GaelCamino a través del sendero cubierto por la neblina, que se muestra en tonos blancos y azules, con pasos pesarosos. Miro por todos lados como si me sintiera amenazado; es esa sombra de nuevo que no me deja en paz."Trata de recordar y la sombra se irá", escucho la voz de un niño a quien busco por inercia. De repente este se encuentra frente a mí y me quedo pasmado al reconocerlo."Sí... Soy Gael de doce años", dice, al notar mi desconcierto.El frío que hace aquí es insoportable, pero lo que provoca que me abrace a mí mismo es verlo a él, a mi yo del pasado."En cuanto a lo que buscas, debes luchar para romper el control mental. Ahora que te has hecho uno con nuestra mate, será más fácil recordar"."¿Quieres decir que ahora mis recuerdos llegarán completos?", confirmo."Sí. También estarás más sensible a tus sentidos y recordarás quién ocultó el arcillo dorado. Pero debes ser cuidadoso, ya que la bruja está merodeando y esperando ese momento para adueñarse de él".¿Qué?"¿La bruj
Llegamos a la manada mucho después que Gin, puesto que ella es la única que está convertida en lobo, por lo que se fue por en medio del bosque. En la entrada, nos encontramos un tumulto de guerreros que son detenidos por Jerril y los demás guardianes de Luna creciente.Con dificultad, Jerril nos da entrada.—¿Qué sucede aquí? —interpela Gael con voz de mando y ronca, tanto, que da a entender que habla más su parte lobuna que la humana.Por mi parte, aprieto los puños indignada. Ya aquí adentro hay un grupo de guerreros de las dos manadas y afuera tratan de entrar como unos cien más.—¡Miren quién está aquí! —exclama uno de ellos mientras mira a Gael con sorna—. Tú eres la razón por la que irrumpimos en este lugar. Ahora mismo, nuestro alfa se está poniendo de acuerdo con el tuyo.Nos miramos con sorpresa.—¿Quién más se encuentra con mi padre? —interpelo.—Nuestro alfa Leoncio —responde un guerrero del grupo opuesto—. Tú debes ser la puta que se fue con otro... —En un abrir y cerrar d
Regresamos a casa debajo de un cielo nublado y un viento frío que augura lluvia.—¿Estás bien? —Gael me pasa una taza con café. Asiento con la cabeza.—¿Tú lo estás? —le devuelvo la pregunta. Gael se sienta a mi lado y me acaricia el cabello.—Junto a ti siempre lo estoy, pero... —Bebe de su taza y mira al techo—. Lamento mucho lo que pasó hoy.—No fue tu culpa, Gael.—Debí controlarme. —Suspira—. He empeorado nuestro problema con el alfa. Lo siento tanto, pequeña; te prometo que buscaré la manera de arreglar este asunto, para que puedas volver a la manada y estar con tu familia.—Gael, quien erró fue papá no tú. No quiero hablar sobre eso ahora. —Lo abrazo—. Debiste sufrir tanto cuando supiste acerca de los planes de papá.—Fue doloroso. Me sentí traicionado y poca cosa. Es que no me esperaba que el alfa me restregara en la cara lo inservible que era para ti, al llevarme a la manada de ese alfa. Por lo menos debió advertirme a qué íbamos, pero prefirió que yo me enterara de golpe y h
Mi movimiento la pone alerta, así que se detiene, de lo que sea que le hará al cachorro, para encontrar al intruso.—¿Quién está ahí? —interpela ella mientras mira por todos lados.Por mi parte, sigo moviéndome.Ella camina en mi dirección y su mirada de loca se pasea por todo el lugar donde me muevo. Sigo saltando de un lado a otro con cuidado de que no me reconozca. Comienzo a alejarme y ella me sigue.¡Perfecto!Voy saltando cuando un corrientazo en la espalda me hace caer al suelo.—¡Mira a quien tenemos aquí! —celebra ella—. ¿Qué haces en este lugar?—Vine a detenerte, maldita bruja. Después de todo, mi presentimiento era correcto. Nunca me agradaste y sabía que algo ocultabas. —Me pongo de pies.—Sin embargo, caíste como tonta en mi trampa. No solo tú, todos en tu manada. ¿Sabías que tu familia fue atacada por dos manadas mientras tú te cogías con tu amado Gael?Río con ganas.—Haces de las tuyas, pero no te informas bien. No te preocupes, ellos están en perfectas condiciones.
