Capítulo 586
Justo cuando Vera estaba furiosa, pensando que algo le había pasado a Camilo, la puerta de la biblioteca se abrió de repente.

Lidia entró en ese momento corriendo, como un torbellino, con cara de enojo y un toque de niña consentida:

—¡Abuela, mi hermano rompió mi pulsera!

Lidia hizo un ligero puchero y levantó su manita, mostrando con tristeza una pulsera delicada.

En realidad, no estaba rota, solo un poco sucia, y con lavarla quedaría realmente como nueva. Pero en sus ojos brillaban las lágrimas.

Vera la miró, furiosa, pero enseguida se controló y reprimió su enojo.

Trató de sonreír.

—Lidia, ¿qué te parece si luego te compro una pulsera nueva? ¿Qué dices ahhh?

Lidia seguía molesta, porque esa pulsera era la que más le gustaba.

Vera se agachó y acarició su cabello con dulzura, sonriendo con agrado.

—Te voy a comprar una aún más bonita, ¿te parece?

Lidia, aunque todavía algo molesta, aceptó.

—Ok.

—Ve a jugar con tu hermano. No peleen más, yo estoy por aquí ocupada —dijo Vera con tono s
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