Capítulo 524
Al día siguiente por la mañana, el pronóstico anunciaba un día soleado.

Marina se despertó temprano, se maquilló un poco para verse más despejada y, después, fue directo al supermercado a comprar lo necesario para cocinar. Cuando regresó, se arregló de inmediato. Sabía que, cuando Daniel llegara, irían juntos a la estación de policía a recoger a Diego.

Cerca de las diez de la mañana, Diego salió de la comisaría, con el rostro marcado por el cansancio. Al verlo, Marina no pudo evitar sonreír, y él, al verla, le devolvió la sonrisa y caminó apresurado hacia ella.

—Marina —dijo Diego, con voz suave, llena de ternura—, lo siento mucho, no quería que te preocuparas.

Marina lo abrazó con fuerza, apoyando la cabeza con dulzura en su pecho. Diego le acarició el cabello con suavidad, susurrando:

—No te preocupes, ya estoy bien.

Marina aceptó, separándose un poco de él para mirarlo a los ojos.

—Diego, ven a casa conmigo.

Él entendió perfectamente lo que ella quería decir. Sus ojos mostraron en e
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