Aquel verano pasó de lo más rápido. En nada estaba haciendo mis maletas para ir a la universidad.
El día que recibí los resultados de los exámenes, llegué a casa con cara de pocos amigos. No sé porque, pero me gustaba provocar a mi madre. En cuanto me vio se puso roja de furia, pues claramente la pobre no tenía ni idea de la verdad. La dejé que se consumiera por un rato largo, mientras que le hacía señas a mi padre. El pobre se aguantaba para no partirse de risa.-Esta noche tenemos invitados---gruñó mi matriarca. ¿Con qué cara vamos a decirles que no fuiste capaz de abrir un nuevo camino en tu vida?- ¿Qué invitados?---pregunté sorprendida. Levanté un poco la voz y esperaba que el escándalo esté en su casa nuevamente, pero tal parecía que mi "jefa" no estaba en sus sentidos. Paré en medio del salón viéndola con los ojos entrecerrados.-¿Qué más da? ¡Ya la has liado bastante!---me gritó fúrica yendo de un lado para otro como si fuera a recoger la casa. Salió a lNo me dí cuenta cuando pasó el tiempo. La cena fue de lo más agradable, gracias al ángel que me salvó en varias ocasiones de las garras de su hijo. Estábamos las dos en la terraza, ocupando dos sillas. -Cariño--- se dirigió a mi---te quiero decir algo pero no sé cómo lo vas a tomar. Sólo espero que no te enfades conmigo. Noté preocupación en su mirada pero no me sentía asustada para nada. Sin embargo elegí por no articular palabra y así darle la oportunidad de sacar lo que tenía dentro.-Mi hijo...ehhh...no es un chico malo ¿vale? Lo que pasa es que tiene mucho genio y la mayoría de las veces no lo controla. Lo conoces desde siempre y sabes que de niño era exactamente igual. Lo único que ha cambiado es que ha madurado y es un hombre ya , pero el carácter, el temperamento, es lo mismo de siempre. Me quedé atónita. Y ¿porqué me estaba "advirtiendo" a mi de esto?-Me entiendes ¿no es así? Tocó mi mano y sentí la calidez de una madre que defiende a su hijo con
Sin más que añadir, vacié el champán en mi garganta y dejé la copa en la mesa. Se me hacía extremadamente raro que el bicho intruso no articuló palabra alguna. Estuvo apoyado en una silla todo lo que duró nuestro debate y miró a cada uno de nosotros bebiendo poco a poco de su champán. Recuerdo que, cuando dije que es gay y que el puede hacer su vida con quien quiera, llenó su copa una segunda vez y la bebió de golpe. Después abrió otra botella de champán y llenó su copa por tercera vez. Nadie le dijo nada. Su padre era el único que nos mirada a cada uno de nosotros de vez en cuando. -Te pido disculpas Cecilia. Si te entendí mal ,---resoplé avergonzada--- es toda culpa mía---dije mirando fugitivamente a su hijo. Se veía furibundo y me miró incrédulo. Resté importancia a sus gestos y volví a dirigirme a su madre. No me fue posible seguir con las disculpas.-¿Podemos hablar a solas?---preguntó el intruso. Vacío la tercera copa de un trago y la soltó con rabia visible
El gran problema que rondaba por mi cabeza, era la inseguridad de toda esa situación. Nada me convencía en ese momento. Me sentía completamente fuera del lugar y no sabía como tenía que comportarme. Había metido bastante la pata por una sola noche, y por si no era suficiente, seguía haciéndolo. Primero, con la madre del intruso que era un ángel de mujer y no se merecía tal trato por mi parte. Y luego con el capullo de su hijo , que de por si se comportaba como un idiota la mayoría de las veces, pero había algo en el que no encajaba y eso me tenía sumamente intrigada. En algún momento, tan cerca de el, sentí miedo, vergüenza y un sinfín de cosas que no sabría explicar,al menos no por ahora. No me permitía a mí misma el lujo de mirarle siquiera. Había momentos cuando no me atrevía respirar y en todo caso mis ojos tocaban el suelo más que otro punto...más que a nadie. Salimos del cuarto y nos unimos a los demás. -Habrá boda, pero primero tendrá lugar la
Desde aquella noche todo ha ido de maravilla. Faltaba un mes para ir a la universidad, tanto que tomé mi tiempo para compartir con mi familia. De Felipe he sabido que había ido con sus padres a preparar el piso en el que vivía para cuando llegaría yo. Le contestaba con pesar a los mensajes que me enviaba, ya que a las llamadas no las hacía ni caso. La razón...todavía no me acostumbraba a lo del noviazgo. No sé exactamente qué pasará, pues no tengo ni idea de lo que nos tiene preparado el futuro, pero de seguro sé que no dejaré que las cosas se hagan a su manera. Yo también tengo cerebro para pensar por lo tanto, soy perfectamente capaz de tomar mis propias decisiones... y vivir con el, no lo creo. Sobra mencionar que mi madre no cabía en su ropa de felicidad, ya se le cumplió el sueño; exactamente, su sueño, no el mío. Llegamos a la universidad donde emprendería un nuevo camino. Mis padres me han querido acompañar y claro está que mi niña no se iba a quedar solita
