Erwan y Sergey se observaron con rivalidad. A Sergey ya poco le importaba que se le notarán sus sentimientos por Tatiana, sabía de sobra que la pequeña Odette era de Erwan y aunque por el momento no pudieran decir la verdad sobre el hijo que esperaba Tatiana, ella le pertenecía y el bebé era su hijo —Tenemos que llevarla al hospital de inmediato —dijo Sergey intentando calmarse y no seguir peleando con Erwan, no era el momento.—Yo me encargaré, ella es mi esposa —respondió Erwan, sabiendo que a pesar de que no la sentía así, debía responder por ella, al menos en ese instante.—No, Erwan. Yo la llevaré, tú quédate aquí con Victoria y la bebé —replicó Sergey, con un tono que no admitía discusión.Erwan en ese momento más que sentir irá o frustración por ver a otro hombre tratando de tocar a su esposa, cedió no por miedo a las represalias de Sergey sino por la curiosidad que le provocó ver a ese hombre tan protector con Tatiana.Era como verse a sí mismo, tratando de impedir que alguie
Erwan no pudo evitar notar la forma en que Alexa observaba a la pequeña Odette, lo que lo llevó a tomarla en brazos de manera protectora, acunándola con firmeza.—En realidad, no sé qué hace Sergey con mi hija. Deberías ser tú quien esté ahí, Erwan, pero veo que tus intereses están más aquí fuera que dentro de esa habitación —le reprochó Alexa, observando cómo Erwan sostenía a la niña de manera posesiva.—Donde estén mis intereses no es asunto suyo. Además, estoy aquí por el nacimiento de mi hijo. No importa quién esté adentro con la madre, ese hijo es mío ante la ley, a menos que insinúe algo más, lo cual me haría entender que ese hijo no es mío —respondió Erwan mostrando una frialdad en la voz que la dejó helada.Alexa se sintió ofendida por la respuesta de Erwan, pero decidió no pelear en ese instante. Suegra y yerno estaban tan absortos en su molestia mutua que no se dieron cuenta del intercambio de miradas entre Slavik y Victoria, ni de la sonrisa amigable que se dedicaron.Alexa
Alexa vio los exámenes en las manos del doctor y frunció el ceño, claramente molesta.—Esto no es lo que quiero ver, doctor —dijo Alexa visiblemente molesta.—Señora Petrova, estos son los resultados solicitados por el señor Roussell. No puedo simplemente...—Escúcheme bien, doctor —lo interrumpió ella—. Estos resultados deben ser cambiados. No me importa lo que tenga que hacer, pero necesito que estos exámenes reflejen que Erwan es el padre. ¿Está claro?El doctor tragó saliva, preocupado.—Pero señora Petrova, esto va en contra de todas las normas éticas y profesionales...Alexa lo cortó nuevamente, acercándose y susurrando en su oído para luego darse media vuelta y marcharse de ahí.Él se quedó observando la puerta por un rato más hasta que reaccionó y metió cada uno de los resultados en el sobre incorrecto, esperando a que Erwan llegara a buscarlos.Odiaba que esa mujer lo tuviera en sus manos como en el pasado, pero era el precio que tenía que pagar por haber sido en el pasado un
Victoria y Slavik paseaban por los jardines del hospital mientras la pequeña Odette dormía plácidamente en su carrito. No habían podido hablar a causa de la constante vigilancia, pero al fin ella había logrado escabullirse para aclarar algo que no había quedado resuelto entre ellos y tenían pendiente.La tarde era fresca, y una ligera brisa movía suavemente las hojas de los árboles. Caminaban en silencio durante un rato, disfrutando de la tranquilidad o tal vez, simplemente, pensando en cómo plantearse la conversación que debían tener.—Victoria, ¿has pensado en lo que hablamos la última vez? —preguntó, mirando de reojo a la pequeña Odette, asegurándose de que aún estuviera dormida.Victoria asintió, apretando más el agarre en el carrito de la pequeña como si necesitara sostenerse de algo, todo era muy extraño para ella y, a pesar de que había tenido desde el nacimiento de su hija para procesarlo, no era fácil.—Sí, Slavik. No dejo de pensar en ello. Pero… es complicado. Todo se ha vu
