5. Un reto

El chico me mira con la boca abierta. 

—¿Su novio? 

—Sí —confirmo—. Eso dije. 

—Ahora mismo le aviso que está aquí —responde y se aleja rápidamente. 

Miro a mi alrededor y sonrío a las personas que me siguen observando, creo que les extrañó bastante lo que acaban de escuchar y no sé si eso es bueno o malo. 

—Destiny lo espera en su oficina —anuncia el chico al regresar unos minutos después—. Por ahí —señala—. Es la puerta de cristal al final del pasillo. 

Camino siguiendo sus indicaciones y me topo con la puerta que me dijo, entro y Destiny está detrás de un elegante escritorio. Esta es la única oficina que tiene privacidad. 

—¿Así que mi novio? —cuestiona, levantando la vista para verme. 

—Es lo que le propusiste a mi hermana, ¿no?

—Sí —responde—. Pero ella dijo que no aceptarías.

—Tengo mis dudas, por eso estoy aquí. 

—Siéntate —pide señalando una de las sillas blancas frente a su escritorio. 

Hago lo que me pide y cruza sus manos frente a ella. 

—¿Qué es exactamente lo que tengo que hacer en ese viaje? —indago sin dar más vueltas al asunto. 

—¿Entonces vas a aceptar?

—Quiero saber los detalles antes de tomar una decisión. 

—Me parece bien —contesta—. Aunque no debiste presentarte como mi novio ante mis empleados. 

—Digamos que te facilité el camino, en caso de que acepte.

—Te explicaré la situación —toma aire—. Mi hermana pequeña se va a casar, tiene planeadas algunas actividades en pareja y cuando me preguntó si podría asistir, le mentí diciéndole que tenía novio y que no habría ningún problema con mi participación —explica. 

—¿Hay alguna razón específica para esta mentira?

Suspira y se pone de pie rodeando el escritorio, en ese momento me doy cuenta que viste un traje muy parecido al que tenía el día que la conocí, pero en está ocasión es gris y también lleva el pelo recogido en un moño que me sigue pareciendo muy incómodo. 

—¿Sabes que esto debe ser confidencial? —inquiere. 

—No pretendo contarle a nadie que fingiré ser el novio de alguien, para salvar la agencia de mi hermana —rebato y asiente. 

—Mi ex novio es hermano de mi cuñado y obviamente estará presente con su actual pareja.

—¿Hace poco terminaron la relación?

—No, ya pasaron dos años, pero no he tenido una nueva relación después de eso, ya que no estoy interesada, no es una prioridad para mí —toma aire—. Mi familia piensa que estoy dolida o algo parecido, y por esa razón mentí diciendo que tenía novio, no imaginé que mi hermana organizaría algo tan elaborado para los días previos a la boda. 

Asiento, aunque me sigue pareciendo extraño. 

—¿Por qué no un amigo o un conocido? —pregunto. 

—Ellos podrían descubrirme en el momento que lo desearan o peor aún, amenazarme con hacerlo. 

—Entiendo. 

—Y sinceramente, no me convenció ninguno de los actores que tu hermana me mostró y como tú me habías ayudado unos minutos antes, pensé que…

—Que volvería a salvar a la damisela en apuros —digo sarcástico. 

—No necesito a nadie que me salve —asegura.

—Pues ese día estuviste a punto de acabar completamente mojada —le recuerdo. 

—Estaba distraída —resopla—. Regresando al tema principal, puedo pagarte lo que me pidas. 

—El dinero no me interesa —declaro—. Pero si quiero que ayudes a mi hermana con tus contactos y la promoción de su agencia. 

—Lo haré —confirma—. ¿Eso quiere decir que aceptas?

Tomo aire llenando mis pulmones, veré esto como un reto, después lo olvidaré como si nunca hubiese pasado y regresaré a mi vida normal. 

—Acepto. 

—Tienes que firmar un contrato de confidencialidad —me informa regresando a su lugar. 

—No es necesario, nadie se enterará de esto, no es algo de lo que me pueda sentir orgulloso. 

—Está bien, confiaré en tu palabra, pero a tu hermana si la haré firmar ese contrato, así que si dices algo que pueda dañar mi imagen, las consecuencias caerán sobre ella. 