La vida en la universidad me ha ayudado mucho. He conocido mucha gente además de los compañeros de curso. Cada día es un nuevo reto para mi y eso es lo que me gusta realmente. Daniela se ha convertido en una muy buena amiga y somos inseparables. De vez en cuando se queda en mi piso y porque tenemos tanta confianza , me confesó que el que robó su corazón es nada más y nada menos que el mejor amigo de Felipe. David y el son como hermanos. Se llevan tan bien que yo personalmente he llegado a pensar que es su pareja, ya que pocas veces se ven por separado.-Te aseguro que es el chico más sexy y tierno que he conocido--- me confesó Daniela una de las noches que quedó en mi casa.- Te creo porque sé que no eres nada superficial, pero no puedo opinar lo mismo porque no le conozco. No sé nada de el---hablé con indiferencia. -¿Y Felipe?---contuve la respiración. ¿A el lo conoces? --- levantó las cejas en modo pícaro, ganándose una carcajada de mi parte. - Sí y no ...es com
Un Felipe furibundo como un loco empujó la puerta forzando su entrada. David venía detrás de el intentando sujetarle, pero mi prometido fue bastante más rápido. Me cogió del cuello y me fue llevando hacía la pared más cercana sin dejar de verme. Su mirada echaba sangre y su respiración pesada llegaba hasta mi cara. Yo cerré los ojos con pesar, pues deseaba con toda mi alma que todo fuese un mal sueño del que despertaría sin falta. No fue así y me iba dando cuenta de ello cuando el intruso apoyó su frente en la mía y mi espalda tocó la pared. En el aíre se respiraba tensión y solamente se podía escuchar la manera de resoplar del hombre que invadió mi vida sin permiso. Nos quedamos así unos largos minutos, hasta que sentí su mano soltando mi cuello. En ningún momento me hizo daño. Dejó caer su mano y en su trayecto tocó mi clavícula y luego mi seno, momento en el que mordí mi labio inferior reteniendo el aíre en mis pulmones. La confusión que sentía por momentos no me dejaba pen
No me dí ni cuenta cuando pasaron las horas. Estábamos cada vez más pillados por el alcohol y mi querido prometido ni pensamiento de irse a su casa. Miré fugitivamente el salón y estaba hecho un asco , nunca lo había tenido tan sucio. El día siguiente iba a tener mucho trabajo, en vez de descansar tendré que limpiar. - Yo creo que hemos tomado lo suficiente--- una Daniela bastante borrachína arrastraba las palabras--- pronto iré a la cama. Mi amiga rió con ganas .- Chicos, es tiempo de irse ya.---dije sin cortarme un pelo.---Nos vemos en otra ocasión si se da la oportunidad. - Me estás echando por lo que veo--- un Felipe medio enfadado me miraba con el entrecejo arrugado. - Tendrás cosas que hacer, tu teléfono no ha parado de sonar en ningún momento. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, así que estás a tiempo de acabar la noche como más te guste. Además era verdad, ya que el tono de su teléfono se hizo muy molesto cuando empezó a sonar y no había fo
Conocí a Isabel hace muchos años cuando todavía era un mocoso y desde el primer momento me pareció la niña más hermosa del mundo. Fui un niño afortunado y criado en bandeja de plata. Mis padres han hecho lo imposible para entregarnos a mi hermana y a mi el mundo entero si así lo hubiéramos querido, y no solamente; la educación fue lo más importante para nosotros y nuestros progenitores no han dado marcha atrás al respeto. Desde que tengo uso de razón, he tenido mucho carácter y un temperamento bien fuerte pero muy cambiante. Tanto era , que mi pobre madre ha llegado a pedir una cita con un psicólogo, pero aún así yo seguía siendo el mismo. La fiesta en la que conocí a Isabel fue el principio de nuestra historia. Recuerdo tan bien aquel momento en el que hizo acto de presencia porque desde ahí mi mundo cambió para siempre. Isabel era hija de unos amigos muy cercanos , nuestros padres han tenido una relación muy estrecha desde que tengo uso de memoria. Era una niña bastan