Juro que por un momento pensé en matar al condenado que tenía delante de mi. Nunca nadie se ha metido en mis asuntos personales, ni siquiera mi madre que de por sí era muy curiosa. Me acerqué con pasos lentos para que el no se diera cuenta de la importancia que tenía esa carta para mi; no por nada, pero no tenía ni puñetera idea de lo que podría contener ya que, no la había leído. Me causaba bastante enfado el hecho de que alguien que me caía tan gordo como era Felipe, se metiera de lleno en algo tan personal. Tendí mi mano hacia el para que me la entregara, y en respuesta a mi gesto, Felipe levantó su brazo por encima de su cabeza sosteniendo el sobre de la misma manera que antes. Sacó una sonrisa bien perversa y su mirada brilló mientras me veía con esos ojos que me causaban infinita inquietud.
Siendo como unos treinta centímetros más alto que yo, me era bastante difícil alcanzar su mano. De golpe sentí que perdía el equilibrio, pero no quería tocarle bajó ningSalí de la cocina como una tormenta, sin darle tiempo a Felipe de reaccionar. Me llamó pero ni siquiera miré atrás, necesitaba esconderme, huir, no sé.Me eché a la cama casi llorando. Estaba tan confundida con lo que me había dicho minutos antes, pues ya no sabía si quería leer aquello. Le eché valor y con manos temblorosas y heladas abrí el sobre. Algún día tenía que enfrentar la realidad.''Querida Isabel, perdóna mi torpeza pero ni siquiera sé como empezar esta carta. Te amé desde el primer momento en el que mis ojos encontraron los tuyos, deseaba tenerte entre mis brazos y añoraba tus besos como un desquiciado. Sigo siendo un desquiciado , puesto que a estas alturas me comunico contigo mediante esta carta sin tener el valor de hablarte personalmente. La cagué y lo hice a lo grande, lo sé...también sé que haga lo que haga, nunca conseguiré tu perdón y menos tu atención nunca más. No me bastará la vida que me queda por vivir para pedir que algún día dejé de c
Nos encaminamos a su habitación y entramos casi si hacer ningún ruido. Me senté en la cama y Felipe se acomodó detrás de mi. Acto seguido me atrajo a sus brazos y entonces pude darme cuenta que estaba apoyado en el cabecero. Me rodeó con sus brazos y dejé mi cabeza caer sobre su pecho. Casi dejó de respirar, sólo podía escuchar los latidos de su corazón, que no eran nada suaves. -¿Estás cómoda? -escuché en mi oído derecho.No contesté, pues parecía que mi voz me había abandonado. Mi cabeza daba mil vueltas y no dejaba de pensar en lo que fue y en como me siento ahora por culpa de aquello. Todo pasará, estoy muy consciente de ello, pero necesito tiempo para asimilarlo. -No soy quien para decirte nada en este momento, sé que todo es tan inútil y las palabras sobran---susurró Felipe besando despacio mi cabeza.---Verás que más pronto que tarde todo te parecerá un mal sueño. -Ojalá ---contesté sin ganas---. -Duerme aquí si quieres. Yo cu
Aquel verano pasó de lo más rápido. En nada estaba haciendo mis maletas para ir a la universidad. El día que recibí los resultados de los exámenes, llegué a casa con cara de pocos amigos. No sé porque, pero me gustaba provocar a mi madre. En cuanto me vio se puso roja de furia, pues claramente la pobre no tenía ni idea de la verdad. La dejé que se consumiera por un rato largo, mientras que le hacía señas a mi padre. El pobre se aguantaba para no partirse de risa. -Esta noche tenemos invitados---gruñó mi matriarca. ¿Con qué cara vamos a decirles que no fuiste capaz de abrir un nuevo camino en tu vida? - ¿Qué invitados?---pregunté sorprendida. Levanté un poco la voz y esperaba que el escándalo esté en su casa nuevamente, pero tal parecía que mi "jefa" no estaba en sus sentidos. Paré en medio del salón viéndola con los ojos entrecerrados. -¿Qué más da? ¡Ya la has liado bastante!---me gritó fúrica yendo de un lado para otro como si fuera a recoger la casa. Salió a l
No me dí cuenta cuando pasó el tiempo. La cena fue de lo más agradable, gracias al ángel que me salvó en varias ocasiones de las garras de su hijo. Estábamos las dos en la terraza, ocupando dos sillas. -Cariño--- se dirigió a mi---te quiero decir algo pero no sé cómo lo vas a tomar. Sólo espero que no te enfades conmigo. Noté preocupación en su mirada pero no me sentía asustada para nada. Sin embargo elegí por no articular palabra y así darle la oportunidad de sacar lo que tenía dentro.-Mi hijo...ehhh...no es un chico malo ¿vale? Lo que pasa es que tiene mucho genio y la mayoría de las veces no lo controla. Lo conoces desde siempre y sabes que de niño era exactamente igual. Lo único que ha cambiado es que ha madurado y es un hombre ya , pero el carácter, el temperamento, es lo mismo de siempre. Me quedé atónita. Y ¿porqué me estaba "advirtiendo" a mi de esto?-Me entiendes ¿no es así? Tocó mi mano y sentí la calidez de una madre que defiende a su hijo con
