—¿Qué sentiste?

Esto le duele y por eso no quiere mirarme.

—Lo siento Rocky.

—Responde fueguito, también puedo ser tu mejor amigo.

—Sentí que aún lo amo. —Agacho mi rostro—. Sentí paz, sentí mi corazón aliviado, al principio estaba acelerado, por verlo tan destrozado, pero había algo más fuerte entre nosotros presente y era la esperanza de que él se recuperará, por eso inmediatamente sentí tranquilidad.

Lo miré y veo sus lágrimas.

—Lo siento. —repetí.

—Ve a descansar, tuvimos un día largo. —Besa mi mejilla con sus labios húmedos por sus lágrimas—. Tu duerme en la cama y yo en el sofá.

—¿Por qué? —estoy confundida.

—Ya estamos casados, ¿No quieres hacerle ver a todos que dormimos juntos?

—No dormimos juntos, estarás en el sofá.

—Porque respeto cada parte de ti.

—¿Si alguien entra y no nos encuentra durmiendo juntos?

—Siempre me levanto primero que todos. —me sonríe.

—¿Para hacer que?

—Ve a descansar.

—Responde y me iré a la cama.

Él suspira.

—Entreno en la madrugada,