Capítulo 184
Marina aún no había despertado del todo. Sentía un peso abrumador sobre su cuerpo, como si alguien la presionara contra la cama.

Al abrir los ojos, se encontró con una tenue luz encendida en el dormitorio y el rostro atractivo de un hombre que la miraba con intensidad.

Su mandíbula estaba tensa, y su torso musculoso, ahora al descubierto, irradiaba una fuerza imponente.

—¿Cómo entraste? —preguntó, aún aturdida.

—Tengo una llave —respondió Diego, notando que ella empezaba poco a poco a despertar.

Marina soltó un pequeño gemido de sorpresa al asimilar que él tenía la llave de su dormitorio. Vaya, no había logrado que él durmiera en el suelo ni en el sofá. Con cierta frustración, mordió su labio inferior, rojo y tentador.

—Cariño, eres increíblemente sensible incluso mientras duermes —le susurró Diego, inclinándose seductor hacia su oído con una voz ronca y profunda.

—¿Qué? —Marina respondió, confundida.

—Te ayudé a alcanzar el clímax hace un momento —Diego observó cómo el sonrojo se e
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