El chico me mira con la boca abierta.
—¿Su novio?
—Sí —confirmo—. Eso dije. —Ahora mismo le aviso que está aquí —responde y se aleja rápidamente.Miro a mi alrededor y sonrío a las personas que me siguen observando, creo que les extrañó bastante lo que acaban de escuchar y no sé si eso es bueno o malo.
—Destiny lo espera en su oficina —anuncia el chico al regresar unos minutos después—. Por ahí —señala—. Es la puerta de cristal al final del pasillo.
Camino siguiendo sus indicaciones y me topo con la puerta que me dijo, entro y Destiny está detrás de un elegante escritorio. Esta es la única oficina que tiene privacidad.
—¿Así que mi novio? —cuestiona, levantando la vista para verme.
—Es lo que le propusiste a mi hermana, ¿no?—Sí —responde—. Pero ella dijo que no aceptarías.—Tengo mis dudas, por eso estoy aquí. —Siéntate —pide señalando una de las sillas blancas frente a su escritorio.Hago lo que me pide y cruza sus manos frente a ella.
—¿Qué es exactamente lo que tengo que hacer en ese viaje? —indago sin dar más vueltas al asunto.
—¿Entonces vas a aceptar?—Quiero saber los detalles antes de tomar una decisión. —Me parece bien —contesta—. Aunque no debiste presentarte como mi novio ante mis empleados. —Digamos que te facilité el camino, en caso de que acepte.—Te explicaré la situación —toma aire—. Mi hermana pequeña se va a casar, tiene planeadas algunas actividades en pareja y cuando me preguntó si podría asistir, le mentí diciéndole que tenía novio y que no habría ningún problema con mi participación —explica. —¿Hay alguna razón específica para esta mentira?Suspira y se pone de pie rodeando el escritorio, en ese momento me doy cuenta que viste un traje muy parecido al que tenía el día que la conocí, pero en está ocasión es gris y también lleva el pelo recogido en un moño que me sigue pareciendo muy incómodo.
—¿Sabes que esto debe ser confidencial? —inquiere.
—No pretendo contarle a nadie que fingiré ser el novio de alguien, para salvar la agencia de mi hermana —rebato y asiente. —Mi ex novio es hermano de mi cuñado y obviamente estará presente con su actual pareja.—¿Hace poco terminaron la relación?—No, ya pasaron dos años, pero no he tenido una nueva relación después de eso, ya que no estoy interesada, no es una prioridad para mí —toma aire—. Mi familia piensa que estoy dolida o algo parecido, y por esa razón mentí diciendo que tenía novio, no imaginé que mi hermana organizaría algo tan elaborado para los días previos a la boda.Asiento, aunque me sigue pareciendo extraño.
—¿Por qué no un amigo o un conocido? —pregunto.
—Ellos podrían descubrirme en el momento que lo desearan o peor aún, amenazarme con hacerlo. —Entiendo. —Y sinceramente, no me convenció ninguno de los actores que tu hermana me mostró y como tú me habías ayudado unos minutos antes, pensé que…—Que volvería a salvar a la damisela en apuros —digo sarcástico. —No necesito a nadie que me salve —asegura.—Pues ese día estuviste a punto de acabar completamente mojada —le recuerdo. —Estaba distraída —resopla—. Regresando al tema principal, puedo pagarte lo que me pidas. —El dinero no me interesa —declaro—. Pero si quiero que ayudes a mi hermana con tus contactos y la promoción de su agencia. —Lo haré —confirma—. ¿Eso quiere decir que aceptas?Tomo aire llenando mis pulmones, veré esto como un reto, después lo olvidaré como si nunca hubiese pasado y regresaré a mi vida normal.
—Acepto.
—Tienes que firmar un contrato de confidencialidad —me informa regresando a su lugar. —No es necesario, nadie se enterará de esto, no es algo de lo que me pueda sentir orgulloso. —Está bien, confiaré en tu palabra, pero a tu hermana si la haré firmar ese contrato, así que si dices algo que pueda dañar mi imagen, las consecuencias caerán sobre ella. —¿Cuándo es el viaje? —indago ignorando su amenaza. —Pasado mañana.—¿Tan rápido? —inquiero. —Sí. —Ahora entiendo, no tenías tiempo para buscar a otro actor.—Apostaba por no verme en la necesidad de buscarlo —contesta alzando una ceja—. Te dije que siempre obtengo lo que quiero —me recuerda orgullosa. —Por ver feliz a mi hermana, puedo aceptar ser el capricho de cualquier engreída —la reto y sonrío con malicia.Pone mala cara y sus fosas nasales se dilatan un poco.