Tatiana la miró, sorprendida por lo que acababa de escuchar.—¿Qué estás diciendo? Siempre dijiste que no conocías a la madre de Victoria.Alexa tomó aire, preparándose para revelar la verdad que había estado guardando durante tantos años.—Victoria no es tu hermana, sino tu prima. Es la hija ilegítima de tu tía Anna. Nos hicieron creer que Anna había sido secuestrada, torturada y descuartizada por Slavik, pero no fue así, yo siempre lo supe, pero no sabía su versión ¿Crees que me habría casado con un hombre capaz de todo eso?— negó y se sentó en un lateral de la cama sin dejar de observar a su hija — Anna era promiscua, coqueteaba y enamoraba a todos.—Pero... entonces esa historia de que Slavik la secuestró y mató...—Desapareció por su propia voluntad y regresó años después, embarazada. — aseguró Alexa —Ese embarazo resultó en Victoria. Tu padre me hizo prometer que la haríamos pasar por nuestra hija para proteger el honor de la familia. Tuve que aceptar que todos creyeran que tu p
Victoria, Erwan y Slavik se encontraban en la sala principal de la mansión Volkov. Erwan sostenía a la pequeña Odette en sus brazos, manteniéndola cerca y alejada de la posible amenaza que representaba Slavik. A pesar de lo que había dicho Victoria, que ese hombre era su padre, Erwan no podía ignorar su instinto, los celos, el horror. Todo lo que había sentido por ese hombre tras descubrir la historia de Anna y Slavik.—No confío en ti, Slavik. No sé cuáles sean tus planes al contarle ese cuento a Vicky, pero no voy a permitir que le hagas daño.Slavik suspiró, tratando de mantener la calma. Sabía que tenía que contar su historia con la mayor claridad posible para que lo entendieran, debía explicarlo todo desde el principio.—Anna era mi verdadero amor —empezó a hablar Slavik sin mirarlos, observando la copa de whisky que tenía en las manos y que le había servido Victoria para calmar sus nervios—. Ella es la madre biológica de Victoria y yo su padre, no Dorian. Pero los detalles de có
—Vine a vengarme de los Volkov y recuperar lo que es mío. Al menos la mitad de la fortuna Volkov pertenece en realidad a los Petrov, expropiándolos a medida que iban exterminándolos —aseguró Slavik sin apartar la vista del hombre que decía amar a su hija. Todavía no las tenía todas consigo y no se lo creía del todo, pero en ese instante era mejor no enfrentarlo porque era obvio que Victoria confiaba más en Erwan de lo que confiaba en él—. Ahora que el viejo ha muerto a manos de uno de mis hombres, porque sí, yo fui quien hizo que atacaran a Mikhail y también quien hizo que esos hombres fueran a por ti.Confesó Slavik sin dejar de observar a su hija, no quería que le quedara ninguna duda y por eso lo confesaría todo.—¿Tú querías matarme? —preguntó ella, algo confundida.—Sí, yo quería que nadie con sangre Volkov sobreviviera. Al fin y al cabo, para mí solo eras una bastarda de Dorian. No merecías vivir. Tu familia me arrebató no solo a mi familia, también al amor de mi vida. Tu abuelo
Sergey y Tatiana cruzaron el umbral de la mansión Volkov, ella llevaba al bebé dormido en los brazos. Victoria, al ver a su hermana, esbozó una sonrisa intentando disimular lo preocupada que todavía estaba por la reunión que acababan de tener con Slavik.—Tatiana, si necesitas algo, no dudes en pedirlo —murmuró Victoria. —Gracias, Victoria. Necesito un poco de paz. Mañana hablaremos con más calma.— se excusó Tatiana forzando su mejor sonrisa.Victoria asintió, comprendiendo el agotamiento de su hermana. Hacía solo un mes que ella había tenido a su bebé también así que podía comprender que solo quisiera descansar.Mientras Tatiana se retiraba a su habitación, Victoria se quedó observando su figura, frágil y cansada. La noche avanzó, envolviendo la mansión en un manto de silencio. En una habitación apartada, Erwan aguardaba pacientemente. Cuando se aseguró de que Victoria y la pequeña estaban profundamente dormidas, se deslizó fuera de la cama. En el pasillo, se encontró con Sergey—¿T