Capítulo 3; ¿De dónde saliste?
—Melania— Abdiel me toma de la mano y me dedica una sonrisa para tratar de calmarme. Hoy todo tiene que salir perfecto, un error llevaría mis planes al suelo. —¿Estás bien? Podemos regresarnos al departamento si te sientes nerviosa, te has puesto pálida. —¿Y dejar a tu familia esperando? Por supuesto que no —le doy una sonrisa—. Yo estoy bien, solo fue un mareo. —¿Segura? —Sí. —Perfecto. Mis papás te van a adorar. Me da un beso y abre la puerta de la mansión. Mis vellos se erizan y trato de calmarme, nunca nadie debe verme débil. Siempre tengo que ir un paso adelante y si me ven nerviosa puedo levantar sospechas. —¡Mamá, papá! Empieza a llamar y a medida que caminamos se escuchan las risas. Apenas ponemos un pie en la sala de estar todos hacen silencio y nos quedan mirando. En todo momento muestro seguridad y mi sonrisa no se borra. Me miran de pies a cabeza y sé que estoy vestida de la mejor manera y como a ellos les gusta. Están buscando el mínimo error para tacharme de ser una chica sin clase como les encanta hacerlo. «Así que está toda la familia». —Hijo —la señora Fernanda le da un sutil abrazo, y Abdiel le sonríe. Cuánta hipocresía—. Llegaron a tiempo, los estábamos esperando —me escanea sin pudor alguno—. ¿Melania? —Sí, un gusto conocerla, señora Fernanda —no me muevo de mi lugar, es ella quien me da un beso en la mejilla—. Es muy hermosa su mansión. —De manera que la novia secreta sí existe, todos estábamos por pensar que era una mentira lo de la novia —Aisel golpea el hombro de Abdiel y se ríen—. Soy Aisel, la novia de Mauro. Amor, ven, acércate —toma de la mano a Mauro para dejarlo enfrente de nosotros y le sonrío. Está muy serio. Puedo darme cuenta de que le ha sorprendido verme—. Saluda a tu cuñada, no seas maleducado. —Hola, Melania. —Hola. —Qué simples pueden llegar a ser los jóvenes ahora, son casi familia, Melania es la prometida de tu hermano, dale un abrazo y un beso, ¡por Dios! Doy el primer paso yo, y le doy un abrazo. Se tensa con mi contacto. Justo quería ver su cara al saber que soy la novia de su hermano. Antes de separarnos le susurro: —Así que te has acostado con la prometida de tu hermano, Mauro. —Eres una m*****a, lo sabías. —Lo disfrutamos. Me aleja con suavidad y me sonríe. A unos pasos de nosotros se encuentra el señor Manuel Urquijo, está sentado en un sofá grande y lleva una pipa en su mano. Su mirada es fría y calculadora como lo recuerdo. Siempre se ha sentido superior a otros y nadie lo ha bajado de esa horrenda nube donde vive. Algún día lo voy a pisotear como el gusano que es, esa arrogancia que carga se la haré tragar. Se levanta y se acerca, con su aguda voz me dice: —¿Quiénes son tus padres? ¿De dónde saliste? —Papá… Abdiel trata de imponerse y lo tomo del brazo para que no siga. No necesito que me defienda, yo puedo ponerlo en su lugar. —Soy Melania, hija de los señores Montenegro. Asiente. Su mirada me da escalofríos, siento que busca saber quién soy en mi manera de ser y de tratarlo, es bastante observador. Debo tener cuidado con él. —¿Si sabes que no cualquiera entra a la familia Urquijo? ¿Sabes que es una oportunidad que tienes que ganarte? —¿Si sabe que le estoy dando la oportunidad a su hijo de codearse con gente que sí vale la pena? Se me queda viendo y endurece más su expresión, trata de hablar y continúo. —Porque si no lo sabía se lo acabo de informar, señor Urquijo.Capítulo 4; Traición~Melania~—Pasemos a la mesa, muero de hambre —Aisel trata de calmar el ambiente tan pesado que se ha formado—. No sabes la comida tan deliciosa que preparan aquí, Melania. Te encantará.Asiento, sin sonreír.—De manera que eres la prometida de mi hermanito —Mauro se toma un trago. Su cabello rubio le cae a los lados de su cara y sus ojos azules están fijos en los míos—. Todos estábamos esperando que saliera del clóset.