EL TRATO

Emma abre los ojos, debe ser una broma, sabe que Máximo jamás la elegirá.

—Ven Emma —dice Máximo mientras sus mejillas están coloradas por la rabia que siente va a estallar.

Lilian a la que todos miran, decide irse de la fiesta, se siente humillada, al salir le da un empujón a su hermana con su hombro.

—Esto no se va a quedar así —susurra viéndola con ojos de odio.

Emma se quiere ir, pero el mismo Máximo se acerca la toma de la mano y la jala obligándola a ir al centro de la manada.

Siente que su corazón late con rapidez, ¿Y si Máximo siente algo por ella? Nunca había pensado en la posibilidad de ser amada.

—Acepta rápido, no tengo el tiempo para esperarte ¿aceptas? —pregunta en aquel tono arrogante lleno de dolor, de un Alfa engañado que quiere irse de allí.

Emma se decepciona y esa pequeña luz que llegó a su corazón por un momento se desvanece, para él solo es un juego.

—No.

Intenta irse, pero Máximo la sostiene del brazo con fuerza, Emma gira y lo mira directamente a los ojos, lo enfrenta.

—¿Le estás diciendo que no a tu Alfa?— susurra Máximo en el oído de la loba que siente como su piel se eriza.

—No eres el dueño de nada mucho menos de mi vida —Emma se suelta y se va corriendo ante la mirada expectante de todos los miembros de la manada.

—¡La fiesta termina ahora mismo! —gruñe Máximo mientras regresa a casa, su vida y planes se fueron a la basura con el peor engaño.

Victoria decide ir tras su hijo, Daniel hace lo mismo, al llegar a casa la reina le ordena a todos dejarlos solos, necesita entender lo que acaba de suceder.

Daniel se lanza en contra de su hermano y lo empuja con sus dos manos.

—¡Los dos teníamos un trato! —exclama furioso.

—¿De qué trato hablan? ¿Por qué elegiste a esa salvaje? — Victoria no quiere a esa loba como reina y dueña de su casa.

—Emma se casará conmigo es mi decisión.

—¡Tú me lo prometiste! Me dijiste que cuando te casaras con Lilian le darías una categoría de respeto a Emma para que ella pudiera ser mi esposa.

Daniel siempre ha amado a Emma, y solo se acercó a Lilian para vengarse de su hermano que siempre se ha robado la atención de todos solo por ser el mayor.

Máximo mira a su hermano con rabia, se acerca y susurra en su oído con frialdad.

—Ojo por ojo, en el bosque me quitaste a Lilian, yo te quitaré a Emma.

Daniel se queda paralizado, no sabe que responder, ha sido descubierto.

Victoria no sabe qué sucede con sus hijos, pero tiene claro que no va a permitir el compromiso.

Decide ir a casa Monroe, la loba Lilian está destrozada, llora sin parar, la humillación a la que se ha enfrentado delante de todos es algo que no puede concibir.

Carlota la consuela, mientras Eduardo que aún está muy delicado de salud no entiende la situación.

Victoria entra a la habitación de Lilian, le da una caricia en la espalda.

—Tú serás la reina, jamás dejaré que Emma, ocupe un lugar en mi casa.

Mientras tanto…

Emma se refugia en la casa que tiene en el bosque que comparte con Paul, su mejor amigo, el lobo llega para consolarla.

—Me quiere humillar, no sé por qué lo hace, pero no se lo voy a permitir —Emma sabe que el amor hacia ella jamás existirá de parte de Máximo, que hay algo más.

Muy temprano, la loba de despierta por los ruidos de los cascos de un caballo.

Se levanta a gran velocidad, y sale a la puerta para ver a Máximo allí.

—¿Qué quiere? Ya le dije que no voy a ser su esposa.

—Sé que eres una salvaje, pero también puedo reconocer que eres muy lista, por eso vengo para ofrecerte un trato.

—¿Por qué esa insistencia? Siempre me ha despreciado.

—Quiero vengarme de tu hermana, ella me engañó y que mejor venganza que elegir a la hermanastra rechazada.

Emma le invita a seguir a su casa, todo está viejo y es humilde, este universo contrasta con la vida de lujos de Máximo.

—Le escucho, pero no tengo mucho tiempo así que apresúrese —Emma se sienta en la mesa mientras bebe un poco de café en una vasija de metal que le ofrece también a Máximo.

—Cásate conmigo y pídeme lo que quieras, estoy dispuesto a pagar un precio muy alto, será por un tiempo si así lo deseas y después te daré la libertad.

—El dinero no me interesa, a diferencia de usted, no me deslumbra el oro —Emma cruza los brazos, tiene curiosidad de saber que está dispuesto a ofrecer.

—Todos deseamos algo, pídemelo —Máximo frunce el ceño, es un reto, para él, Emma, siempre ha sido así.

Emma guarda silencio, piensa, pero no le toma más que un par de segundos.

—Ayúdeme a encontrar a mi mamá, seré su esposa y me presto para su farsa.

—¿Tu mamá? ¿Por qué quieres buscarla? Todos sabemos que se fue con otro lobo, es una desver…

Emma lo interrumpe con energía

—¡Es mentira! Estoy segura de eso, la última noche que me dio un beso antes de dormir me dijo que no creyera lo malo que dijeran de ella —Emma derrama una lágrima que se limpia de inmediato.

Máximo guarda silencio, puede ver en los ojos de Emma una determinación que jamás vio en nadie

—Está bien, si te casas conmigo te ayudaré a buscar respuestas de tu madre —Máximo se levanta de la mesa —¿Tenemos un trato?

Emma extiende su mano mostrando su dedo anular un poco arrogante.

—Querido prometido ¿No traes un anillo para mí?

Máximo niega con la cabeza, nunca le daría el anillo de diamantes a Emma, decide salir al bosque y buscar un trozo de madera pequeño redondo, con su daga le dio forma en un par de minutos y la coloco en el dedo de Emma.

Ella sonrió, extendió la mano a Máximo que la apretó con fuerza.

—Tenemos un trato Alfa Máximo.

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