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Estuvimos allí hablando durante horas, logré mantenerme en calma, Inés me aconsejó ir a casa, que ella se encargaría de decirle al jefe que me habían dado un día de reposo, así podría esperar a que me entregaran los exámenes y tener la prueba para enfrentarlo. Decirle lo que estaba pasando.

Ella me ayudó a abordar un taxi y fui directo a la casa, el dinero que tenía no me alcanzaba por lo que ella me prestó, de todos modos el fin de semana recibiríamos nuestro salario, así podría devolverle lo que me estaba prestando.

Había llegado a casa y cancelé el servicio, le toqué a mi hermano, porque de la preocupación no era capaz ni de encontrar las llaves, las manos me temblaban, él me abrió y me preguntó que hacía tan temprano en casa y le dije que me había sentido mal y me habían enviado a descansar.

—¿Te das cuenta? ¡Te lo dije! Debes descansar más. Si te hubieras casado con alguno de los pretendientes en el pueblo, no tendrías que llevar la vida que estas llevando ahora, ya no tienes t
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