—Me parece que tu hermano es mucho más hombre que tú, digo, no le has pedido a Aisel que se casen —le digo entre dientes y con una diminuta sonrisa—. ¿O sí?—De hecho, no, pero…—Qué mal novio eres —bromeo, haciendo que todos se rían.Noto que endurece su expresión.—¿De qué hueco te sacó mi hermano? —cambia el rumbo de la conversación. Su intención es hacerme quedar mal—. Cuéntanos para divertirnos.—Supongo que del mismo que te sacó tu novia, por eso nos estamos llevando así de bien.Veo cómo Mauro aprieta los puños, me rio por lo bajo.El juego
Capítulo 5; Amenaza~Melania~—¿Podemos hablar? —me sorprende la pregunta del señor Manuel. Desde hace unos minutos se había quedado en silencio—. Los dos a solas.—Papá, te dije que no intentaras hacer nada.—Nunca mencioné si podías hablar conmigo, Abdiel. Haz silencio y deja que Melania hable.—Claro que podemos hablar, señor Urquijo.Asiente y me hace señas para que lo siga. Llegamos a su despacho y me indica que me siente en un sofá de cuero que está ubicado en una esquina.—¿Qué pretendes al casarte con mi hijo? ¿Una posición social? ¿Dinero?No me sorprende el descaro que tiene este señor para preguntar lo que no le interesa. Puedo percibir que se siente intimidado con mi presencia.—Abdiel es débil, fácil de controlar, y puede que hayas visto tu oportunidad de tener una posición social más elevada que la que ahora tienes. Hay muchas mujeres como tú.—¿Y cómo se supone que son las mujeres como yo?—Manipuladoras.«Maldito descaro el de este hombre».—Bien, seré sincera con ust
Capítulo 6; Mi competencia —Mauro Urquijo——Me explicas ya mismo ¿cómo se te ocurre meter a una tipa como vicepresidente a nuestra empresa? Seguro no tiene nuestras mismas capacidades.No estoy de acuerdo que venga alguien a ocupar un puesto tan importante sin ni siquiera ser de nuestra familia. He tenido el control de la empresa desde que estoy a cargo de esta sede y no voy a permitir que una desconocida me baje del trono. Ley Urquijo: Estar por encima de todos.Felipe toma los papeles de mi escritorio, empieza a leerlos.—Capacidades tiene y muy elevadas. Ha sido modelo de marcas como MirandaLou, SS44, ElysGir y sabes que esta tiene una sede en la gran manzana. No te menciono las demás marcas porque terminas loco.—Felipe, no seas boca abierta, cualquiera con cara bonita puede ser modelo de esas marcas y de la que le venga en gana.—Estudió Finanzas y un año de administración en la Universidad de California. Sabe de contabilidad, estrategias básicas de marketing, diseño y es buen
Capítulo 7; Enemigos —Mauro——¿Podrías dejarnos solos, Felipe?—No. —Me le quedo viendo para que sepa que quiero que salga y no deja de recoger mis cosas en una caja—. Melania me pidió ayuda, y no puedo ser…—¡Que salgas!Lo empujo hasta la puerta.Me quedo mirando a Melania, está recostada en el escritorio. Las veces que la he visto siempre se ve tranquila, sin inseguridades y a la vez siento que se cree más que todos los de su alrededor. Parece la clase de chica que sabe lo que quiere, que llega a un lugar y deja ver quién es y por qué está en ese lugar.—¿Sabe Abdiel que estás aquí?—Para él también será una gran sorpresa cuando sepa que tengo acciones en su empresa. Porque este lugar no es solo tuyo. —¿Esto es por haberme acostado contigo?Se ríe.—No digas estupideces, Mauro —se endereza, sin quitar su molesta sonrisa—. Estoy aquí porque así lo decidieron los socios, incluso tu papá. Bueno, él no sabe que soy yo. Y sobre lo que pasó con nosotros, olvídalo.—Ya lo olvidé, no er
