Ámbar se esforzó con ayuda de Amy y Meli, a comprar todo lo necesario para la reunión de aquella noche, comida, bebidas, todo, aunque sería una reunión bastante íntima quería que todo fuese muy hermoso, sus amigas se fueron argumentando que debían prepararse para volver, cada una con sus respectivas parejas, aquello oprimió el corazón de Ámbar, estaba feliz por Melina, quien se veía más radiante y alegre desde que había comenzado su amorío con aquel hombre maduro, estaba feliz por Amy, quién ni cabía de la dicha ante todos los planes que tenía a futuro con Markus, si, estaba feliz, pero aquello no hacia mas que recordarle su infelicidad, su soledad y la ausencia de Samuel, a quien no dejaba de extrañar ni por un instante. Los primeros en llegar fueron Amy y Markus. —¡Estoy feliz de que estén aquí!— les dijo abrazándolos — adelante, los demás no deben tardar en llegar. —Veo que han pensado en todo— dijo Markus— huele muy bien aquí. —Todo lo necesario para pasar un buen rato— unos d
La vida sin Samuel era muy triste sobre todas las noches, se sumergía en un mar de recuerdos... recuerdos que hacían florecer su piel, que calentaban su alma y su cuerpo, pero más allá de la piel lo que extrañaba eran la hermosa profundidad de sus ojos, su verde mirada, su tímida sonrisa... lo extrañaba, realmente extrañaba mucho a Samuel y lo que más deseaba era que aquel tiempo en África le permitiera pensar, le permitirá recapacitar y sobre todo, le permitiera escoger lo que fuese mejor para los dos, lo amaba, lo amaba como nunca había amado a ningún otro hombre y estaba dispuesto a arriesgarlo todo por él... por él estaba dispuesta a enfrentar las críticas, los insultos, seguramente los señalamientos de las personas que no tardarían en decir que había corrompido a un hombre de Dios, pero nada de eso importaba, bien podrían hacer sus maletas e irse a cualquier parte del mundo donde pudiesen estar felices, donde nadie los conociera. En medio de aquella soledad agradecida poder con
—No necesito acusarte de nada, madre, Tú deberías saber si ha sido o no una buena madre conmigo. — le dijo intentando contener la rabia y las lágrimas, después de todo, su madre también osaba hacerse la víctima en todo esto. —Suficiente de tu reproche, como siempre eres difícil de comprender y nada fácil de complacer.No hay quien te entienda Ámbar, tan egoista como siempre. —¿Por qué siempre tengo que ser yo la del problema?, ¿ Por qué no puedes asumir por una vez que piensas colocarme entre la espada y la pared solo para tu beneficio? tú misma te has quejado toda la vida de que me tuviste a una edad prematura, que no disfrutaste de tu vida, que te viste forzada a ser madre, me acusas constantemente de haber arruinado tu juventud y hasta tu vids, ¿porque quieres que yo pasé por lo mismo?, yo no quiero que un hijo mio se sienta como tu me has hecho sentir toda la vida. —Un momento señorita, no pasarás por lo mismo, ya no tienes dieciocho, ni diecinueve, eres una mujer hecha y derech
QUERIDOS LECTORES... Ante todo quiero ofrecerles una muy sinceras y sentidas DISCULPAS, me avergüenza haber abandonado está historia durante tanto tiempo, quienes me han leído con anterioridad saben que no suelo hacer eso, y que por muy complicada que esté siempre trato de actualizar y seguir con la historia aunque sea de a poco, pero está vez fue algo que se escapó completamente de mis manos. El asunto es que he estado un poco mal con temas de salud... mi salud no anda del todo bien, y en ocasiones no tengo buenos días, a veces tengo dolor constante e inflamación que nos sme deja por días, lo que me ha impedido escribir y ponerme al dia. Realmente lo siento 🥺🥺 porque sé que con actualizaciones lentas o al pausar la historia se pierde el hilo de la trama, y sé que muchos han estado emocionados con la historia entre Ámbar y Samuel, así que les pido me puedan disculpar por esta ausencia. Está vez les informo que a partir de hoy retomo las actualizaciones hasta terminar la histo
