EN BUSCA DE SU VERDAD (II) ―Entonces, ¿no vas a decirme? ―Marcelo preguntó nuevamente. Layton quien miraba por la ventana, negó. ―Ya te dije que confiaras en mí, esta vez funcionara. Marcelo tenía sus reservas, desde el desastre con los videos para adultos y la pelea con Megan, no confiaba en los métodos de su amigo. Sin embargo, ahora de verdad estaba interesado, necesitaba saberlo para poder tomar una decisión, si resultaba que le atraían los hombres y con eso se refería a cualquier hombre, no solo Garret. Entonces, dejaría libre a April y viviría su vida como lo que era. Pero, si resultaba ser el caso contrario, entonces, se daría una oportunidad con su esposa, olvidaría el recuerdo de Garret y haría todo lo que estuviera a su alcance para ser feliz junto a ella. Tuvo que reconocer que le emocionaba la última. Siguió conduciendo y de repente preguntó. ―¿Y… aún sigues ocultando tu relación con Diana? Layton se tensó cuando escuchó su pregunta, solo Marcelo conocía su secreto y
DÉJAME EXPLICARTE. ―¿April? ―Marcelo se puso de pie de inmediato, Layton hizo lo mismo, el único que la miro con una sonrisa fue Lolita. ―¿Ella es tu esposa? April se cubrió el rostro con su bolso, este momento era la mayor vergüenza de su vida. Que iba a saber ella que su jefe-marido estaba teniendo un trío en su propia casa. ―Yo… yo lo lamento, no tenía intenciones de interrumpir, vine por unos documentos… pero ya me voy. ―¡No! April, déjame explicarte ―Marcelo camino hacia ella y trato de agarrar su brazo, pero ella se apartó. ―No tiene nada que explicar ―dijo y continúo tapándose la cara ―Esta es su casa y usted puede hacer lo que quiera. Debí… ―Layton llévatelo. ―Marcelo gruño y este asintió rápidamente. ―Sí, nosotros nos vamos ―dijo y le hizo señas a Lolita para que se vistiera. El stripper, suspiro e hizo lo que le ordenaron, una vez que estuvo presentable, camino hacia Marcelo y April. ―También hago sesiones para parejas, por si les interesa. ―¡Oh, Dios mío! ―ella ex
DORMIR EN LA MISMA CAMA. Poco después de que Marcelo y Salvatore fueran al estudio, Elizabeth llevo a April a su habitación. ―Supongo que debes estar cansada ―Elizabeth la guio a través del pasillo lleno de habitaciones, se detuvo en la tercera puerta y sonrió ―La abuela las preparo para ustedes, quería que se sintiera muy románticos. Cuando la puerta se abrió, April parpadeo un par de veces tratando de asimilar lo que veía. La cama estilo King, tenía un corazón gigante de pétalos, con dos cisnes gigantes hechos de sabanas, la decoración era en su mayoría rojo, pero lo que la alarmo fueron los tres tipos de lubricantes colocados en la mesita de noche. ―Adelante, no te quedes allí. Debes querer descansar un rato. ―Yo… dormí en el avión, así que no tengo mucho sueño ―respondió mientras miraba la habitación, luego camino hacia el baño y respiro aliviada cuando no encontró más artículos sexuales. ―Sé que la abuela puede excederse ―Elizabeth había visto su cara de asombro ―Pero no lo
DORMIR EN LA MISMA CAMA April bajó las escaleras y salió casi corriendo al jardín, se detuvo frente a los rosales y cerró los ojos buscando calmarse. «Respira, April, respira» Su corazón aún latía con fuerza y en su lengua todavía estaba el sabor de Marcelo, se llevó los dedos a los labios y se los acarició. Gimió y su mente, revivió el beso que acababa de darle. Y cualquiera que la viera la tildaría de loca, menos mal que cuando escucho su nombre, vio a una pequeñita de ojos marrones y cabello oscuro. ―¿Tía, April? ¿Qué estás haciendo? Abrió los ojos y busco la pequeña voz, de repente miro hacia abajo y la sonrisa tierna de Serafina la recibió. ―Eh… ¡Nada, nada! ―Pero estabas haciendo sonidos raros ―dijo la niña con inocencia ―¿Te duele algo? Los ojos de April se abrieron como platos y se agachó y miró a la pequeña. ―¡No! No, cariño, estoy bien ―miro a su alrededor ―¿Dónde está tu mamá? ―Está con papá en el estudio, cuando está con él ―Serafina se inclinó a su oído ― no le g
