Capítulo 594
Ya estaba todo listo para la construcción de la escuela en la Aldea Robledo. El alcalde, contento, se despidió respetuoso de ellos. Marina y los demás regresaron a los Álamos.

Para corregir su error, Rufino le marcó apresurado a Aarón:

—Mucho gusto, soy Iván, ¿te acuerdas de mí? Estuve en la Aldea Robledo hace unos meses. Quería hablar contigo sobre el arrendamiento de las tierras, ¿tienes un ratito para charlar?

Aarón, al escuchar su voz, se ajustó en la silla, apagó la televisión y respondió con respeto:

—Sí señor, claro, tengo tiempo.

Rufino, con un tono amistoso, le preguntó:

—Escuché que te mudaste, ¿dónde vives ahora? Quisiera fijar un lugar para vernos.

Aarón sonrió con agrado.

—Sí, vivo en el Condominio La Flor del Valle.

Rufino pensó al instante, qué casualidad:

—¡No puede ser! Yo también vivo ahí, en el edificio seis. ¿Y tú?

Aarón soltó una gran carcajada.

—Jajaja, qué suerte tienes, yo vivo en el cinco.

—¡Buenísimo! Si no te molesta, ¿qué opinas si paso a verte ahora mismo?
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