—Pasaremos dos semanas de actividades y el tercer fin de semana será la boda, regresaremos al día siguiente —explica—. Nuestra interacción será mínima, cada uno en su habitación, asistiremos a los eventos juntos y delante de mi familia fingiremos amor, eso sí, nada de besos y caricias —aclara—. No me gusta la cursilería, ni las muestras de cariño en público y ellos lo saben, así que no les extrañara.
Me imagino en Las Bahamas tomando el sol, rodeado por chicas hermosas y la idea no me parece tan mala, solo tendría que sacrificarme un poco pasando unas cuantas horas con Destiny y todo saldrá bien.
—Perfecto —me pongo de pie.
—¿Puedes viajar con el problema de tu hombro? —pregunta señalándolo.—Sí —respondo. —¿Necesitas pedir permiso en tu trabajo? —indaga. —No, estoy de baja por algunas semanas, así que no tengo ningún problema. —Deja tu número de teléfono a mi asistente, para enviarte la información del vuelo y algunos detalles importantes. —¿A tu asistente? —rebato—. ¿No sé supone que eres mi novia?—Tienes razón —bufa—. Los chismes vuelan y les parecerá extraño que no tenga el número de teléfono de mi novio. —Exacto.—Dame el número —pide.Se lo doy, lo anota en su teléfono y envía un mensaje.
Desconocido: Código de vestimenta en color blanco.
—¿Para el día de la boda?
—Sí —responde—. Nos quiere todos los días en colores claros, pero el día de la boda debe ser blanco —explica—. Hablaré con tu hermana ahora mismo para hacerle algunas preguntas acerca de la agencia y empezar con lo que le prometí, antes de mi viaje —dice tomando su teléfono.Camino a la salida recorriendo el pasillo de regreso y voy directo al elevador.
Al estar fuera del edificio, inhalo y exhalo varias veces intentando quitar la incomodidad que siento con esta situación, pero me he enfrentado a retos realmente difíciles y solo espero que hacerme pasar por el novio de una engreída, no me pase factura en un futuro. Decido regresar caminando a mi apartamento ya que quiero despejar mi mente un poco. Al llegar, me encuentro a Asher esperándome.
—Estaba a punto de irme —dice al verme.
—¿Todo bien? —le pregunto. —Sí, te traje algo de comer —señala un bolsa—. No creo que con una mano puedas cocinar bien. —No me ha ido tan mal —bromeo y entramos—. Solo regresaré al trabajo con unos cuantos kilos de más. —No lo dudo.Ponemos todo sobre el comedor, traigo unas bebidas y nos sentamos.
—¿Cuando te vas de viaje? —indaga.
—Pasado mañana —respondo probando el primer bocado—. Esto está delicioso —murmuro. —Hanna lo preparó —declara orgulloso. —Dale las gracias de mi parte. —Por supuesto, y cuéntame, ¿a dónde vas a ir?—Las Bahamas. —¡Vaya! —exclama sorprendido dando un sorbo a su bebida—. Te tomaste muy en serio lo de disfrutar las vacaciones. —Si me pones a escoger entre quedarme en casa mirando televisión y ver mujeres hermosas en la playa, obviamente decidiré la segunda opción. —Me recordaste a mis tiempos de soltería —se ríe. —Algo nos ha contado Gema. —Siempre se enojaba porque no tenía amigas por mi culpa —se carcajea—. Pero con Hanna fue diferente, cuando el amor llega, te das cuenta —asegura—. No solo lo sientes en el corazón, es algo que va más allá. —Que cursi te pusiste —me burlo. —Soy feliz, y la felicidad a veces nos vuelve vulnerables y cursis. —Espero no pasar esa etapa —bromeo. —Hablando en serio, espero que no estés molesto conmigo, pero de verdad cometiste una imprudencia que puso en riesgo tu vida. —Lo sé, pero te juro que me pareció escuchar el llanto de Georgia.—Si la viga que cayó, te hubiese golpeado la cabeza en lugar del hombro, en este momento no estaríamos conversando —expresa con seriedad. —Tienes razón, no volverá a pasar. —Eso espero —advierte—. ¿Le preguntaste al doctor si puedes viajar?—Aún no, pero mañana tengo una cita para revisión. —No creo que tengas ningún problema, pero es mejor prevenir. —Sí.Terminamos de comer y se despide, ya que tiene que ir a recoger a Hanna.
Recojo la mesa, guardo los restos de comida, tomo una botella de agua y salgo a la terraza.
—¡Gracias! —grita Gio, provocándome un enorme susto cuando se lanza a mis brazos.
—Auch —me quejo, al sentir dolor en el hombro.—Perdón —se disculpa, separándose rápidamente—. ¿Te lastimé?—Un poco —suspiro—. Pero me asustaste al entrar así. —Me traje la llave por si estabas dormido —la muestra poniéndola frente a mi cara—. No puedo creer que accedieras a viajar con Destiny. —Lo hago por ti, espero que valga la pena mi sacrificio. —Gracias, hermanito —dice llenándome de besos—. Ya me dio el contacto de algunas productoras.—Me alegro. —¿Cuándo se van? —Pasado mañana. —¿Tan pronto? —cuestiona. —Sí, al parecer la engreída tenía urgencia por encontrar un novio falso. —No la llames así, tiene su carácter, pero es muy hermosa. —La belleza no le quita lo amargada y autoritaria.—¡Belamy! —me recrimina—. No te expreses así de una dama, mucho menos de la que será tu novia por algunas semanas. —Ni me lo recuerdes, no tengo idea de cómo voy a fingir estar enamorado de ella. —Eres coqueto por naturaleza, solo recuerda que no debes coquetear con nadie más que no sea ella. —Es lo que me parece más complicado —me burlo y se carcajea. —De verdad no sé cómo agradecerte lo que estás haciendo por mí —menciona conmovida. —Ya te cobraré después —advierto y asiente. —¿Qué llevarás de ropa? —pregunta de pronto con preocupación. —Eso es lo de menos. —Por supuesto que no, mañana a primera hora pasaré por ti para acompañarte al doctor y después nos iremos de compras. —No, Gio, por favor, no estoy de ánimo. —Vas a una boda, estoy segura que no tienes ropa formal.—Además blanca —agrego—. La novia pidió ropa clara para los días previos a la boda y blanco para el día especial. —Que bonito —expresa—. Le propondré a August una renovación de votos así, en la playa y todos vestidos de blanco —divaga soñadora—. Pero volviendo a tu viaje, mañana compraremos todo lo necesario. —Está bien, tú ganas, cómo siempre. —Cómo debe de ser, tiyo Bemy —se ríe recordando como me llaman Georgia y Ximena—. Ahora me voy a descansar, mañana tendremos un día muy ocupado —aplaude con entusiasmo.La miro y bufo.
—Sonríe hermanito, que te vas a Las Bahamas con una hermosa chica.
—Sí —fingo efusividad levantando mi mano libre—. No puedo con la emoción.Se carcajea y se acerca para darme un beso.
—Ve a descansar —ordena.
—Lo haré, dale un beso a mi muñequita, por favor. —Claro, hasta mañana —se va y me quedo unos minutos más en la terraza, para después irme a descansar, ahora más que nunca necesito que los días pasen rápido o me voy a volver loco.Hola mis bellas, aquí les dejo otro capítulo para que no se haga tan larga la espera jeje. Nos vemos el miércoles para empezar con las actualizaciones, gracias por el apoyo. Un abrazo.
Por la mañana me cuesta un poco levantarme de la cama, solo de imaginar todos los planes que tiene Gio, estoy agotado. Apenas estoy terminando de ponerme el cabestrillo cuando escucho el timbre. —Tienes llave —digo al abrir. —Podrías estar ocupado con tu nueva novia —se burla, plantándome un beso en la mejilla. —Qué graciosa —resoplo. —¿Estás de mal humor? —inquiere, frunciendo el ceño. —No, o sí, ya ni sé. —Belamy, si no quieres ir al viaje, yo puedo hablar con Destiny y… —No es eso —la interrumpo, al ver su cara de preocupación—. Sabes que extraño mi trabajo y me siento un poco inútil sin mover un brazo. —Lo sé, pero ve el lado positivo, el viaje te servirá para no pensar en eso, y sí, soy consciente de que Destiny Golden no parece una mujer fácil, pero tú eres alegre y divertido, te encanta el mar, puedes disfrutar sin que ella te amargue el momento, y sobre todo, estará lleno de mujeres bellas. —Tienes razón, me estoy ahogando en un vaso de agua —suspiro—. Disfrut
Al cabo de unos minutos, está a mi lado. —Tenemos que dejar las cosas claras —anuncia—. Voy a buscarte un lugar en otro hotel. —Yo las tengo claras —digo sin mirarla—. ¿Cómo vas a fingir nuestro noviazgo si yo me voy a otro hotel? —¡No podemos dormir juntos! —exclama. —¿Tienes miedo de que te haga algo durante la noche? —me burlo. —No te conozco. —Eso debiste pensarlo antes de obligarme a venir. —No te obligué, solo motivé a tu hermana a convencerte —aclara y la miro con molestia. —¡Destiny! —grita una chica acercándose, apenas llega y se lanza a sus brazos para abrazarla con fuerza—. Por fin llegaste. —Chelsy —responde a su abrazo—. Estás preciosa. —Te he extrañado tanto —lloriquea la chica. —Mira, él es Belamy —me presenta, cuando se separan—. Mi novio. —Hola, Belamy —me abraza con efusividad—. Soy Chelsea, la hermana de Destiny y la futura novia —menciona emocionada. —Un placer, Chelsea. Al verlas juntas me doy cuenta que tienen cierto parecido en las faccio
Doy un sorbo a mi bebida y miro a Destiny, que cada vez se pone más roja. —Era una mañana un poco nublada, ya que durante la noche había llovido bastante, Destiny estaba afuera de unas oficinas revisando su teléfono, llevaba un traje en color blanco y me percaté de que estaba a punto de recibir un baño de agua sucia, cuando un coche que venía a toda velocidad, pasara frente a ella —doy otro trago a la cerveza—. Me acerqué, la tomé por la cintura, la giré en dirección contraria a la calle y recibí el baño de agua sucia por ella. —¡Oh por Dios! —exclama Chelsea, emocionada—. Eso es increíble, parece una escena de película romántica. —Era mi traje favorito —vocifera Destiny, exagerada. —Me dio las gracias y me fui. —¿Así nada más? —pregunta Chelsea, haciendo mala cara. —Sí —interviene Destiny—. Pero unos minutos después, lo encontré por casualidad en la oficina de una persona con la que tenía una reunión, lo vi sin camisa, ya que se estaba cambiando para quitarse la ropa mojada
Unos minutos después, se acomoda en el camastro a mi lado. —Hace un poco más de dos años nos íbamos a casar, yo quería una boda sencilla, pero él y su familia no, insistían en que tenía que ser el evento del año, algo inolvidable; así que alquilamos una preciosa hacienda en Seattle. Planificamos todo con un año de antelación, tuvimos algunos problemas ya que yo no me involucré del todo en los preparativos, pero siempre le dije que todo eso me estresaba y por eso prefería algo íntimo, los momentos privados me gustan solo con las personas más allegadas —toma aire—. Al final, hice lo posible por estar presente, como se dice por ahí, echamos la casa por la ventana con la celebración. Compré un precioso vestido de diseñador, me esmeré por lucir preciosa ese día y llegué a lo que sería la ceremonia a tiempo. Mi padre me decía que esperáramos un poco antes de entrar y pasaron varios minutos sin que supiera la razón, desesperada por saber qué ocurría me bajé de la limusina, para encontrarme