UN TRAJE DE BAÑO PROBLEMÁTICO. ―¡No, me niego! No está sucediendo ―April se cruzó de brazos y miró la pequeña tela que Elizabeth levantó en el aire. ―No seas tonta, te vas a ver genial. Además, tienes un cuerpo de infarto, ¿Por qué no hacer sufrir un poco a Marcelo? ―dijo Elizabeth levantando las cejas con picardía. ―Es que… nunca me he puesto uno de eso, y tampoco sé nadar, puedo verlos desde la orilla. Elizabeth suspiró y la agarró de los hombros, la colocó frente al espejo y encontró su mirada. ―Tienes que aprender a confiar más en ti y a aceptar la belleza que Dios te dio, toma ―le entrego el traje de baño de dos piezas y la instó a ir al baño ―Pruébatelo. April se dio la vuelta resignada y no le quedó más remedio que ponerse el dichoso traje de baño. Minutos después salió y Elizabeth aplaudió emocionada. ―Marcelo va a babear, te lo aseguro. Esto solo logró que April tuviera menos deseos de ir, ya era suficiente con tener que estar medio desnuda delante de todos. Camino hac
LA LLEGADA DE OWENS ―¿Qué hace este imbécil aquí? ―dijo Marcelo en cuanto vio a Owens conversando con animadamente con la abuela. Por otro lado, April se puso un tanto nerviosa, después de todo él había venido por ella. Ahora se lamentaba de haberlo invitado. Marcelo condujo la moto más cerca del muelle y la apago, ayudo a su esposa a subir al muelle y busco demasiado rápido el vestido que traía puesto hace un momento. ―Póntelo ―gruño. Ella simplemente obedeció en silencio. ―¡Marcelo, ragazzo! ¿Mira quién vino a visitarnos? ―la abuela condujo a Owens hacia ellos. ―¿Cómo supiste que estábamos aquí? ¿Nos estás espiando o qué? ―Owens comprendió el mensaje implícito, pero sonrió inocentemente y sus ojos buscaron a April. ―Fui a la mansión, Greta me dijo que estaban aquí ―se metió la mano en el bolsillo y agrego con una sonrisa divertida ―Hace mucho que no vengo a su casa en Miami Beach, pero si te estoy causando problemas, entonces me iré. La anciana pudo sentir la tensión entre los
CENA ROMÁNTICA Cuando April abrió los ojos supo que estaba en problemas, lo supo cuando se dio cuenta de que tenía la cabeza apoyada en el pecho de su marido, mientras él la rodeaba con su pierna. Ella cerró los ojos y sintió las mejillas arder e intentó ignorar la reacción de su cuerpo y que la polla de Marceo se sintiera enorme apretada contra su vientre. «Ya sabía que estaba bueno. Pero, no necesitaba comprobar que estaba tan bien dotado. No necesito alejarme de él» Se apartó rápidamente de su abrazo y salió de la cama. Miro un segundo, antes de cruzar el baño, y afortunadamente él no se había despertado. «Menos mal sigue durmiendo, porque si me hubiera visto, estoy segura de que hubiera sido capaz de leer todos los pensamientos cochinos que pasan por mi mente» Con lentitud cerró la puerta del baño, y abrió la llave para echarse un poco de agua y refrescarse la cara y eliminar los pensamientos lujuriosos que empeñaban su cerebro. Nunca en su vida había sentido una pizca de dese
NOCHE PARA DOS. La luna brillaba en todo su esplendor mientras, Marcelo y April esperaban las bebidas. A último minuto, él había cambiado de opinión, a pesar de que Layton lo había hecho con las mejores intenciones, de verdad quería tener una cena romántica con su esposa y bueno, también una noche de pasión. April por su parte, estaba maravillada, que iba a imaginar ella que Marcelo la traería a un yate privado, prepararía una cena con velas y que tendrías al mar como acompañante. Era demasiado para alguien que solo buscaba quedar como el marido ideal. ―¿Te gusta? ―le pregunto sacándola de sus pensamientos. ―¡Oh, sí! Todo… es… romántico ―ella balbuceó un poco nerviosa y para colmo se puso más nerviosa cuando él la miró como si fuera todo su mundo. ―Te ves muy hermosa esta noche ―dijo con voz suave. April sonrió tímidamente y bajo la mirada. ―Gracias… tú también estás muy guapo. El camarero llegó a la mesa y les presento el menú. Marcelo eligió los platos para ambos. Mientras es