Estoy desorbitada, dolida y me siento traicionada por todos aquí. ¿Cómo es que ellos sabían que Gael era mi mate y siempre me tildaron de loca obsesiva y mentirosa? ¿Por qué me hicieron tanto daño?—Gael, cariño, no digas tonterías. —Mamá lo abraza por detrás—. Eres parte de nuestra familia, yo te amo como a un hijo. —Ella estalla en llantos. Gael acaricia las manos que se unen frente a su cintura para detenerlo, y deja salir esas lágrimas que sé que ha contenido por todo este rato.—Todos ustedes son unos falsos e hipócritas. Yo... no quiero saber nada de ninguno. —Corro fuera del estudio de papá.Escucho a Gael llamarme con angustia, mas eso es combustible para querer huir de aquí, lejos de todos ellos.¿Por qué no me permitieron decidir qué era lo mejor para mí? Si hay una maldición o no es asunto de Gael y mío, solo a nosotros nos compete. Pero él prefirió hacerme a un lado y negarme. He sufrido todos estos años porque él es un egoísta cobarde.—¡Gia, detente! —Su voz suena como t
"Volveré por ti"."Gael...""Gia, te amo".El resplandor que se cuela por la ventana abierta me hace refunfuñar y de mala gana me incorporo. Me froto los ojos y esbozo un bostezo, pasan algunos segundos para que me espante. ¿Por qué mi ventana está abierta?Miro a mi alrededor y noto que estoy desnuda, entonces fragmentos de la noche anterior me confunden. No sé si esos episodios forman parte de todas las pesadillas que tuve o si fueron reales, pero una sensación extraña en mi pecho me pone alerta.«Necesito hablar con Gael».Me doy una ducha rápida y me pongo lo primero que encuentro, ni me molesto en buscar unos zapatos, meto mis pies en mis chanclas y salgo a toda prisa de la habitación.—¿A dónde vas? —interroga papá cuando salgo al pasillo. No le respondo y continúo mi camino. Por supuesto papá me sigue y hace preguntas obvias, mas yo lo ignoro—. Él no está.—¡Gael, abre! —grito mientras golpeo la puerta, puesto que ya he tocado varias veces y este no se ha dignado en abrirme.—G
El almuerzo no salió tan mal como pensé. En realidad, fue refrigerio a mi ánimo caído y hasta me siento un poco mejor. El alfa Leoncio es un hombre divertido y agradable, es fácil mantener una conversación con él y he de admitir que me siento a gusto con su compañía.—Entonces estás soltera. —Dejo de caminar al escuchar su comentario. Este tipo no pierde tiempo; creí que se limitaría a las indirectas y al tono seductor, pero no.—Sí... —balbuceo. Otra vez el recuerdo de Gael apuñala mi corazón y las ganas de llorar regresan. ¿Cuándo lo superaré?—¿Estás bien? —inquiere el alfa con preocupación. Por mi parte, esbozo un suspiro y finjo una sonrisa.—Sí, lo estoy. —Adelanto el paso.Papá me dijo que le mostrara el territorio que rodea la casa y eso estoy haciendo. Me intriga la insistencia del alfa para que Leoncio y yo estemos solo, aunque sospecho la razón. Papá ha de estar desesperado para que me olvide de Gael.—Me gustaría que fuéramos amigos, Gia. Eres una mujer agradable con quien
Observo a mi amiga con los ojos agrandados, puesto que aún no logro asimilar sus palabras.—Entonces, ¿Jill se marchó? —Estoy pasmada. May asiente con los ojos cristalizados.—Se fue a vivir con su abuelo a las afueras de la manada. Se cansó de esperar por mí.—Pues, búscalo.—No tengo el coraje. ¿Qué le diré?—No sé, ¿qué tal que fuiste una tonta y que te arrepientes? —La miro de forma acusatoria. Ella se muerde el labio inferior y niega con la cabeza.—No me atrevo. No me siento lista para tener un mate.La amo, pero a veces me dan ganas de matarla.—Entonces deja de lamentarte. ¿Qué esperabas? Jill está sufriendo por tu indecisión, es justo que se aleje por su bien. De verdad, no te entiendo. Si lo amas y él a ti, ¿por qué te empeñas en sufrir?»Deberías ser agradecida por la dicha de poder estar al lado de tu mate, no todos somos tan afortunados. Cómo deseo estar en tu lugar. Pero tú te aferras a un estúpido complejo y te ahogas en un vaso de agua.—Lo siento —dice avergonzada—. T
