Ailan. - “Es gracioso, a ti te obligan a vestirte como una mujer, y mi padre quiere ponerme un hábito de monja, ¿Qué crees prima Ailan?, no me deja ser modelo, menos mal que tengo a mi madre y a mi abuelo de mi parte.”- dijo aun riendo la atractiva pelirroja. - “Mi tía Kimberly fue una top model reconocida, hasta que se casó con mi tío Jason, y como mis padres y mis hermanos, y mi primo Angus, el hermano de Connelly, pretenden poner a las mujeres de su familia en cúpula de cristal para que ningún hombre se acerque, por desgracia para ellos, todas nosotras, siempre rompemos el cristal de la cúpula, incluido mi madre y mi tía.”- le expliqué a Hanna que me sonrió. Mientras el personal de Gred trabajaba con nosotras llamé a mi adorado Gred, para saber porque no había llegado aún. - “Lo siento preciosa nos vemos en la fiesta, ha surgido un problema con una de mis clientas reservadas, y he tenido que ir personalmente, pero no te preocupes, ya he dado instrucciones a mi equipo, ellos me
Finlay. - “Encantado de conocerte señorita Cazorla.”- le dije a la morena de ojos verde aceituna que, nos había presentado Oliver Twist como su futura esposa, en tres semanas sería su boda. Nos habíamos reunido todos, Sean con su representante, Carlota Zimmerman, y yo, en la mansión de los Duncan, donde nos esperaba Oliver y su futura esposa, para ir directos a la fiesta. Los padres de Twist estaban como locos, con su nuera, y la familia de esta. Por fin el descarriado de su único hijo, había dejado de perseguir a las damas casaderas, o no, por el mundo, a no meterse en líos de borracheras, y peleas, como en su juventud, para pasarse un año, persiguiendo a una mujer que, no le había dado tregua. Rocío Cazorla, a diferencia de las mujeres con las que solía salir, uno de mis mejores, era una mujer de clase media, que trabajaba para pagarse sus estudios, trabajaba de camarera en el hotel al que mi amigo había ido en Granada, además era estudiante de económicas en la universidad de la
Finlay. Le fui a responder cuando un revuelo se formó en a la puerta haciendo que todos nos giramos para ver qué estaba pasado. Nada me había preparado para ver lo que vi, y supe que el enfado de mi diosa no había disminuido, ni siquiera un poco, esa maldita diosa quería que mi cabeza estallara en cualquier momento. - “¿No me digas que esa es tu mujer? Dios si esta para ponerla en un cuadro y morir contemplándola, no hay hombre está sala que no la desee ahora mismo.”- me dijo el ya difunto Sean casi en mi oído, por un segundo consideré golpearlo, pero Carlota se me adelantó, cogiéndolo por la oreja, mientras él se quejaba y gemía de dolor, para finalmente llevárselo lejos de mis peligrosas manos, antes de que acabara con él. Oliver y su novia, Rocío, siguieron a la pareja muertos de risa, no querían perderse como Carlota le daba su merecido al idiota de Sean. Yo, mientras, permanecía allí como hipnotizado, mientras los celos, y la ira, me inundaban. -” ¿Esa es tu hermana Angu
Ailan. “No sé cómo me he dejado convencer, heredera”- Me dijo Hanna Banana totalmente nerviosa mirando, sin parpadear, a mi hermano que nos miraba desde lejos, en especial a mi futura cuñada, como si hubiéramos asesinado a toda nuestra familia. Cada día que pasaba, por suerte o por desgracia, en cuanto a sentimientos, se parece más a mi padre, y como esta jugada saliera bien, quedará totalmente entregado, de por vida, a la mujer que lo enloquece, justo como le ocurrieron a mi padre. La diferencia consiste en que el gran Norman Miller demostró ser mucho más inteligente que su primogénito. Por desgracia Roy, heredó la cabezonería de mi madre, siempre hay que ponerle las cosas difíciles, para que se decida a luchar por lo que desea. No hay nada más que les active a mi madre y a Roy, que se les diga que no van a conseguir lo que ellos quieren. - “Para darle una lección a mi hermano, pero visto lo visto, y tras ver a quien ha invitado para mortificarme, se merece todo eso, y más. Hasta
