Capítulo 247
María, con una sonrisa en los labios, le dijo a Ana: —¡Ve a buscarlo ya!

Mario se encontraba en el patio central del edificio, de pie frente a un ventanal azul, fumando en silencio. Ese día se había vestido con especial cuidado: una camisa de órgano blanca como la nieve, cubierta por un traje de terciopelo de seda hecho a medida, que le daba un aire de distinción... Sin embargo, la forma en que fumaba, revelaba un aire de desolación. Llevaba ya media hora allí.

Al llegar, había visto en la entrada dos filas de canastas de flores celebratorias.

Una en particular llamó su atención: un ramillete de begonias, difícil de conseguir en esa época del año. Vio la tarjeta: ¡David!

Ana debió haberlo apreciado mucho, pues lo colocó en un lugar destacado.

Sin embargo, los ocho arreglos florales que él, como esposo de Ana, había enviado con tanto esmero, yacían relegados a un lado...

Mario decidió no entrar.

Mientras fumaba, no podía evitar pensar: «¿Ana rechazó su compañía anoche porque se ha
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo