Hola mis bellas, feliz viernes de doblete jejeje. Paso tempranito a dejarles el primer capítulo del día, esperando que lo disfruten, no me canso de agradecerles por todo el apoyo a esta nueva historia, un abrazo enorme y nos vemos por la tarde.
Unas horas después, empiezan a mostrar las pinturas, algunas son realmente graciosas y otras son bastante buenas, para suerte de Brendon, la de Chelsea fue peor que la suya, ella lo dibujó con el cuello enorme y los ojos más grandes que la frente, al final ambos lloraron de risa. La pintura que hizo Conrad se parece más a Destiny que a Samantha, sobre todo por el color de cabello, pero ella está emocionada y eso es lo importante. Llega mi turno y muestro mi pintura a Destiny. —Es muy buena —asegura sorprendida, la pone a su lado para comparar y no faltan los comentarios, aunque en su mayoría son buenos. Me muestra la que hizo y también le quedó muy bien, puso algunos rizos sobre mi frente, los ojos verdes, la nariz un poco pequeña y una enorme sonrisa mostrando los dientes. —Quedó muy bien —afirmo tomándola. —Hice mi mayor esfuerzo —sonríe con las mejillas sonrojadas. —Pueden ir a refrescarse, nos vemos para la comida en unas horas —anuncia Chelsea, al terminar—. Gracias por
—Llegó la hora de la verdad —suspira Samantha, nerviosa—. Aquí se decide si cenamos o no —murmura. —No pensé encontrarlos juntos —farfulla Conrad, al llegar. —Quise ayudar a Belamy a sostener su plato, para que tomara la comida con facilidad —explica Samantha. —Le dije que podía solo, pero ella muy amablemente se quedó para ayudarme —aclaro—. Ya ves, estar convaleciente tiene sus ventajas —me río y Conrad endurece la mandíbula, parece que no le fue tan bien en la cita. —Tenemos que hablar, Samantha —demanda. —Claro, nos vemos después —se pone de pie y se van. —¿Te sientes mejor? —pregunta Destiny, sentándose a mi lado. —¿A qué te refieres? —Ayer mencionaste que estabas agotado —me recuerda. —Ah sí, descansé bien y desperté algo tarde. —Te ves mejor —asegura—. Y eso me alegra, ya que en unas horas tendremos un paseo en yate, esa es la aventura de hoy —sonríe. —¿Quieres que te acompañe? —Por supuesto, ¿por qué lo preguntas? ¿No quieres ir? —No es eso, pensé que tú y
Llegamos, saludamos y a los pocos minutos Chelsea anuncia que podemos subir al yate, uno muy grande, moderno y elegante. —Hola —saluda Samantha, al encontrarme solo ya que Destiny fue por algo de beber. —Hola. —¿Todo bien entre ustedes? —indaga. —Sí, mejor que nunca —aseguro y siento que es verdad, no lo digo tanto por el noviazgo, si no porque noté a Destiny más relajada después de que habló con Conrad, como si se hubiese quitado un gran peso de encima. —Nosotros más o menos —suspira—. Conrad siempre ha sido claro en cuanto a sus sentimientos, y por supuesto, al ver a Destiny, reavivó lo que sentía por ella —señala a mis espaldas, y al girarme, ahí están, conversando—. Utiliza cualquier pretexto para acercarse a ella, a mí jamás me ha mirado así —exhala y me da pena su postura—. Me gustaría tener la misma seguridad que tienes tú, al no ponerte celoso. La situación evidentemente es difícil para ella y si estuviera en su lugar, creo que mis celos no me permitirían permanecer tan t
El resto del paseo no nos dirigimos la palabra. Regresamos un poco tarde y me quedo conversando con algunos de los amigos de Brendon, me despido unos minutos después para ir al bungalow. —¿No fuiste tú el que me dijiste que la palabra novia se me subió a la cabeza? —reprocha Destiny en cuanto entro—. Me parece que te pasó lo mismo. —¿Acaso te diste cuenta de como me observaban todos mientras ustedes coqueteaban? —inquiero—. A mi no me importa si tu lo sigues amando, pero no me pidas que intentemos que nuestro noviazgo sea lo más real posible y que lo disfrutemos, cuando unas horas más tarde te muestras cercana a tu ex y sonriendo como si fuesen los mejores amigos. —No estábamos coqueteando —aclara—. Solo se acercó a decirme algo de Chelsea —se justifica. —Claro, Samantha solo me ha buscado porque no tiene con quién conversar, y solo por eso, hiciste una escena de celos dejándola en vergüenza —le recuerdo molesto. —Esto no está funcionando —resopla y entra al baño dando un por
Llegamos al bungalow, entramos a la habitación, la hago sentarse en la orilla de la cama para agacharme y quitarle los zapatos. —¿Sigues enojado conmigo? —pregunta, haciendo un puchero muy gracioso. —No estoy enojado, solo que no me siento cómodo con la situación que estamos pasando, no me gustan las mentiras y todo lo de Conrad me rebasa —confieso. —Entiendo —suspira—. Antes de venir, tenía miedo de volver a verlo, enfrentarme al hombre del que creía estar enamorada y con el que iba a unir mi vida para siempre, me ponía nerviosa —exhala con pesadez—. Tengo que agradecerte el apoyo que me has brindado, sin ti, no sé qué hubiese pasado. —¿No has pensado que tal vez puedas perdonarlo? —cuestiono—. Cometió un error, pero se ve que te ama y podrían superar lo que pasó. —¿Tú crees? —Sí —afirmo—. ¿No sentiste nada al verlo? —Rabia —bufa. —Pero tú misma has dicho que tuvieron una buena relación —me siento a su lado—. Tal vez no todo esté perdido. —¿Quieres deshacerte de mí, c
Camino hasta la playa, me quito los zapatos y mojo mis pies intentando relajarme. Me acomodo en una de las mesas vacías y ordeno una bebida refrescante, no quiero volver al bungalow para no despertar a Destiny, así que me quedo a pasar el tiempo aquí. Unas horas después, escucho algunas risas a mis espaldas y noto a un grupo de chicas señalándome. —Hola —se acerca una de ellas, se ven bastante jóvenes no deben pasar de los veinticinco años. —Hola —respondo a su saludo. —Mis amigas quieren invitarte un trago —las señala, y al mirarlas todas me sonríen. —Gracias, pero es un poco temprano para beber. —¿Estás de vacaciones? —indaga. —Vine a una boda. —Ah, eres de los invitados que tienen reservados los bungalows. —Sí —afirmo. —¿Y vienes acompañado? —interroga. —Sí, estoy con mi novia. —Que pena —hace mala cara—. Siempre los hombres atractivos están ocupados —resopla haciéndome reír—. ¿Al menos puedo saber tu nombre? —Belamy —respondo. —Yo soy Renni —se presenta—. Espe
Al día siguiente, despertamos temprano y decidimos aprovechar la mañana para ir al spa después del desayuno, ya que no hay actividades para el día de hoy. —¿Habías venido antes a un spa? —pregunta Destiny, cuando entramos. —Sí, mi hermana me ha obligado a ir, mi parte favorita es el masaje. —No lo dudo, ¿conquistaste a alguna de las chicas que te atendió? —No, aunque no lo creas, sé dónde y cuándo, no estoy coqueteando con todo el mundo por donde voy. —Es extraño, porque tienes una manera de ser, muy coqueta. —Siempre intento ser amable, pero muchas veces eso se puede malinterpretar, sin embargo, cuando lo hago es muy notable, no me ando con rodeos. —Bueno en eso tienes razón, en algunas ocasiones he tenido problemas por sonreírle a un hombre, piensan que por eso pueden invitarme a salir. —¿Y sonríes seguido? —me burlo. —No, por lo mismo —hace mala cara—. Para evitar problemas. Pasamos a los vestidores y salimos con el albornoz del hotel, nos llevan a una de las habita
Llegamos y Destiny entra al baño, aprovecho para ponerme el pantalón del pijama y empiezo a acomodar la cama. —Belamy… —me llama al salir del baño, doy la vuelta para mirarla y me sorprende lanzándose a mis brazos para besarme, sin dudarlo correspondo a su beso con la misma intensidad, encendiendo mi cuerpo por completo. Puedo notar mi corazón a punto de salirse del pecho, si bien deseo con todo mi ser tomarla en ese momento, necesito estar seguro de que no se arrepentirá después.—¿Estás segura de esto? —pregunto, separándome un poco. —Más que nunca —responde con la respiración agitada—. No he dejado de recordar lo que pasó después del sauna. Me alejo para cerrar la puerta con llave y tomo un preservativo de mi maleta, nuestras miradas vuelven a conectarse y me acerco a ella como un depredador acechando a su presa, puedo notar sus pezones endurecidos a través del pijama de seda, paso mis dedos con suavidad por el borde de su escote y su piel se eriza al instante, logrando que mi