Capítulo 432
La incomodidad en el rostro de Luna desapareció al instante y una sonrisa apareció de repente en sus labios.

—Yulia, qué bien portadita. Este es un regalo para ti.

—¡Gracias, abuela!

Yulia sonrió con dulzura, y con el regalo en las manos, se acercó a Diego. Él la levantó con suavidad y la sentó junto a él.

—Papá, ¿me lo guardas?

Eduardo y Luna se miraron sorprendidos al escuchar a Yulia llamarlo papá con tanta naturalidad.

Marina, como si hubiera adivinado lo que pensaban, sonrió y le explicó.

—Yulia es la hija biológica de Diego.

No añadió más detalles al respecto, ya que no los sentían lo suficientemente cercanos como para hablar de todo.

Antes de que Eduardo y Luna pudieran asimilar la noticia, Diego sonrió y dijo.

—En realidad, estoy aquí hoy para pedirle la mano de Marina.

En ese momento, los guardaespaldas de ambos entraron apresurados con los regalos para el compromiso.

Eduardo y Luna se miraron, atónitos.

Pensaban que Marina y los demás solo venían a cenar.

Eduardo suspiró con
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