Capítulo 158
Ana vio a Mario y lo miró con serenidad.

Después de un momento, Mario llamó a Ana. Ella respondió y escuchó su voz fría: —Baja del coche.

Ana le habló con voz suave pero firme: —Mario, ya te dije que estamos separados. Con quién me relacione no es de tu incumbencia. No voy a alejarme de mis amigos por ti. Además, hoy es el cumpleaños de la madre de David, solo voy a cenar, no a tener un encuentro clandestino.

—Pero sabes que David te quiere— insistió Mario.

—¿Y qué? Cecilia también te quería a ti. ¿Evitaste verla?

Ana colgó el teléfono.

A través del cristal, Mario vio la humedad en sus ojos.

¿Era por mencionar a Cecilia? ¿Todavía le importaba?

David arrancó el coche, listo para avanzar. Solo tenía que pisar el acelerador y habría un choque. Los dos vehículos rozaron, creando un sonido agudo y desagradable.

Mario siempre había sido de temperamento fuerte, nunca cediendo ante nadie, y menos aún ante David.

Pero Ana estaba en ese coche. Temía que ella resultara herida.

El Bentley ne
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