GaelEl forastero me observa con preocupación y su semblante denota mucha aflicción. —Te ves muy mal, hijo.—He tenido mejores momentos —bromeo para aligerar el ambiente.—Ojalá pudiera ayudarte con información valiosa, pero estoy más perdido que tú en todo esto. Te he buscado por más de doce años, Gael. Yo admiraba mucho a tu padre y poder encontrarte me llena de satisfacción, aunque ya no queda una manada por gobernar porque somos los únicos sobrevivientes.»Aun así, podemos empezar una desde cero; sin embargo, verte en esta condición me da impotencia. ¿No recuerdas cómo desapareció el pendiente ese día?—No... Tengo recuerdos borrosos sobre lo que sucedió —respondo desanimado.Este hombre era mi última esperanza, puesto que él era uno de los lobos de confianza de mi padre. Cuando supe que era él quien estaba en esta cantina, la ilusión afloró dentro de mí, pero qué rápido se extinguió. No hay de otra que resignarme, de todas formas, ya no me queda mucho tiempo.—Ve a descansar. Po
Lo he hecho... He marcado a mi mate...Todo se torna borroso y mi cuerpo empieza a temblar, Gael también. De momento, veo que las manchas de su cuerpo desaparecen y su piel toma su color natural, asimismo, los músculos se le ensanchan.¡Está funcionando!—¡¿Qué diablos has hecho, Gia?! —Gael se levanta del piso hecho furia. Me quedo atónita ante su reacción, ya que se ve muy enojado—. ¡Tantos años de sacrificio se fueron a la borda por tu impulsividad! ¡¿Sabes lo que has hecho?! —Gael pone sus manos sobre mis hombros y me sacude con rudeza.—Te marqué...—Te has condenado. Tanto dolor, tanta abstinencia... Todo fue en vano. Vas a morir, Gia, ¿estás feliz ahora?Las lágrimas brotan de mis ojos y me recorren las mejillas. Sé lo que hice, nos di tiempo. No es justo que me trate así.—¡¿Qué pretendías que hiciera, Gael?! Estoy segura de que tú habrías hecho lo mismo si la situación hubiese sido al revés. No te dejaré morir, no viviré con ese dolor.—¡Moriremos de todas formas! ¡Esa bruja
Vainilla y madera...Mis sentidos se llenan con ese delicioso aroma. Mi boca sabe a él, mi cuerpo se siente seguro con su calor y mi corazón late por la cercanía de mi mate. Todo aquí es exquisito, tranquilo y se siente a hogar.Abro los ojos y lo primero que veo es su rostro. Sus pestañas resaltan más cuando estos están cerrados, su respiración es tranquila y su carita se ve tierna cuando duerme. Mi Gael es tan lindo. Mi hombre, mi lobo, mi mate...—Hola... —susurra con mirada soñolienta, entonces me sonrojo porque me ha atrapado observándolo.—Buenos días, esposo. —Le beso la nariz; él sonríe como respuesta.—Debes estar hambrienta. —Me acaricia la mejilla con el dorso de su mano—. Prepararé el desayuno.Siento como si un fuego me quemara el pecho. Estar así con Gael parece ser un sueño, una fantasía de la cual no quiero ser sacada.Se ve tan feliz como lo estoy yo. Ya no hay estrés ni tristeza, no está esa tensión dolorosa ni el peso de los secretos. Solo somos él, yo y nuestro amo
GaelCamino a través del sendero cubierto por la neblina, que se muestra en tonos blancos y azules, con pasos pesarosos. Miro por todos lados como si me sintiera amenazado; es esa sombra de nuevo que no me deja en paz."Trata de recordar y la sombra se irá", escucho la voz de un niño a quien busco por inercia. De repente este se encuentra frente a mí y me quedo pasmado al reconocerlo."Sí... Soy Gael de doce años", dice, al notar mi desconcierto.El frío que hace aquí es insoportable, pero lo que provoca que me abrace a mí mismo es verlo a él, a mi yo del pasado."En cuanto a lo que buscas, debes luchar para romper el control mental. Ahora que te has hecho uno con nuestra mate, será más fácil recordar"."¿Quieres decir que ahora mis recuerdos llegarán completos?", confirmo."Sí. También estarás más sensible a tus sentidos y recordarás quién ocultó el arcillo dorado. Pero debes ser cuidadoso, ya que la bruja está merodeando y esperando ese momento para adueñarse de él".¿Qué?"¿La bruj
