VIAJE INESPERADO. Dos semanas después… ―¿Es necesario? ―Marcelo miró a su asistente con ojos asesinos. ―Lo lamento, señor. Pero esta reunión ya estaba agregada en su agenda.El hombre bajó la cabeza asustado por su jefe, no era un secreto, que era cascarrabias y que nadie duraba más de un mes en el puesto. ―Bien, no tengo otra opción. Compra dos boletos de viaje. Uno para mi esposa y otro para mí. Organiza donde nos quedaremos y, además, averigua qué día está abierta la biblioteca nacional, a mi mujer le gustan los libros de romance histórico. El asistente asintió y se marchó enseguida. Marcelo se dejó caer en la silla de muy mal humor. Había olvidado la conferencia que tendría que dar en Londres, a decir verdad, no quería ir, pero, si April iba con él, todo sería diferente, y además podrían tener unas pequeñas vacaciones. Lo que no imaginó es que media horas después, estaría a punto de jalarse de los cabellos por su díscola esposa. ―Cariño, no puedo. ―dijo April por tercera v
LA ESPOSA DEL JEFE, ES UNA LADRONA. Después de despedir a Marcelo, April regresó al día siguiente a la oficina, reescribió algunos formularios de aprobación y se los envió a la oficina del director financiero. Antes de ir por un café, April fue al baño y estaba a punto de salir cuando escuchó a dos personas hablando, una de ellas parecía la voz de la secretaria del director financiero. ―No sé mucho, pero según el jefe, esa mujer recibió dinero. April frunció el ceño y siguió escuchando. ―¿Qué necesidad podía tener? ―dijo la otra persona ―Aunque no me sorprende, siendo quien es aún no sé qué le vio y por qué el presidente se casó con ella. Cuando escuchó esto último, los ojos de April se abrieron sorprendidos. «¿Están hablando de mí? ¡¿De dónde recibí dinero?!» ―En todo caso, solo es una muerta de hambre que no puede dejar de ser lo que es. Lo que no sabe, es que con esto ¡hizo que nuestro presidente perdiera la cara! Quiero ver cómo se lo va a tomar el jefe cuando regrese, vaya n
LA ESPOSA DEL JEFE ES UNA LADRONA (II)―¿A dónde creen que llevan a mi esposa?La voz enojada de Marcelo resonó en todo el pasillo. Los hombres del departamento de seguridad soltaron April y miraron llenos de miedo al jefe inmediato.―Señor… solo estamos haciendo nuestro trabajo. Actuamos de acuerdo con las reglas y regulaciones. Alguien denunció a la señorita Jones.Marcelo caminó hacia su esposa y le agarró la muñeca.―Vamos a casa.Pero, April inconscientemente se sacudió la mano y se retiró.―No, voy a quedarme, aceptaré la investigación. Quiero saber quién está detrás de todo esto.―¿Investigación? ―Marcelo la miro enojado ―¿No crees que ya has hecho el ridículo suficiente?Las palabras de Marcelo la enojaron y retrocedió un poco más.―¿Me estás llamando ridícula?―April… vayamos a casa, lo hablaremos en privado. ―Marcelo se apretó el puente de la nariz. De hecho, estaba agotado, había tomado el primer vuelo de vuelta, tan pronto se enteró de la situación. Pero lo más gracioso de
ELLA ESTÁ MUERTA. ―Afortunadamente, la señora Mancini está bien. ―dijo el médico al salir de la habitación ―Le coloque un sedante para que descanse. Sin embargo, dada su condición, debe evitar emociones fuertes. Marcelo y Ovidio asintieron. Mientras que April y Vivían esperaban en las sillas del pasillo. ―¿Te das cuenta de lo que has hecho? ―Vivían, gruño, con hostilidad ―Todo esto es tu culpa. Si no fuera por ti y tus problemas, la abuela no estaría así en estos momentos. April que ya se sentía bastante culpable, se sintió peor. De repente, todo el mundo la hacía responsable de sus desgracias. Pero eso no quería decir que iba a permitirle a Vivían que la atacara. ―Todo tu mal humor es por Marcelo, ¿verdad? Te estás consumiendo por el hecho de que él y yo estamos casados. ―afirmo dándole una mirada seria ―No te das cuenta de que es tu primo. ―No de sangre y sobre lo otro, estás equivocada. No es cualquiera la que me pone celosa. April resolplo divertida. ―¿No? Entonces lo que h