—¿Cuándo es el viaje? —indago ignorando su amenaza. 

—Pasado mañana.

—¿Tan rápido? —inquiero. 

—Sí. 

—Ahora entiendo, no tenías tiempo para buscar a otro actor.

—Apostaba por no verme en la necesidad de buscarlo —contesta alzando una ceja—. Te dije que siempre obtengo lo que quiero —me recuerda orgullosa. 

—Por ver feliz a mi hermana, puedo aceptar ser el capricho de cualquier engreída —la reto y sonrío con malicia. 

Pone mala cara y sus fosas nasales se dilatan un poco. 

—Pasaremos dos semanas de actividades y el tercer fin de semana será la boda, regresaremos al día siguiente —explica—. Nuestra interacción será mínima, cada uno en su habitación, asistiremos a los eventos juntos y delante de mi familia fingiremos amor, eso sí, nada de besos y caricias —aclara—. No me gusta la cursilería, ni las muestras de cariño en público y ellos lo saben, así que no les extrañara. 

Me imagino en Las Bahamas tomando el sol, rodeado por chicas hermosas y la idea no me parece tan mala, solo tendría que sacrificarme un poco pasando unas cuantas horas con Destiny y todo saldrá bien.  

—Perfecto —me pongo de pie. 

—¿Puedes viajar con el problema de tu hombro? —pregunta señalándolo.

—Sí —respondo. 

—¿Necesitas pedir permiso en tu trabajo? —indaga. 

—No, estoy de baja por algunas semanas, así que no tengo ningún problema. 

—Deja tu número de teléfono a mi asistente, para enviarte la información del vuelo y algunos detalles importantes. 

—¿A tu asistente? —rebato—. ¿No sé supone que eres mi novia?

—Tienes razón —bufa—. Los chismes vuelan y les parecerá extraño que no tenga el número de teléfono de mi novio. 

—Exacto.

—Dame el número —pide. 

Se lo doy, lo anota en su teléfono y envía un mensaje. 

Desconocido: Código de vestimenta en color blanco. 

—¿Para el día de la boda?

—Sí —responde—. Nos quiere todos los días en colores claros, pero el día de la boda debe ser blanco —explica—.  Hablaré con tu hermana ahora mismo para hacerle algunas preguntas acerca de la agencia y empezar con lo que le prometí, antes de mi viaje —dice tomando su teléfono.

Camino a la salida recorriendo el pasillo de regreso y voy directo al elevador. 

Al estar fuera del edificio, inhalo y exhalo varias veces intentando quitar la incomodidad que siento con esta situación, pero me he enfrentado a retos realmente difíciles y solo espero que hacerme pasar por el novio de una engreída, no me pase factura en un futuro. Decido regresar caminando a mi apartamento ya que quiero despejar mi mente un poco. Al llegar, me encuentro a Asher esperándome. 

—Estaba a punto de irme —dice al verme.  

—¿Todo bien? —le pregunto. 

—Sí, te traje algo de comer —señala un bolsa—. No creo que con una mano puedas cocinar bien. 

—No me ha ido tan mal —bromeo y entramos—. Solo regresaré al trabajo con unos cuantos kilos de más. 

—No lo dudo. 

Ponemos todo sobre el comedor, traigo unas bebidas y nos sentamos. 

—¿Cuando te vas de viaje? —indaga. 

—Pasado mañana —respondo probando el primer bocado—. Esto está delicioso —murmuro. 

—Hanna lo preparó —declara orgulloso. 

—Dale las gracias de mi parte. 

—Por supuesto, y cuéntame, ¿a dónde vas a ir?

—Las Bahamas. 

—¡Vaya! —exclama sorprendido dando un sorbo a su bebida—. Te tomaste muy en serio lo de disfrutar las vacaciones. 

—Si me pones a escoger entre quedarme en casa mirando televisión y ver mujeres hermosas en la playa, obviamente decidiré la segunda opción. 

—Me recordaste a mis tiempos de soltería —se ríe. 

—Algo nos ha contado Gema. 

—Siempre se enojaba porque no tenía amigas por mi culpa —se carcajea—. Pero con Hanna fue diferente, cuando el amor llega, te das cuenta —asegura—. No solo lo sientes en el corazón, es algo que va más allá. 