Capítulo 8; Destrúyela—Mauro—Sigo sin poder creer la rabia y la frustración que me puede causar Melania. No quise venir con ella y llamé al abogado de la empresa, pero ella ya estaba aquí y había hablado con uno de los encargados del caso. Esto sería un escándalo si la prensa se llega a enterar que estamos involucrados en un asunto tan delicado como lo es este. —¿Me puede decir si ya puedo pasar con el fiscal del caso? Llevo esperando mucho tiempo.Le vuelvo a preguntar a la secretaria.—Le he dicho que el fiscal está hablando con la señora Montenegro y su abogado, y llevan mucho tiempo ahí dentro. Tiene que esperar.Termina de hablar y se abre la puerta donde me había dicho que estaban reunidos. Me acerco rápidamente con el abogado de la empresa. —En unos días todo estará solucionado, pero debes entender que debemos realizar una auditoría a tu empresa —el fiscal solo le habla a Melania. Parece que yo no estuviera—. Te agradezco que hayas venido, y me alegra mucho volver a verlo
Capítulo 9; Seducción —Melania——¡Llegaron! Megane deja salir un gran suspiro de alivio y nos da un abrazo. Parece alterada, y es extraño en ella, siempre ha sido muy calmada.—¿Cómo les fue? Esperé ver alguna noticia en los programas de chismes y nada. ¿Los meterán a la cárcel? —No viste nada porque no llamé a los de la prensa. Me saco los tacones.—¿Por qué no? —Esa parte tampoco la entendí. Se supone que quieres destruir a esa familia, sobre todo al patético de Mauro —habla mi hermano Arnold—. Tuviste la oportunidad perfecta de armar un escándalo y no hiciste nada; tú los ayudaste. Es más, no sé por qué fuimos hablar con mi tío.Ventajas de tener una familia con buenas profesiones. El fiscal es hermano de mi madre y vi la oportunidad perfecta para sacarle provecho.—No podía armar un escándalo que llevaría a la ruina a la empresa cuando yo apenas tengo unos días allí. Eso arruinaría mis planes. Les explico, y los dos se miran la cara.—¿Segura de que quieres seguir con todo e
Capítulo 10; Rabia—Melania—Escucho que abren la puerta y no despego la vista de la ventana. Debe ser Abdiel, la mayoría del tiempo arrastra los pies. Debe estar enojado por ocultarle lo de la empresa, y realmente él tiene razón en decir que le debí contar, pero no me parecía oportuno decirle. Podría negarse y contarle a su familia lo que yo quería a hacer.—¿Estás bien? Cada vez que estás triste buscas una taza de café, te sientas en este sofá y te gusta ver el atardecer de la ciudad —una parte del sofá se hunde. Se ha sentado a mi lado—. ¿Quieres hablar? Aquí me tienes para ti.No aceptar que me aprendió a conocer un poco en dos años, sería mentir. Abdiel no tiene que ver con mi venganza, solo tuvo la mala suerte de ser débil y que yo viera mi camino más fácil para entrar a su familia por medio de él.—Extraño a mis papás, hace mucho no los veo —dejo el café a un lado para mirarlo. Deja su mano sobre la mía—. Sabes que ellos casi nunca vienen por su trabajo, y yo hice mi vida le
Capítulo 11; Oportunidad —Melania——Semanas después——¿Será que la vicepresidente me deja entrar a su respetable oficina?Quito la mirada del computador para mirar en la puerta a Aisel. Tiene una sonrisa.—Claro que puedes pasar —me levanto para saludarla—. ¿Vienes a ver si le di vida a la que era la oficina de tu novio?Se ríe. —Se mira mejor ahora, Mauro es muy simple en cuestión de decoración.—¿Y no es así de simple en la cama?—Es bueno.—¿Pero…?—A veces es muy agresivo, quiere intentar cosas que a mí no me gustan, que me lastiman y no me causan placer. Prefiero que sea más tierno en la cama, y no tan brusco.Cuánta diferencia entre las dos, a ella le gusta el sexo a lo tradicional, y yo disfruto de experimentar lo que sea.Me siento frente a ella. —¿Por qué no se lo dices? No tienes que hacer algo que no te gusta, es tu cuerpo y tu decides tus reglas. —No quiero que piense que soy una tonta.—Si lo piensa es un estúpido. No todas las chicas son iguales, y él debe entender eso