El alfa Todd y sus hombres mantienen una guerra de miradas conmigo y con Kali. Hace rato que estamos sentados frente a él, bajo el atento escrutinio de sus guerreros, quienes están alertas a cualquier movimiento de parte de nosotros para atacarnos.—No me sirve de nada darles información a ustedes si Gael se marchó —replica el alfa Todd.—Me parece sospechoso su interés en nuestro próximo alfa? —responde Kali con marcado enojo.—Su futuro alfa es una persona muy especial, portador de una gran bendición y sabiduría. Es un licántropo fuerte y que ve más allá de lo que los demás ven, por lo que es un desperdicio que lo tengan revisando informes en una oficina. El alfa Mateus lo ha estancado porque se siente amenazado por él.—Eso que dice es pura basura —contraataca Kali—. ¿Por qué no nos ponemos sinceros? ¿Qué es lo que busca en realidad?—El alfa Ralph, padre de Gael, era mi amigo. Es mi responsabilidad ayudar a su hijo. Yo no hice nada al principio porque creí que él estaba en buenas
GaelEl forastero me observa con preocupación y su semblante denota mucha aflicción. —Te ves muy mal, hijo.—He tenido mejores momentos —bromeo para aligerar el ambiente.—Ojalá pudiera ayudarte con información valiosa, pero estoy más perdido que tú en todo esto. Te he buscado por más de doce años, Gael. Yo admiraba mucho a tu padre y poder encontrarte me llena de satisfacción, aunque ya no queda una manada por gobernar porque somos los únicos sobrevivientes.»Aun así, podemos empezar una desde cero; sin embargo, verte en esta condición me da impotencia. ¿No recuerdas cómo desapareció el pendiente ese día?—No... Tengo recuerdos borrosos sobre lo que sucedió —respondo desanimado.Este hombre era mi última esperanza, puesto que él era uno de los lobos de confianza de mi padre. Cuando supe que era él quien estaba en esta cantina, la ilusión afloró dentro de mí, pero qué rápido se extinguió. No hay de otra que resignarme, de todas formas, ya no me queda mucho tiempo.—Ve a descansar. Po
Lo he hecho... He marcado a mi mate...Todo se torna borroso y mi cuerpo empieza a temblar, Gael también. De momento, veo que las manchas de su cuerpo desaparecen y su piel toma su color natural, asimismo, los músculos se le ensanchan.¡Está funcionando!—¡¿Qué diablos has hecho, Gia?! —Gael se levanta del piso hecho furia. Me quedo atónita ante su reacción, ya que se ve muy enojado—. ¡Tantos años de sacrificio se fueron a la borda por tu impulsividad! ¡¿Sabes lo que has hecho?! —Gael pone sus manos sobre mis hombros y me sacude con rudeza.—Te marqué...—Te has condenado. Tanto dolor, tanta abstinencia... Todo fue en vano. Vas a morir, Gia, ¿estás feliz ahora?Las lágrimas brotan de mis ojos y me recorren las mejillas. Sé lo que hice, nos di tiempo. No es justo que me trate así.—¡¿Qué pretendías que hiciera, Gael?! Estoy segura de que tú habrías hecho lo mismo si la situación hubiese sido al revés. No te dejaré morir, no viviré con ese dolor.—¡Moriremos de todas formas! ¡Esa bruja
Vainilla y madera...Mis sentidos se llenan con ese delicioso aroma. Mi boca sabe a él, mi cuerpo se siente seguro con su calor y mi corazón late por la cercanía de mi mate. Todo aquí es exquisito, tranquilo y se siente a hogar.Abro los ojos y lo primero que veo es su rostro. Sus pestañas resaltan más cuando estos están cerrados, su respiración es tranquila y su carita se ve tierna cuando duerme. Mi Gael es tan lindo. Mi hombre, mi lobo, mi mate...—Hola... —susurra con mirada soñolienta, entonces me sonrojo porque me ha atrapado observándolo.—Buenos días, esposo. —Le beso la nariz; él sonríe como respuesta.—Debes estar hambrienta. —Me acaricia la mejilla con el dorso de su mano—. Prepararé el desayuno.Siento como si un fuego me quemara el pecho. Estar así con Gael parece ser un sueño, una fantasía de la cual no quiero ser sacada.Se ve tan feliz como lo estoy yo. Ya no hay estrés ni tristeza, no está esa tensión dolorosa ni el peso de los secretos. Solo somos él, yo y nuestro amo