Capítulo 532
Miré a Enzo: —Gracias por lo de hoy. Tu herida… también fue por salvarme. Si necesitas algo, no dudes en llamarme.

—Está bien —respondió él.

Enzo sonrió suavemente y miró hacia la sala de urgencias: —Ya que el señor Vargas está contigo, me voy. Estaré en la Ciudad de Porcelana durante un tiempo, así que si necesitas algo, contáctame.

—Que el señor Jiménez se recupere pronto.

Mateo, con su mano sobre mi hombro, dijo: —Si ella tiene un problema, yo estoy aquí, así que no va a molestarte.

Enzo levantó una ceja: —Eso no es seguro.

Después de despedirse, se marchó.

Una vez que se fue, mi mente se centró en mi abuela. No sabía cómo estaba la situación en la sala de urgencias.

Según K, el medicamento que le estaban administrando no debería causar la muerte de inmediato.

Pero si realmente la envenenaron, conseguir el antídoto sería complicado…

Pensando en esto, me sentía angustiada.

La mano sobre mi hombro se apretó un poco: —¿Te preocupa tu abuela?

—Sí.

Asentí, preocupada: —Estaba a punto de
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