Unas horas después, empiezan a mostrar las pinturas, algunas son realmente graciosas y otras son bastante buenas, para suerte de Brendon, la de Chelsea fue peor que la suya, ella lo dibujó con el cuello enorme y los ojos más grandes que la frente, al final ambos lloraron de risa. La pintura que hizo Conrad se parece más a Destiny que a Samantha, sobre todo por el color de cabello, pero ella está emocionada y eso es lo importante. Llega mi turno y muestro mi pintura a Destiny. —Es muy buena —asegura sorprendida, la pone a su lado para comparar y no faltan los comentarios, aunque en su mayoría son buenos. Me muestra la que hizo y también le quedó muy bien, puso algunos rizos sobre mi frente, los ojos verdes, la nariz un poco pequeña y una enorme sonrisa mostrando los dientes. —Quedó muy bien —afirmo tomándola. —Hice mi mayor esfuerzo —sonríe con las mejillas sonrojadas. —Pueden ir a refrescarse, nos vemos para la comida en unas horas —anuncia Chelsea, al terminar—. Gracias por
—Llegó la hora de la verdad —suspira Samantha, nerviosa—. Aquí se decide si cenamos o no —murmura. —No pensé encontrarlos juntos —farfulla Conrad, al llegar. —Quise ayudar a Belamy a sostener su plato, para que tomara la comida con facilidad —explica Samantha. —Le dije que podía solo, pero ella muy amablemente se quedó para ayudarme —aclaro—. Ya ves, estar convaleciente tiene sus ventajas —me río y Conrad endurece la mandíbula, parece que no le fue tan bien en la cita. —Tenemos que hablar, Samantha —demanda. —Claro, nos vemos después —se pone de pie y se van. —¿Te sientes mejor? —pregunta Destiny, sentándose a mi lado. —¿A qué te refieres? —Ayer mencionaste que estabas agotado —me recuerda. —Ah sí, descansé bien y desperté algo tarde. —Te ves mejor —asegura—. Y eso me alegra, ya que en unas horas tendremos un paseo en yate, esa es la aventura de hoy —sonríe. —¿Quieres que te acompañe? —Por supuesto, ¿por qué lo preguntas? ¿No quieres ir? —No es eso, pensé que tú y
Llegamos, saludamos y a los pocos minutos Chelsea anuncia que podemos subir al yate, uno muy grande, moderno y elegante. —Hola —saluda Samantha, al encontrarme solo ya que Destiny fue por algo de beber. —Hola. —¿Todo bien entre ustedes? —indaga. —Sí, mejor que nunca —aseguro y siento que es verdad, no lo digo tanto por el noviazgo, si no porque noté a Destiny más relajada después de que habló con Conrad, como si se hubiese quitado un gran peso de encima. —Nosotros más o menos —suspira—. Conrad siempre ha sido claro en cuanto a sus sentimientos, y por supuesto, al ver a Destiny, reavivó lo que sentía por ella —señala a mis espaldas, y al girarme, ahí están, conversando—. Utiliza cualquier pretexto para acercarse a ella, a mí jamás me ha mirado así —exhala y me da pena su postura—. Me gustaría tener la misma seguridad que tienes tú, al no ponerte celoso. La situación evidentemente es difícil para ella y si estuviera en su lugar, creo que mis celos no me permitirían permanecer tan t
El resto del paseo no nos dirigimos la palabra. Regresamos un poco tarde y me quedo conversando con algunos de los amigos de Brendon, me despido unos minutos después para ir al bungalow. —¿No fuiste tú el que me dijiste que la palabra novia se me subió a la cabeza? —reprocha Destiny en cuanto entro—. Me parece que te pasó lo mismo. —¿Acaso te diste cuenta de como me observaban todos mientras ustedes coqueteaban? —inquiero—. A mi no me importa si tu lo sigues amando, pero no me pidas que intentemos que nuestro noviazgo sea lo más real posible y que lo disfrutemos, cuando unas horas más tarde te muestras cercana a tu ex y sonriendo como si fuesen los mejores amigos. —No estábamos coqueteando —aclara—. Solo se acercó a decirme algo de Chelsea —se justifica. —Claro, Samantha solo me ha buscado porque no tiene con quién conversar, y solo por eso, hiciste una escena de celos dejándola en vergüenza —le recuerdo molesto. —Esto no está funcionando —resopla y entra al baño dando un por