Victoria, Erwan y Slavik se encontraban en la sala principal de la mansión Volkov. Erwan sostenía a la pequeña Odette en sus brazos, manteniéndola cerca y alejada de la posible amenaza que representaba Slavik. A pesar de lo que había dicho Victoria, que ese hombre era su padre, Erwan no podía ignorar su instinto, los celos, el horror. Todo lo que había sentido por ese hombre tras descubrir la historia de Anna y Slavik.—No confío en ti, Slavik. No sé cuáles sean tus planes al contarle ese cuento a Vicky, pero no voy a permitir que le hagas daño.Slavik suspiró, tratando de mantener la calma. Sabía que tenía que contar su historia con la mayor claridad posible para que lo entendieran, debía explicarlo todo desde el principio.—Anna era mi verdadero amor —empezó a hablar Slavik sin mirarlos, observando la copa de whisky que tenía en las manos y que le había servido Victoria para calmar sus nervios—. Ella es la madre biológica de Victoria y yo su padre, no Dorian. Pero los detalles de có
—Vine a vengarme de los Volkov y recuperar lo que es mío. Al menos la mitad de la fortuna Volkov pertenece en realidad a los Petrov, expropiándolos a medida que iban exterminándolos —aseguró Slavik sin apartar la vista del hombre que decía amar a su hija. Todavía no las tenía todas consigo y no se lo creía del todo, pero en ese instante era mejor no enfrentarlo porque era obvio que Victoria confiaba más en Erwan de lo que confiaba en él—. Ahora que el viejo ha muerto a manos de uno de mis hombres, porque sí, yo fui quien hizo que atacaran a Mikhail y también quien hizo que esos hombres fueran a por ti.Confesó Slavik sin dejar de observar a su hija, no quería que le quedara ninguna duda y por eso lo confesaría todo.—¿Tú querías matarme? —preguntó ella, algo confundida.—Sí, yo quería que nadie con sangre Volkov sobreviviera. Al fin y al cabo, para mí solo eras una bastarda de Dorian. No merecías vivir. Tu familia me arrebató no solo a mi familia, también al amor de mi vida. Tu abuelo
Sergey y Tatiana cruzaron el umbral de la mansión Volkov, ella llevaba al bebé dormido en los brazos. Victoria, al ver a su hermana, esbozó una sonrisa intentando disimular lo preocupada que todavía estaba por la reunión que acababan de tener con Slavik.—Tatiana, si necesitas algo, no dudes en pedirlo —murmuró Victoria. —Gracias, Victoria. Necesito un poco de paz. Mañana hablaremos con más calma.— se excusó Tatiana forzando su mejor sonrisa.Victoria asintió, comprendiendo el agotamiento de su hermana. Hacía solo un mes que ella había tenido a su bebé también así que podía comprender que solo quisiera descansar.Mientras Tatiana se retiraba a su habitación, Victoria se quedó observando su figura, frágil y cansada. La noche avanzó, envolviendo la mansión en un manto de silencio. En una habitación apartada, Erwan aguardaba pacientemente. Cuando se aseguró de que Victoria y la pequeña estaban profundamente dormidas, se deslizó fuera de la cama. En el pasillo, se encontró con Sergey—¿T
Spike despertó con un horrible dolor de cabeza, rodeado por todos sus hombres que dormían profundamente a su alrededor. Al incorporarse de golpe, olvidándose momentáneamente de su malestar, una sensación de alarma lo invadió. Subió hasta las habitaciones de Victoria y Tatiana, con el temor de lo que podría haber sucedido. Sabía que Erwan lo mataría si algo les pasaba. El miedo de Spike se intensificó al no encontrar a ninguna de las hermanas en sus habitaciones. Desesperado, recorrió cada rincón de la casa hasta que un sonido lo detuvo en seco. Desde el cuarto de los bebés, escuchó el llanto inconfundible de los pequeños. Dirigiéndose rápidamente hacia la fuente del llanto, empujó la puerta con fuerza. Allí, encontró a los bebés llorando, pero no había rastro de sus madres. —Señor Spike —dijo una de las niñeras al verlo entrar de manera sorpresiva a la habitación. —¿Dónde se encuentran las madres de los niños? —preguntó. Ambas niñeras se quedaron viendo una a la otra, sorprendidas
