Mientras Sophie se evadía de la fiesta observando la playa en uno de los balcones. Una voz familiar la interrumpió, llamándola por su nombre y haciendo que se girara rápidamente para ver quién era aquella mujer que la conocía. El frío la invadió al encontrarse cara a cara con un fantasma del pasado, una de sus antiguas compañeras del internado, pero en este caso era más bien la chica que le había hecho la vida imposible durante el tiempo en el que debió permanecer ahí.—Vaya, vaya, si es la pequeña Sophie —dijo la chica caminando hasta donde ella estaba y mirándola de arriba a abajo sin ningún reparo, analizando el vestido que llevaba y algo molesta porque le sentara tan bien.— Si me permites debo ir a…— Sophie intentó evitarla y salir del balcón para volver al salón, pero la otra chica se lo impidió bloqueándole el paso.— Nunca esperé verte en un lugar como este. ¿Qué haces aquí, intentando robar algo... o a alguien?Siguió la otra chica burlona, negando con la cabeza porque no se
Los ojos de esa mujer no se apartaban de Sophie, era como si la estuviera analizando exhaustivamente de un modo que la estaba incomodando. — Ahora ella es mi esposa — Respondió Michael haciendo que la mujer dejara de observarla y desviara rápidamente la vista al hombre con la mirada cargada de sorpresa.Abrió la boca, parecía que iba a hablar y la volvió a cerrar, como si quisiera decir muchas cosas pero intentara pensar la mejor manera de hacerlo.—Después de todos estos años, todavía no puedes olvidarla —murmuró al fin, la voz de esa mujer era triste, casi parecía un reproche, o tal vez solo era la impresión que daba, lo que estaba claro es que había muchísimo más tras esas palabras.Michael apretó ligeramente más a Sophie contra él de forma protectora, como si por un instante temiera que se la quitaran, o simplemente quisiera dejar claro que era suya y nadie se la arrebataría.De algún modo ella se sintió molesta, no podía expresar muy bien cuáles eran sus emociones y mucho menos
Sophie se quedó inmóvil por un momento, sin saber qué hacer. Por un lado, deseaba empujar a Michael, apartarlo y correr lo más lejos posible de él y de todo lo que representaba. Pero, al mismo tiempo, su cuerpo anhelaba estar más cerca de él. Casi sin darse cuenta, pasó los brazos tras el cuello del hombre, abrazándolo, mientras Michael, ya sin dudas, rodeó su cintura y la pegó a su cuerpo.La lengua del hombre se abrió camino entre los labios de la mujer y ella correspondió al beso, dejó que invadiera su boca y se entregó a ese beso, era incapaz de pensar, solo sentir y lo sentía a él, sentía su boca, sentía la necesidad de seguir siendo besada por él.— Sophie…— dijo él, casi en un susurro contra la boca de su joven esposa, sin soltarla, sin dejarla apartarse, mirándola a los ojos.El corazón de la chica latía salvajemente, mientras su pecho subía y bajaba a causa de la respiración acelerada, sus manos resbalaron por el pecho del hombre y tuvo que usar toda su fuerza de voluntad
— Cuando te vi a punto de casarte con otro hombre… sentí algo que me es imposible describir o explicar. — hablaba mientras se deshacía de su ropa a medida que bajaba por su cuello saboreando su piel.Ella se apoyó sobre los codos observando como Michael reptaba por su cuerpo mientras lo mantenía ceñido entre sus piernas, aún en la misma posición, acariciandolo intentando deshacerse de su ropa y de la de él.— Bésame... — pidió Sophie inclinándose hacia él. — Bésame.Él se alzó de nuevo para besarla y darle lo que pedía, aún así sus manos seguían desnudándola hasta dejarla en ropa interior. Levantó la mirada y la observó, esos labios enrojecidos por los besos, la forma en que subía y bajaba su pecho al respirar, todo en ella lo provocaba.— Eres mía Sophie, me perteneces.Bajó por su escote mientras llevaba una mano tras su espalda y le desabrochaba el sujetador dejando sus pechos expuestos, incapaz de resistirse a tomar uno de sus pezones entre los labios y succionar con delicadeza.S