Después de aquella triste escena con sus padres Ámbar decidió que no podía enfocarse en lo negativo de su vida de ser así terminaría deprimida y llorando sobre el sofá hundida en la miseria que le provocaba sentir que no pertenecía a ninguna parte. Y a eso debía añadirle el hecho de que seguía sin saber absolutamente nada de Samuel, las veces que había hablado con Ana, la pobre mujer también había dejado bastante claro que ella tampoco había hablado con su hijo, aquello no hacía más que entristecer a Ámbar quien lo extrañaba y anhelaba constantemente su regreso, los días transcurrían lentamente y aquello parecía una infinita tortura era como si estuviese pagando una penitencia y quizás sí lo era, quizás debía pagar penitencia de por vida por haberse enamorado de un hombre de Dios. Si algo podía consolar su triste y miserable vida eran sus amigas, poder salir y disfrutar de tiempo de chicas con Melina, Amy y Jessie era lo mejor del mundo, podían ir a bailar una noche reunirse para to
Anibal estaba en su oficina, ansiando la hora de regresar al departamento de Melina. ¡La amaba, realmente lo hacía!, ¿ en qué momento había perdido la cabeza por ella?, no lo supo con exactitud pero ahora estaba plenamente consiente de que lo que más anhelaba era pasar el resto de sus días siendo feliz junto a ella. El teléfono timbró, devolviéndolo a la realidad, extendió una mano y lo tomó. —Dime, Lorena. —Señor Thompson, lamento interrumpir pero tiene una llamada de su esposa por la línea dos— frunció el entrecejo, suponía que todo había quedado claro, y que no responder sus llamadas era muestra clara de que no quería contacto entre ellos, Pero Ana parecía no comprenderlo. —Gracias Lorena, tomaré la llamada. —Si, señor— cortó la comunicación, para luego activar la llamada de la línea dos. —Ana, ¿sucede algo? —Suceden muchas cosas y aparentemente ninguna buena— dijo con voz triste. —¿Estás bien? —No... ¿podrías venir a casa?, necesito hablar contigo Anibal.
Ámbar observó su reflejo en el espejo, aunque se veía muy bonita, no podía evitar la enorme tristeza que reflejaban sus ojos, ¿cómo librarse de la sensación de que algo le faltaba?, se sentía incompleta... además de aquella sensación de mal presentimiento en su pecho. ¿Estaría Samuel bien?, ¿sería posible que algo grave estuviese sucediendo con él?, esperaba que no, porque de ser así no podria soportarlo. Recibió un mensaje de Matteo informándole que ya estaba en el bar. Hubiese querido negarse y ponerle una excusa pero mientras más pronto terminara aquello, mejor. Al menos podría ir en su nuevo auto, y regresar muy rápido, poniendo como excusa el trabajo. Arrojó el celular al bolso y se asustó cuando comenzó a timbrar, suspiró pesadamente al imaginarse que se trataba de Matteo, pero su sorpresa fue enorme cuando observó el nombre de él en la pantalla. —¡Samuel!— respondió a la llamada, rogando porque su mal presentimiento no se debiera a que él estaba mal, rogaba que aquella
¡ATENCIÓN, ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENA SENSIBLE, SE RECOMIENDA DISCRECIÓN! ****************** Ámbar lo siguió, caminando torpemente en tres las personas que venian y se divertían... —¿A dónde vamos, Matteo?— preguntó sujetando su bolso contra su cuerpo. —¡Ya lo verás!— fue la respuesta que obtuvo, después de caminar por algunos minutos, se encontraron frente a una puerta, Matteo tomó la perilla con confianza y la abrió, atravesando el umbral y llevándola con él. Ámbar frunció el entrecejo al encontrarse en un callejón débilmente iluminado, era la parte trasera del bar... La confusión la golpeó, mientras Matteo seguía tirando de ella para llevarla allá, dónde la luz era aún más débil. —¡Detente Matteo!— le dijo, rehusandose a caminar y batallando por quedarse en donde estaba, pero Matteo era más grande, más fuerte y tiró de ella casi logrando arrastrarla. —¡Detente o comenzaré a gritar por ayuda!— le advirtió, Pero el se giró bruscamente hacia ella observándola casi co