EL ENGAÑO

Máximo se acomoda sus ropajes de algodón fino mientras se mira en el espejo, Para el Alfa de la manada Luna Eterna es una noche importante.

Su madre, la reina Victoria, entra a la habitación, acomoda su corbatín

—Quiero que le des esto a la elegida.

La reina de la manada le entrega a su hijo un hermoso anillo de diamantes, una joya única y preciosa.

Máximo ya ha elegido, Lilian Monroe, la hijastra del lobo Eduardo Monroe, una loba hermosa, de buenas costumbres, admirada y deseada por todos, pero ella será suya.

—Si eliges a Lilian, te pido que le ordenes que no invite a su hermanastra, no quiero a esa desterrada en mi casa —Victoria sonríe mientras alardea a su hijo.

Máximo lo asegura, está de acuerdo en que su esposa debe romper el vínculo con esa atadura del pasado.

El lobo cabalga hacia la casa de la familia Monroe, nadie lo sabe, pero el Alfa ha convenido el matrimonio desde hace algún Tiempo, pues Lilian y él han sido novios en secreto, siente que la ama con locura.

La manada alrededor se prepara para la fiesta, todos se regocijan, pues su líder elegirá a una reina y con el pasar del tiempo la madre de su futuro Alfa.

Una joven loba de cabello enredado, con la ropa vieja, descalza y la cara sucia se acerca a la mansión de los Monroe.

La nana de la familia la abraza, la ayuda a llegar a la cocina donde le sirve algo de comer, un plato caliente de sopa y un poco de limonada que sobró.

—Hija Emma, debes bañarte, tienes que ir a la fiesta de esta noche, todos saben que el Alfa elegirá a tu hermana como reina.

—Nadie me quiere en ese lugar nana, ni siquiera mi querida hermanastra —Emma se ha resignado a pagar las consecuencias de un pecado que no es suyo, su madre abandono a su padre y ella ha sido desterrada de la manada desde muy niña solo por ser “La hija de una desvergonzada”.

Ha sobrevivido en el campo, con otros desterrados, visita la casa de su padre ocasionalmente por comida y vestido, no quiere ocasionarle más problemas a su padre que está enfermo.

—Me alegra que lo sepas, como Alfa no te puedo pedir que no asistas a una reunión pública, pero creo que sabes el desprecio que sentimos por ti —Máximo llega con esa voz imponente y algo arrogante con el poder en sus manos.

—No voy por no ver la cara del estúpido que tenemos como Alfa —Emma se levanta, lo mira retadora y lo confronta.

—Sabes que por lo que acabas de decir puedo meterte en una cárcel ¿Verdad? —Máximo levanta la ceja derecha, la fuerza de Emma es algo que nunca ha visto en otras lobas, está lejos de ser una señorita de buenas costumbres.

—Lo sé, pero te faltan pantalones para defender lo que es justo, y esta noche estaré feliz de acompañarlos en la fiesta —Emma le da un empujón dejándole claro que es un estorbo.

No envidiaba en absoluto a su hermanastra por haber sido elegida por el arrogante alfa.

En absoluto podía envidiar su vida superficial, aunque ella no tenía nada.

Decide ir con su Yegua “Princesa”, una bella bestia de pelaje blanco,  el último regalo que conserva de su madre y que le da confort.

Luego de pasar un par de minutos con el animal y asegurarse que está bien, sube a la habitación de su padre, Se encuentra con su madrastra Carlota y su hermanastra Lilian.

—Mi padre está cansado, tiene que estar fuerte para esta noche, así que vete —Lilian la mira de arriba abajo, despreciándola como siempre.

—Es mi padre y quiero verlo —Emma quiere ingresar a la habitación, pero recibe un jalón de cabello de su madrastra.

—¡Esta es mi casa! No vas a ser aquí lo que de te dé la gana Salvaje ¡Lárgate!— Carlota la aborrece, la ve con desprecio.

Emma le da una fuerte cachetada.

—Usted no es mi mamá, no es nadie para mandarme, y si me voy es para evitarle otro dolor de cabeza a mi padre.

—Sí, porque tú y tu madre solo le han traído vergüenza —Lilian se burla y recibe un jalón de cabello de la salvaje loba que desacomoda su peinado.

Lilian furiosa se va corriendo, odia tanto a su hermanastra que su presencia le causa un terrible escozor.

Llora, un poco haciéndose la víctima, es su manera de siempre ganar y hacerse notar.

—¿Qué sucede mi amor? En un par de minutos es tu noche.

Un joven delgado, de cabello negro, cejas pobladas se acerca, es Daniel, el hermano menor de Máximo.

—La salvaje de mi hermanastra que me hizo la vida imposible, tú eres lo único bueno en este día.

—Sabes que Emma no ha tenido una vida fácil —Daniel suspira acariciándole la mejilla.

—Ya sé que no puede hablar mal de ella contigo, siempre la defiendes —Lilian usa un tono molesto que él derrite con una mirada segura.

Los dos se besan.

Daniel y Lilian han tenido una relación clandestina desde hace varios meses, a escondidas de Máximo.

—Lo mejor para ti es ser la esposa de Máximo, pero tendré que vivir la tortura de verte con él.

—Sabes que solo lo hago por ser la reina, mamá me educó toda la vida con ese propósito.

—Entonces demuéstrame que me amas a mí y que tu corazón es mío.

Lilian siempre lo rechazaba, deseaba llegar pura ante el Alfa, pero la petición de Daniel hoy más que nunca le es tentadora.

Accede, se queda en el prado, mientras el lobo le quita la ropa, en medio de la penumbra de la noche que se asoma, Daniel la hace suya.

El lobo sonríe, sabe que ha tomado algo que su hermano quiere desde hace mucho y no pudo tener.

Los dos siguen en medio de la pasión sin percatarse que el Alfa Máximo los ha encontrado.

Máximo siente que su corazón se rompe, nunca espero una traición de dos personas que amaba con todas las fuerzas de su corazón.

Lilian era su primer amor y Daniel era su hermano querido, ¿Cómo se atreven?

Él regresa a la manada, siente que no sabe cómo reaccionar, esa desilusión se convierte en un terrible deseo de Venganza.

La manada se reúne, los ancianos le ofrecen una copa de vino, pero Máximo toma varias como si fueran agua helada en un día de verano.

Observa como su supuesta prometida se acerca a sus padres mientras arregla su ropa, y su hermano sonríe mientras llega del bosque.

—Llegó el momento Alfa ¿A quién vas a elegir como tu prometida?

Carlota acomodaba el peinado de su hija, Lilian sonreía y miraba por encima del hombro a las otras lobas.

—La elegida es…

Máximo titubeó, mira tras Lilian cómo Emma se acercaba en medio de la penumbra, ella era, la venganza perfecta tenía un solo nombre.

—Emma Monroe.

La manada se paraliza y solo puede se escucha los susurros

“La hija de la desvergonzada”.

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