pregunto, su cuerpo parecía hacerle quedar mal y sus mejillas se tintaron de un rosa bastante fuerte.— También te sonrojas cuando alguien habla de ti, hasta tu mentón y la punta de tu nariz se coloca totalmente roja — le dijo y ella comenzó a toser, estaba en una situación extraña, no se le olvidaba que aquel hombre era su jefe y parecía estar muy interesado en ella y sus reacciones.— No me gusta que me reparen tanto, es incómodo — le contestó dejando su comida a un lado.— Solo admiro algo que me resulta tierno, no soy un hombre muy
Exponerse ante alguien, implicaba cierto grado de vulnerabilidad, Tania lo sabía, no estaba nada acostumbrada a eso, pero esa noche estaba dispuesta a dejar de lado sus miedos y disfrutar.— ¿Estás segura? — preguntó Hans al ver que su mano sudaba.— Si, solo estoy nerviosa — dijo mientras esperaban el ascensor.— Trataré de hacer que te sientas en paz — dijo esta y se quedó mirándole con una sonrisa, las puertas se abrieron y entraron, estaban en un piso alto, así que Hans se colocó tras de ella y la rodeo con sus brazos.— Hueles a fresas — dijo mientras se agachaba un poco y afectaba su nariz a su cuello.— ¡Siempre dices aquello, es como si de obsesionarse ese olor! — contestó casi en un susurro.— No sé qué decirte, tu olor puede obsesionar a cualquiera Tania — le contestó a su oído, haciendo que esta se erizara.Aquel momento había quedado en ellos, se quedaron un rato mirándose.— ¿A la tuya o a la mía? — preguntó el mientras acariciaba su cabello, el caminado era un estorbo y
Después de algunas cervezas, las mujeres comenzaron a hablar sobre lo que ella quería ignorar, parecía ser que esto la perseguía y sabía que aunque no quisiera, el tema se tocaría.— El señor llegó rápido y se marchó, la joven que le acompañaba era algo odiosa, ¡me ha mirado hasta mal! — dijo esta y Tania trato de disimular un poco su decepción, no sabía que estaría con alguien más tan solo a horas de haber estado con ella.— ¿Estás bien? Estás un poco pensativa — le dijo esta, había cierta confianza entre ellas para hablar y decir ese tipo de comentarios.— Si, únicamente estoy un poco cansada, he estado haciendo un viaje un poco largo — le dijo tratando de dejar aquel cuestión atrás.— Si, está bien, ¡tomate esto y es bendito! Te ayudará a levantarte, es algo que mi hermana me daba — contó esta entre risas y un poco de tristeza.Magda había llegado a Estados Unidos a causa de las pocas oportunidades, había dejado toda su familia allá y al amor de su vida.— ¿Los extrañas? — le pregu
— Deberíamos de darnos unas vacaciones, los invito — dijo Michel y estos aceptaron, Tania sabía que Hans no regresaría en esa semana, así que tampoco se negó.— He escuchado cosas muy buenas sobre su recuperación, ¿cómo lo llevas? — preguntó su hermano cuando sus padres se habían ido por sus cosas.— Bien, pensé que iba a ser más difícil, pero me di cuenta de que solo necesitaba a alguien con carácter, está acostumbrado a hacer lo que le plazca, pero conmigo no funciona así, eso ayudó — le contó, en su entorno laboral lo era, pero en su vida privada, era una idiota, que no había podido superar una prueba tan simple, ¡No acostarse con el jefe!.La comunicación en familia era bastante agradable, Tania estaba segura de que disfrutaría y el mar siempre ayudaba a recargarse.Conocía la ciudad a la perfección, gracias a su hermano, este tenía una casa en la playa, donde a veces hacia grandes fiestas, estos eran muy diferentes, se querían y se complementaba a su manera.Después de pelear por
¡Un animal en su casa!Una de las cosas que más odiaba Hans, era de cuidar de alguien más que no fuese el mismo, era algo incómodo temer que lidiar ahora con un pequeño gato, solo lloraba, aquella noche le había permitido a Tania que lo dejara en casa, no era un desalmado como esta le había dicho, no lo tiraría a la calle.— Es hora de que hagamos algo con este pequeño — dijo mientras estaban en la clase, habían pasado dos días desde que ella había vuelto, tenía una sensación extraña, Tania no había dicho nada de lo ocurrido, no había preguntado por su ausencia, en cierta manera, no le gustaba, quería su atención, pero sería ilógico solicitarle aquello.— ¿Qué quieres decir con eso? — le preguntó ella, estaba nerviosa de tener que tocarlo nuevamente, sabía que debía ser profesional, pero era extraño haber compartido más que unos besos con su paciente.— Necesita un hogar, yo no puedo criarlo y no me gustan los animales en mi casa — dijo con seriedad, más al notar que esta apretaba más
Tania la estaba pasando mal, no quería decir nada sobre lo que había pasado, esa mañana después de haberse cuestionado todo, decidió que era momento de dejar atrás lo sucedido con Hans, su amiga le había pedido que buscará otras opciones, quizás también le ayudaría a olvidar aquello.Las redes sociales eran un arma de doble filo, hace mucho las utilizaba de manera incorrecta, se había hecho pasar por otra persona solo por miedo a que lo que era ella no gustara.Miró fijamente la app y se quedó analizando todo, ¿Sería correcto volver? Pensaba, sin más desecho la idea, no era una muy buena de hecho.— ¡Hora de trabajar! — dijo a su pequeño Chimuelo, después de la práctica, estaría en el veterinario, necesitaba hacerle algunos chequeo a su hija adoptiva.— ¿Tiene que estar presente? — preguntó Hans, estaba molesto de tener que compartir su tiempo con aquel pequeño animal.— ¿Tenés que mirarle así siempre? — preguntó esta con cierta indignación.— No, pero es que siempre la piensas traer