Ailan. Ese maldito se había presentado ante mis padres, el mundo comenzó a moverse a mis pies. - “Buenos días, señor Donaldson, soy Ailan Miller la mejor amiga de Ailan, y espero que su familia pronto, tengo algo que hacer ahora, podría cuidar a Hanna un momento, los recogeré en la terraza en unos minutos.”- le dije sin apartar la vista de ese inicio del fin del mundo que se veía delante de mí. Por segundo crecí que la Tierra se había abierto para tragarme. En cualquier momento mi madre sacaría la agenda para poner a la fecha de la boda, mientras mi padre llamaba a sus hombres para darle una primera lección a su futuro yerno. Mientras me acercaba a ellos mi mente iba flotando en miles de imágenes, la mayoría tenían que ver con el asesinato bajo mi mano de cierto CEO escoces entrometido, y desquiciante. - “¿Ailan Caroline Miller?”- me dijo una voz distrayéndome de mi objetivo. Al girarme me encontré ante un hombre atractivo de ojos verdes y pelo castaño claro que me sonreía. - “
Narrador. - “No entiendo porque siempre te metes en problemas, y que al mismo tiempo puedas convertirte en uno de los mejores actores de Hollywood, ¡es increíble!”- le decía Carlota a Murray Campbell mientras esta lo alejaba de la muy probable paliza que su mejor amigo, Finlay le iba a dar, por bocaza. - “¡Ahhh! ¿Quieres soltarme la oreja? ¡Duele! ¡Por dios!, Caramelo Didi, eres una maldita psicópata.”- le dijo el actor, agarrándola de la cintura. y atrayéndola hacia él, para que al fin lo soltara. - “No me llames, así sabes que lo odio.”- se quejó la representante mirándolo seria. No muy lejos en apenas un metro, estaba Oliver y su novia Rocío, intentado que su amigo no oyera las carcajadas que los dos tenían, al ver a un hombre de uno noventa y dos, siendo arrastrado por una mujer de uno sesenta y ocho, sin contar los tacones de diez centímetros que ella llevaba puesto. - “No puedes avergonzarme así delante de la gente, Caramelo Didi, eres muy agresiva”- le dijo Murray, t
Finlay. - “¿Qué está pasando aquí, Ailan?, y ¿quién es él mal nacido que te quiso golearte? Golpear a mi hija, ¿No tienes aprecio la vida?.”- la voz del padre de mi mujer, fue lo único que me retuvo un momento de no acabar con ese malnacido de Lascalles en ese momento, aunque me estaba costando mucho controlarme. Ni siquiera miré a mi suegro, ni a mi mujer, que estaba detrás de mí, mi atención estaba en ese hijo de puta, que aún estaba en el suelo. Necesitaba golpearlo otra vez, el muy cobarde en su guerra que tenía conmigo, había querido meter a mi mujer, y eso no se lo iba a perdonar, con mi diosa no se metía nadie, y menos intentar golpearla. - “Lo mato, dios, lo mato”- pensé cegado. - “¡Oye, Connor, calmante!, ya ese estúpido ha recibido su merecido, calmante, que tu suegro está aquí. “- la voz de Oliver a mi lado me hizo mirarlo, intentando salir de la furia homicida que me invadía. - “Eso MacLeod, cálmate, que tus suegros te están mirando, quieres impresionarlos, ya es
Ailan. Esa mañana me desperté con la sensación de no haber dormido nada, tras lo que había pasado con Hanna, me sentía como la peor persona, y amiga, del mundo. Para colmo sólo me había dejado un mensaje, donde me decía que necesitaba alejarse un tiempo, que cuando pudiera, se comunicaría conmigo. A partir de ese momento, su móvil había estado desconectado. Tampoco ayudaba que supiera que mi hermano estaba pasando por un auténtico infierno, en el fondo sabía que se lo merecía por déspota, orgulloso y cuadriculado, pero eso no quitaba que no sintiera su dolor, aunque como buen varón Miller, se guardaría todos sus sentimientos, bajo una fachada de indiferencia. Para ayudarlo, fui yo la que protegí a Roy, como hacíamos todos los hermanos Miller entres nosotros, sabía lo que le haría mi madre si se enteraba de lo estúpido que había sido su primogénito, perdiendo a la mujer que amaba, por no saber controlar su forma de ser tan … incisiva. Así que les dije que Hanna había recibido una l