GiaEl viento gélido me eriza los vellos y me provoca abrazarme a mí misma, con la intención de darme calor. El gris del cielo le da una apariencia melancólica a este campo desolado, cuyos arboles viejos y robustos lo hacen lucir tenebroso.Mis pies descalzos pisan la grama verde que luce opaca, mientras que mis hebras son levantadas por el viento frío, que me provoca varios temblores en el cuerpo.¿Dónde estoy?—Todos me dicen la loca. Que soy una obsesiva.Miro en dirección a la voz y descubro a una niña de unos diez años, de trenzas largas y castañas, ojos grises y una espada de madera en la mano derecha.—¿Quién eres? —inquiero desconcertada—. ¿Por qué estás sola en este lugar tan remoto?Ella me mira con tristeza y aprieta los puños.—No le importo a nadie. Solo soy un error porque nací mujer. ¿Lo olvidaste? Antes de que el alfa adoptara a ese niño te solía decir eso, que debiste nacer hombre.Una punzada de dolor me atraviesa el pecho, entonces las lágrimas se me acumulan en los
GiaSigo a Flora a dónde sea que se dirige, pese a que hacerlo represente un peligro para mí. No me importa, lo único que me interesa es encontrar a Gael y romper esta maldición, que me está matando de a poco.No solo está el hecho de que ambos moriremos, también que las brujas lograrán su cometido y eso volvería a desatar el caos en nuestra especie.En mi forma de loba, corro detrás de esta hada, quien luce diferente al resto, mientras que ella se conduce por los aires, dado que puede volar.Llegamos a un territorio remoto, pero que es tan hermoso que me quedo encantada con su belleza. Los árboles ya no son coloridos ni en el tono verde que suelo ver; estos tienen las hojas doradas y plateadas, aunque el tronco es marrón.El agua es tan clara y brillante como el cristal, y el reflejo de los árboles le da el tono de la plata y el oro, que me parece maravilloso.¿Qué es esta lugar tan especial y exótico?De momento, mi forma lobuna me deja y caigo de rodillas como humana. Doy un respir
GiaEntro a la casa junto a Pete, el hombre que pertenecía a la manada de los padres de Gael. Miro con nostalgia la sala donde recibíamos a las visitas, correteaba junto a Lía, Kali y Gael; asimismo, donde solía esconderme para escuchar las conversaciones de los adultos.Esta casa fue mi hogar por todos estos años, pero ahora se siente extraña y escalofriante para mí.¿Por qué mi padre prefirió convertirse en mi enemigo, en vez de ser mi protector?—¡Hija! —Mamá corre en mi dirección y su cuerpo pequeño se aferra al mío con desesperación.Las lágrimas resbalan por mis mejillas al verla tan desaliñada, débil y triste. He sido una mala hija porque ni siquiera he pensado en ella ni en cómo esta situación le ha afectado.—Mamá, ¿qué te sucedió? —cuestiono mientras reviso su rostro pálido y ojeroso. Ella siempre luce tan hermosa y arreglada, que verla en esas condiciones me conmociona.—¿Por qué estás aquí, Gia? Debes irte.¿Qué?—¿De qué hablas, mamá? —inquiero desconcertada.—Ahora lo en
Gael Me encuentro en un extraño trance donde el presente se mezcla con el pasado y los recuerdos de mi niñez afloran.Ahora sé quién soy y quién tiene el arcillo dorado. Es irónico que siempre estuvo frente a mis narices, asimismo, que en mi subconsciente se guardaba esa verdad que mi corazón tanto temía en develar.Necesitaba aferrarme a una familia y sentir que pertenecía a algún lugar, pero también anhelaba estar cerca de mi mate. Supongo que eso ayudó a que el alfa Mateus tuviera control sobre mi mente.—Ya la cama del apareamiento está lista. —Escucho a una de esas brujas avisarle a su líder, la mujer que asesinó a mis padres.—Bien, vamos a preparar todos los ingredientes para el ritual. Tenemos que empezar antes de que salga la luna roja.—Sí, señora.Percibo que ambas mujeres salen de dónde sea que estoy, y que me quedo solo. Me encantaría poder moverme y buscar la manera de escapar, pero el veneno en mi sangre me tiene aprisionado a la voluntad de esa bruja. Esto no puede te