Capítulo 369
Me sorprendí y lo miré con desdén: —¿Acaso dije que quería casarme contigo?

—Todo lo demás puede ser como tú quieras.

Mateo esbozó una ligera sonrisa: —Pero en esto, yo decido.

...

Lo miré con reproche: —¿Vas a obligarme si no quiero?

Mientras hablaba, bajé las escaleras.

Al ver que me seguía para subir al coche, le pregunté curiosa: —¿Y tu coche?

—El conductor se lo llevó.

Mateo abrió la puerta del copiloto, dio un paso largo y se subió al coche con naturalidad, moviéndose con más rapidez que yo.

Hoy era un día raro. En lugar de irse a dormir directamente, se acomodó en el asiento del copiloto.

Arranqué el coche y él preguntó: —¿Descubriste algo al hablar con tu tía?

—Sí, supe algo.

Mencionar a mi tía me hizo sentir algo melancólica. Mientras conducía, expliqué:—En realidad, fui secuestrada cuando era pequeña. Logré escapar y subí al coche de mi papá, quien me salvó.

—Y mencionaron algo sobre la señora Hernández mientras los hombres me buscaban.

Le respondí, esperando su opinión: —¿Cr
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