Tatiana golpeaba la puerta de la habitación donde su madre tenía a Victoria encerrada, gritaba para que la dejaran entrar. Estaba asustada por lo que había escuchado antes de que Alexa la sacara de ahí.—¡Madre! ¡Déjame entrar! — insistía temiéndose lo peor, de repente los recuerdos de cuando era niña la asaltaron, había querido olvidarlo pero jamás pudo, siempre recordó la forma en que su madre quiso envenenar poco a poco a Victoria cuando apenas era una pequeña niña de cuatro años —. ¡Victoria! ¡Madre por favor hablemos!Dentro de la habitación, Alexa miraba a Victoria satisfecha, era como si no escuchara a su hija, no le importaba en ese instante, solo quería terminar con aquello que le quedaba pendiente desde hacía muchos años.—¿Sabes, Victoria? Todo esto tiene su origen mucho antes de que tú nacieras — explicó Alexa — Cuando Slavik y Anna se fugaron juntos yo fui quien envenenó a Dorian en contra de tu padre, Slavik se merecía un castigo por marcharse con esa zorra, por no elegi
El teléfono de Sergey sonó y los tres hombres se quedaron en silencio mientras él respondía rápidamente.— Sergey —dijo la voz angustiada de Tatiana al otro lado de la línea.—¿Tatiana? —preguntó Sergey, sorprendido poniendo rápidamente el teléfono en manos libres para que los demás también pudieran oírla—. ¿Dónde estás?—¡Sergey, ayúdame! Victoria está en peligro. Mi madre... ella ha enloquecido. ¡No sé qué hacer! —respondió la mujer sollozando desesperada.Erwan, al escuchar la voz de Tatiana y lo que decía, le quitó el celular a Sergey bruscamente de las manos.—Tatiana, si no aparecen pronto, me divorciaré de ti y me llevaré al niño conmigo. Jamás podrás verlo de nuevo. —advirtió Erwan desesperado—. Así que dime, ¿Dónde es que se encuentran?Tatiana se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar la amenaza de Erwan. No sabía si estaba más indignada o asustada, lo que tenía claro es que ese no era el momento de ponerse a discutir con él; primero debían salvar a Victoria
De un momento a otro, todo empezó a andar a cámara lenta frente a sus ojos. Alexa se levantó con un arma en la mano, caminando sin dudarlo ni por un instante hacia la cama donde Victoria estaba completamente expuesta y vulnerable.Spike tenía solo una oportunidad para evitar que eso pasara y conservar su cabeza en su lugar. Si fallaba, Erwan y la pequeña Odette serían los únicos Roussell vivos en el planeta, ya que él se encargaría de exterminar por completo a su propia familia, junto con las familias Volkov e Ivanov en Rusia. No había nada ni nadie que le impidiera convertirse en un ángel vengador, eliminando a todos los que consideraba culpables de la muerte de la mujer que amaba.Gracias a Dios había llegado a tiempo, ya que la casa de campo estaba a unos kilómetros de la mansión Volkov, lo que le permitió llegar más rápido que Erwan, quien aún estaba en camino.El dedo de Spike de su mano dominante, estaba inquieto, esperando el momento adecuado para apretar el gatillo. Si tan sol
Alexa comenzó a reír al escuchar la pregunta de Slavik.—¿En serio me preguntas qué pretendía, Slavik? Tú, de entre todas las personas, deberías saberlo. Sabes que ella es la bastarda que tuviste con la zorra de Anna.—Victoria no es una bastarda—respondió Slavik, sacando su arma y apuntando a su esposa.Alexa rio de nuevo.—Por supuesto que no, porque con ella te casaste. Tu única bastarda es Tatiana, ¿no es así?—Madre, ¿qué estás diciendo?—preguntó Tatiana, tratando de acercarse a su madre, pero Victoria la detuvo.—Por favor, no te acerques a tu madre—le dijo Victoria.—Pero…—Tatiana desistió, quedándose en su lugar.Alexa continuaba apuntando a todos en la sala, especialmente a Slavik.—Siempre te amé, te di una hija, y aun así no te casaste conmigo. Me obligaste prácticamente a casarme con Dorian Volkov. Recuerdo tus palabras y las excusas patéticas que me diste: conservar la paz entre las familias. ¿Y para qué? Para que tú te casaras a escondidas con Anna, la hicieras tu esposa