Llegamos a la manada mucho después que Gin, puesto que ella es la única que está convertida en lobo, por lo que se fue por en medio del bosque. En la entrada, nos encontramos un tumulto de guerreros que son detenidos por Jerril y los demás guardianes de Luna creciente.Con dificultad, Jerril nos da entrada.—¿Qué sucede aquí? —interpela Gael con voz de mando y ronca, tanto, que da a entender que habla más su parte lobuna que la humana.Por mi parte, aprieto los puños indignada. Ya aquí adentro hay un grupo de guerreros de las dos manadas y afuera tratan de entrar como unos cien más.—¡Miren quién está aquí! —exclama uno de ellos mientras mira a Gael con sorna—. Tú eres la razón por la que irrumpimos en este lugar. Ahora mismo, nuestro alfa se está poniendo de acuerdo con el tuyo.Nos miramos con sorpresa.—¿Quién más se encuentra con mi padre? —interpelo.—Nuestro alfa Leoncio —responde un guerrero del grupo opuesto—. Tú debes ser la puta que se fue con otro... —En un abrir y cerrar d
Regresamos a casa debajo de un cielo nublado y un viento frío que augura lluvia.—¿Estás bien? —Gael me pasa una taza con café. Asiento con la cabeza.—¿Tú lo estás? —le devuelvo la pregunta. Gael se sienta a mi lado y me acaricia el cabello.—Junto a ti siempre lo estoy, pero... —Bebe de su taza y mira al techo—. Lamento mucho lo que pasó hoy.—No fue tu culpa, Gael.—Debí controlarme. —Suspira—. He empeorado nuestro problema con el alfa. Lo siento tanto, pequeña; te prometo que buscaré la manera de arreglar este asunto, para que puedas volver a la manada y estar con tu familia.—Gael, quien erró fue papá no tú. No quiero hablar sobre eso ahora. —Lo abrazo—. Debiste sufrir tanto cuando supiste acerca de los planes de papá.—Fue doloroso. Me sentí traicionado y poca cosa. Es que no me esperaba que el alfa me restregara en la cara lo inservible que era para ti, al llevarme a la manada de ese alfa. Por lo menos debió advertirme a qué íbamos, pero prefirió que yo me enterara de golpe y h
Mi movimiento la pone alerta, así que se detiene, de lo que sea que le hará al cachorro, para encontrar al intruso.—¿Quién está ahí? —interpela ella mientras mira por todos lados.Por mi parte, sigo moviéndome.Ella camina en mi dirección y su mirada de loca se pasea por todo el lugar donde me muevo. Sigo saltando de un lado a otro con cuidado de que no me reconozca. Comienzo a alejarme y ella me sigue.¡Perfecto!Voy saltando cuando un corrientazo en la espalda me hace caer al suelo.—¡Mira a quien tenemos aquí! —celebra ella—. ¿Qué haces en este lugar?—Vine a detenerte, maldita bruja. Después de todo, mi presentimiento era correcto. Nunca me agradaste y sabía que algo ocultabas. —Me pongo de pies.—Sin embargo, caíste como tonta en mi trampa. No solo tú, todos en tu manada. ¿Sabías que tu familia fue atacada por dos manadas mientras tú te cogías con tu amado Gael?Río con ganas.—Haces de las tuyas, pero no te informas bien. No te preocupes, ellos están en perfectas condiciones.
GiaEl viento gélido me eriza los vellos y me provoca abrazarme a mí misma, con la intención de darme calor. El gris del cielo le da una apariencia melancólica a este campo desolado, cuyos arboles viejos y robustos lo hacen lucir tenebroso.Mis pies descalzos pisan la grama verde que luce opaca, mientras que mis hebras son levantadas por el viento frío, que me provoca varios temblores en el cuerpo.¿Dónde estoy?—Todos me dicen la loca. Que soy una obsesiva.Miro en dirección a la voz y descubro a una niña de unos diez años, de trenzas largas y castañas, ojos grises y una espada de madera en la mano derecha.—¿Quién eres? —inquiero desconcertada—. ¿Por qué estás sola en este lugar tan remoto?Ella me mira con tristeza y aprieta los puños.—No le importo a nadie. Solo soy un error porque nací mujer. ¿Lo olvidaste? Antes de que el alfa adoptara a ese niño te solía decir eso, que debiste nacer hombre.Una punzada de dolor me atraviesa el pecho, entonces las lágrimas se me acumulan en los