— Soy tuya, por entero... — susurró abrazándolo, en ese momento así se sentía, no pensaba, solo se dejaba llevar, nada dolía solo sentía placer en ese instante, de nuevo manteniendo la espalda aún arqueada ofreciéndose por entero a él.Las caderas de Michael no podían detenerse, era incapaz de dejar de reclamarla, era suya y se lo hacía saber con todo su cuerpo, con su piel, con la inmensa necesidad que lo recorría por sentirla suya.Levantó la vista para mirarla a los ojos invadiendo nuevamente su boca en un beso desesperado, no quería perderla, no había nada que pudiera alejarlo de ella.— Sophie... Hazlo Casi gruñó con posesividad inclinándose para saborear su boca, sabiendo que no podía aguantar mucho más, sintiendo como lo apretaba, como si reclamara ser llenada de él. Ese beso era todo lo que la chica necesitaba para estallar en un orgasmo que lo atravesó todo, gimiendo su nombre, dejando solo su cuerpo entregada por completo a las sensaciones que la recorrían.— Sophie— él in
Sophie estaba preocupada. Quería hablar con su amiga sobre su difícil situación. Había estado buscando a Emma por toda la mansión sin éxito.Cuando ya no la encontraba por ningún lugar salió al jardín y caminó hasta el garaje donde se guardaban los coches para rogarle al chófer que la llevara a la oficina de Michael.Quería saber dónde estaba Emma y, aún más, quería preguntarle ¿qué pasará con su relación después de esa noche?—Por favor, más rápido —pidió Sophie al conductor para que se apresurara a llegar había algo que la preocupaba, sentía una presión en el pecho que no era capaz de explicar.Al llegar, Sophie salió del auto y corrió hacia la oficina de Michael. Empujó la puerta sin pensarlo, esperando encontrar alguna pista sobre el paradero de Emma. En su lugar, se encontró con algo que no esperaba ver Michael y Laura en una posición comprometedora, él inclinado sobre ella mientras parecía estar desnudándola.Un escalofrío helado viajó por su espina dorsal, los ojos le empeza
Sophie, aún escondida detrás de la cortina, no podía apartar la mirada de aquél retrato.La mujer era idéntica a ella, pero lo que realmente la dejó con él corazón palpitando tan fuerte que parecía que en cualquier momento se saldría de su pecho y sin aliento, fue el nombre escrito en una placa en el marco del cuadro: " Marie". Ese era el nombre de su madre y, por si tenía alguna duda, la misma mujer del retrato llevaba puestos esos pendientes de corazones rojos que recordaba de su infancia y siempre había querido tener.Sophie, caminó hasta el cuadro como atraída por esa imagen, como hipnotizada por aquella mujer, tan igual a ella, que parecía observarla desde el lienzo. La realidad de la situación la golpeó recordando las palabras que Laura había dicho en aquella fiesta.“Después de todos estos años, todavía no puedes olvidarla”Hablaba de ella, ¿Michael estaba enamorado de su madre?¿Por eso la había adoptado con la intención de que se convirtiera en su sustituta al crecer?Aquel
Pasaron varias semanas, Sophie apenas comía y su sonrisa había desaparecido de su rostro.El CEO Michael se iba muy pronto en la mañana y volvía muy tarde, nunca apareció y toda la villa estaba extremadamente silenciosa.— Sophie, por favor come más, estás demasiado delgada y me estoy preocupando.— Lo siento Emma, si no fuera por mí quizás habrías empezado una nueva vida.Sophie quería volver a llorar mientras hablaba, sentía que últimamente no podía controlar sus emociones y no tenía apetito.— Tranquila, por lo menos yo estoy a tu lado… Mmmm... Hoy hace buen tiempo y vamos a pasear fuera. ¿Qué te parece?Sophie asintió, ella quería olvidar a ese hombre.Mientras paseaban por los extensos jardines de la propiedad, Emma intentó consolar a Sophie, aunque ella misma estaba lidiando con sus propios problemas.Robert las observaba sentado en una de las sillas del jardín, dándoles su espacio y sin sacarles la mirada de encima, el jefe había dejado muy claro que debía vigilarlas todo el t