Sin más que añadir, vacié el champán en mi garganta y dejé la copa en la mesa. Se me hacía extremadamente raro que el bicho intruso no articuló palabra alguna. Estuvo apoyado en una silla todo lo que duró nuestro debate y miró a cada uno de nosotros bebiendo poco a poco de su champán. Recuerdo que, cuando dije que es gay y que el puede hacer su vida con quien quiera, llenó su copa una segunda vez y la bebió de golpe. Después abrió otra botella de champán y llenó su copa por tercera vez. Nadie le dijo nada. Su padre era el único que nos mirada a cada uno de nosotros de vez en cuando. -Te pido disculpas Cecilia. Si te entendí mal ,---resoplé avergonzada--- es toda culpa mía---dije mirando fugitivamente a su hijo. Se veía furibundo y me miró incrédulo. Resté importancia a sus gestos y volví a dirigirme a su madre. No me fue posible seguir con las disculpas.-¿Podemos hablar a solas?---preguntó el intruso. Vacío la tercera copa de un trago y la soltó con rabia visible
El gran problema que rondaba por mi cabeza, era la inseguridad de toda esa situación. Nada me convencía en ese momento. Me sentía completamente fuera del lugar y no sabía como tenía que comportarme. Había metido bastante la pata por una sola noche, y por si no era suficiente, seguía haciéndolo. Primero, con la madre del intruso que era un ángel de mujer y no se merecía tal trato por mi parte. Y luego con el capullo de su hijo , que de por si se comportaba como un idiota la mayoría de las veces, pero había algo en el que no encajaba y eso me tenía sumamente intrigada. En algún momento, tan cerca de el, sentí miedo, vergüenza y un sinfín de cosas que no sabría explicar,al menos no por ahora. No me permitía a mí misma el lujo de mirarle siquiera. Había momentos cuando no me atrevía respirar y en todo caso mis ojos tocaban el suelo más que otro punto...más que a nadie. Salimos del cuarto y nos unimos a los demás. -Habrá boda, pero primero tendrá lugar la
Desde aquella noche todo ha ido de maravilla. Faltaba un mes para ir a la universidad, tanto que tomé mi tiempo para compartir con mi familia. De Felipe he sabido que había ido con sus padres a preparar el piso en el que vivía para cuando llegaría yo. Le contestaba con pesar a los mensajes que me enviaba, ya que a las llamadas no las hacía ni caso. La razón...todavía no me acostumbraba a lo del noviazgo. No sé exactamente qué pasará, pues no tengo ni idea de lo que nos tiene preparado el futuro, pero de seguro sé que no dejaré que las cosas se hagan a su manera. Yo también tengo cerebro para pensar por lo tanto, soy perfectamente capaz de tomar mis propias decisiones... y vivir con el, no lo creo. Sobra mencionar que mi madre no cabía en su ropa de felicidad, ya se le cumplió el sueño; exactamente, su sueño, no el mío. Llegamos a la universidad donde emprendería un nuevo camino. Mis padres me han querido acompañar y claro está que mi niña no se iba a quedar solita
La vida en la universidad me ha ayudado mucho. He conocido mucha gente además de los compañeros de curso. Cada día es un nuevo reto para mi y eso es lo que me gusta realmente. Daniela se ha convertido en una muy buena amiga y somos inseparables. De vez en cuando se queda en mi piso y porque tenemos tanta confianza , me confesó que el que robó su corazón es nada más y nada menos que el mejor amigo de Felipe. David y el son como hermanos. Se llevan tan bien que yo personalmente he llegado a pensar que es su pareja, ya que pocas veces se ven por separado.-Te aseguro que es el chico más sexy y tierno que he conocido--- me confesó Daniela una de las noches que quedó en mi casa.- Te creo porque sé que no eres nada superficial, pero no puedo opinar lo mismo porque no le conozco. No sé nada de el---hablé con indiferencia. -¿Y Felipe?---contuve la respiración. ¿A el lo conoces? --- levantó las cejas en modo pícaro, ganándose una carcajada de mi parte. - Sí y no ...es com