Capítulo 2; Mentiras

Capítulo 2; Mentiras

~Melania~

Abro la puerta de mi departamento y lo primero que visualizo es a Abdiel dormido en el mueble de la sala de estar.

Debió estar esperándome.

Hace dos años que tengo una relación con Abdiel y ya soy su prometida. Me gustaría decir que lo amo, pero nunca podría amarlo sabiendo de qué familia viene.

No es mala persona, pero no puedo amarlo.

—Despierta —lo muevo—. Despierta, Abdiel, es de madrugada.

Abre sus ojos lentamente y me sonríe.

Todo el tiempo me mira con adoración, y me siento culpable por haberlo enamorado, pero yo necesito cumplir con mi venganza y el eslabón más fácil era él, aproveché la oportunidad.

Bosteza. —Llegaste —se acomoda en el mueble—. ¿Dónde estuviste? Megane vino hace como dos horas.

—Me quedé con un amigo y se nos pasó el tiempo volando. No me había fijado que era tan tarde.

—¿Y ese amigo te hizo ese chupón?

Toca mi cuello y maldigo mentalmente.

—La cadena me dio alergia. Iré a dormir, estoy cansada. Tú también deberías de hacer lo mismo, vas a despertar cansado.

Lo beso. Estoy por seguir mi camino y me detiene.

—Mañana conocerás a mi familia, iremos a cenar con ellos.

—Lo sé, no podría olvidarlo si llevas semanas diciéndome lo mismo.

—Y tú llevas dos años dándome excusas para no conocer a mi familia.

—No son excusas, estaba ocupada.

—¿Ocupada durante dos años? Melania, era obvio que no querías conocer a mi familia.

—Iré contigo mañana. ¿Contento?

—A veces eres muy cruel, no tienes tacto. Te pareces a mi hermano Mauro.

—No hagas comparaciones estúpidas —me acerco—. Nunca me compares con tu hermano, la diferencia es bastante grande. Ubícate.

Y sí, me acosté con el hermano de mi prometido y esto solo es el comienzo.

Haré que todos estén a mis pies y se destruyan entre ellos mismos.

Quiero ver la cara de Mauro cuando me vea llegar de la mano con su adorado hermano.

«Los Urquijo terminarán arrastrándose como los gusanos que son».

[….]

—¿Por qué no apareciste más anoche en la discoteca? Te miré con Mauro y luego a él no lo volví a ver. ¿Estaban juntos? —me interroga Megane.

Ella sí es hija de los señores Montenegro y sabe todo lo de mi venganza.

Nunca hubo preferencias en la familia cuando yo llegué, tanto Megane como su hermano me recibieron muy bien y todo era por igual, a pesar de que ellos son hijos legítimos.

—Salí a tomar aire, tenía un calor infernal. Y Mauro no sé dónde estaba.

Le miento con toda la seguridad posible.

—Sé que estabas con él, no me mientas. Estás obsesionada con esa familia que no vale la pena.

—Estaba disfrutando de estar con Mauro, por Dios, necesitaba sexo.

Se queda callada por unos segundos y vuelve a hablar.

—¿Irás con Abdiel a conocer su familia? Pueden reconocerte —deja su plato en el fregadero—. Los Urquijo no son buenas personas, si saben que quedó una viva de la familia que ellos destruyeron se irán en tu contra, no quieren testigos, y menos si pueden arruinarles la vida.

—Sí, ya llegó el momento de estar frente a frente con esa familia. Y no podrían reconocerme, han pasado diez años y en esos tiempos solo me vieron un par de veces y era muy distinta —me pongo enfrente del espejo—. Hoy les veré sus caras y me tocará fingir que todo está bien.

—Cuídate, si te pasa algo me muero.

—Entonces, me buscas en el infierno.

—¿Hasta dónde serías capaz de llegar con tu venganza?

—Hasta donde sea, no me voy a medir para hacerles daño, para hacerlos pedazos. En especial a Mauro.

—Todo va a terminar mal.

—Lo sé, pero mi venganza continúa.

Me queda viendo, y suelta otra pregunta.

—¿Qué pasaría si te enamoras de Mauro? Siempre lo mencionas. No es un secreto que es muy atractivo, es sexy, una debilidad para cualquier chica, incluso para ti.

—El amor es algo que no me pertenece…

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