EL PAÍS DEL AMOR.La playa estaba realmente animada, April se había puesto un bonito traje de baño color negro, llevaba gafas oscuras y su cabello estaba recogido en una coleta. Marcelo nada más llevaba sus pantalones de playa y unos lentes estilo aviador. Su pecho fuerte y dorado estaba a la vista de todos, pero April sabía que solo ella podía tocarlo.Se sintió victoriosa por eso.―¿Ya está listo el yate? ―pregunto mientras caminaban sobre un pequeño puente.―Sí. Ya podemos irnos.―¿A dónde iremos?―Quiero llevarte a esa pequeña isla ―Marcelo señalo una isla no muy lejos.―¿Tienes alguna obsesión con las islas? ―ella preguntó divertida ―En Miami también me llevaste a una.―Bueno… señora Mancini ―él se detuvo y sus manos acariciaron sus nalgas ―Quizás estoy tratando de que este sea un viaje romántico.―Pero, cielo. Esa isla…―No te preocupes, es una isla turística. ―dijo y continúo caminando ―Por desgracia.Los dos subieron al imponente yate y el capitán que había contratado lo puso
INVITACIÓN A LA EXPOSICIÓN DE ARTE.Esa mañana Marcelo recibió la invitación a una exposición de arte, lo que los obligó a quedarse un día más en el país. April estaba emocionada por la oportunidad de retrasar el viaje, sinceramente no tenía ganas de ver a su hermano. Quizás podría estar siendo egoísta, pero Garret lo había sido con ella durante mucho tiempo.―¿Ya estás lista, cariño? ―Marcelo le preguntó a April mientras le entregaba la pajarita.Ella la acomodó en su cuello y le dio una sonrisa.―Sí. Estoy muy emocionada, nunca he estado en una galería de arte tan prestigiosa. Por cierto, ¿de quién fue la invitación?―Me llamo Henry Cameron, es un importante socio de la empresa. Sin embargo, la sede principal de su empresa se encuentra aquí en París, y la galería de arte es de su hija, Kelly.En ese momento Marcelo se preocupó un poco por la hija de su socio, no era un secreto que Kelly siempre se había interesado en él y que aprovecharía la primera oportunidad para coquetearle.Apr
EL ENCUENTRO CON GARRET. Cuando bajaron del avión, Marcelo envió a April a casa. Le dio un beso en la mejilla y le dijo que tenía que resolver unos asuntos en la oficina, pero que volvería para la cena. April asintió y se despidieron. El chofer llevó a April al departamento y justo cuando cerró la puerta, sonó su teléfono. Era Garret. ―Hola, hermanita. ―dijo con fingida amabilidad ―¿Todavía estás de viaje? April puso los ojos en blanco y respondió. ―Acabo de llegar. ¿Podemos vernos mañana? Estoy cansada. ―Santo cielo, April. Vengo desde Nueva York, solo para visitarte y ¿así es como me tratas? ¿Qué clase de hermana eres? Con razón la abuela es como es contigo, eres demasiado egoísta. La mano de April apretó el teléfono con fuerza. Comenzaba a cansarse de que su familia lo único que hiciera fuera señalarla. Nunca se habían preocupado por ella, deberían darle las gracias que aún les dirige la palabra. ―Aprecio tu bondad, Garret. Pero sabes lo que es viajar en avión, al menos quie
LA AMENAZA DE GARRETT.Cuando April regresó a casa, Marcelo ya estaba esperándola.―¿Dónde estabas? Ya iba a llamarte.April camino hacia él y lo abrazo. Marcelo pudo sentir el cambio en ella, así que se preocupó y la apartó para preguntarle.―¿Sucedió algo?Ella tenía miedo en realidad, ahora que Garret estaba en la ciudad, temía que en cualquier momento pudiera ser imprudente.―No. Todo está bien, es que estoy cansada por el viaje.―¿Y por qué saliste? Creí que dormirías toda la tarde.―Yo… estaba con mi hermano ―dijo en voz baja ―Garret está de vuelta en la ciudad.Tan pronto como Marcelo escuchó esto se tensó, su cuerpo se congeló en su sitio y sintió como si le hubieran golpeado el estómago. Incluso su cara palideció.April se dio cuenta y le preguntó preocupada.―Cielo, ¿estás bien?Marcelo no podía ni siquiera responder, pero lo hizo.―Si… Si, claro, mi amor. Solo es cansancio.Ella hizo un puchero y acunó su cara.―Mi pobre esposo, trabajas demasiado. Apenas llegamos hoy y fui