Capítulo 74
Me quedé un poco perpleja.

—Tal vez —le respondí.

Ya éramos adultos y en este momento crucial del divorcio, ambas partes debían tener muy claras las acciones y palabras de la otra. Pero lo que yo buscaba no era responder con recompensa después de los daños. Eso sería algo totalmente aburrido. Si una pareja no puede estar en sintonía, lo mejor sería que cada quien siguiera su propio camino.

Hoy la reunión no era para beber, sino para jugar a las cartas.

Justo cuando llegaba a la puerta del reservado, sentí ganas de ir al baño, así que le dije a Olaia y luego me dirigí hacia los lavabos.

Después de resolver mi necesidad fisiológica, al doblar la esquina a la salida del baño, me encontré cara a cara con Enzo. Él también me vio justo en ese momento. Levantando una ceja, me sonrió:

—Vi la lista de participantes que el Grupo Romero nos presentó, y ahí estás tu nombre. Espero con ansias el día en que trabajemos juntos.

Me sentí un poco tímida y le respondí con una sonrisa:

—Solo tengo la o
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