—Que cursi te pusiste —me burlo. 

—Soy feliz, y la felicidad a veces nos vuelve vulnerables y cursis. 

—Espero no pasar esa etapa —bromeo. 

—Hablando en serio, espero que no estés molesto conmigo, pero de verdad cometiste una imprudencia que puso en riesgo tu vida. 

—Lo sé, pero te juro que me pareció escuchar el llanto de Georgia.

—Si la viga que cayó, te hubiese golpeado la cabeza en lugar del hombro, en este momento no estaríamos conversando —expresa con seriedad. 

—Tienes razón, no volverá a pasar. 

—Eso espero —advierte—. ¿Le preguntaste al doctor si puedes viajar?

—Aún no, pero mañana tengo una cita para revisión. 

—No creo que tengas ningún problema, pero es mejor prevenir. 

—Sí. 

Terminamos de comer y se despide, ya que tiene que ir a recoger a Hanna. 

Recojo la mesa, guardo los restos de comida, tomo una botella de agua y salgo a la terraza. 

—¡Gracias! —grita Gio, provocándome un enorme susto cuando se lanza a mis brazos. 

—Auch —me quejo, al sentir dolor en el hombro.

—Perdón —se disculpa, separándose rápidamente—. ¿Te lastimé?

—Un poco —suspiro—. Pero me asustaste al entrar así. 

—Me traje la llave por si estabas dormido —la muestra poniéndola frente a mi cara—. No puedo creer que accedieras a viajar con Destiny. 

—Lo hago por ti, espero que valga la pena mi sacrificio. 

—Gracias, hermanito —dice llenándome de besos—. Ya me dio el contacto de algunas productoras.

—Me alegro. 

—¿Cuándo se van? 

—Pasado mañana. 

—¿Tan pronto? —cuestiona. 

—Sí, al parecer la engreída tenía urgencia por encontrar un novio falso. 

—No la llames así, tiene su carácter, pero es muy hermosa. 

—La belleza no le quita lo amargada y autoritaria.

—¡Belamy! —me recrimina—. No te expreses así de una dama, mucho menos de la que será tu novia por algunas semanas. 

—Ni me lo recuerdes, no tengo idea de cómo voy a fingir estar enamorado de ella. 

—Eres coqueto por naturaleza, solo recuerda que no debes coquetear con nadie más que no sea ella. 

—Es lo que me parece más complicado —me burlo y se carcajea. 

—De verdad no sé cómo agradecerte lo que estás haciendo por mí —menciona conmovida. 

—Ya te cobraré después —advierto y asiente. 

—¿Qué llevarás de ropa? —pregunta de pronto con preocupación. 

—Eso es lo de menos. 

—Por supuesto que no, mañana a primera hora pasaré por ti para acompañarte al doctor y después nos iremos de compras. 

—No, Gio, por favor, no estoy de ánimo. 

—Vas a una boda, estoy segura que no tienes ropa formal.

—Además blanca —agrego—. La novia pidió ropa clara para los días previos a la boda y blanco para el día especial. 

—Que bonito —expresa—. Le propondré a August una renovación de votos así, en la playa y todos vestidos de blanco —divaga soñadora—. Pero volviendo a tu viaje, mañana compraremos todo lo necesario. 

—Está bien, tú ganas, cómo siempre. 

—Cómo debe de ser, tiyo Bemy —se ríe recordando como me llaman Georgia y Ximena—. Ahora me voy a descansar, mañana tendremos un día muy ocupado —aplaude con entusiasmo. 

La miro y bufo. 

—Sonríe hermanito, que te vas a Las Bahamas con una hermosa chica.  

—Sí —fingo efusividad levantando mi mano libre—. No puedo con la emoción. 

Se carcajea y se acerca para darme un beso.

—Ve a descansar —ordena. 

—Lo haré, dale un beso a mi muñequita, por favor. 

—Claro, hasta mañana —se va y me quedo unos minutos más en la terraza, para después irme a descansar, ahora más que nunca necesito que los días pasen rápido o me voy a volver loco.

DannyaRent

Hola mis bellas, aquí les dejo otro capítulo para que no se haga tan larga la espera jeje. Nos vemos el miércoles para empezar con las actualizaciones, gracias por el apoyo. Un abrazo.

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