ORGULLO HERIDO

CAPÍTULO 3

Los dos se dirigen a la mansión Monroe, Máximo quiere acelerar el proceso, así que no tendrá fiesta de compromiso, le pedirá la mano a Eduardo de la hija olvidada.

Carlota y Lilian atacan de inmediato a Emma.

—¡Lárgate! —grita Lilian mientras la mira con ojos de rabia asesina.

—Les prohíbo que le hablen así a la prometida del Alfa, su futura reina —Máximo gruñía, ver a Lilian y presenciar su descaro le hacían tener irá.

—¡¿Por qué me engañaste?! Me prometiste que yo sería la reina, ¿Por qué cambiaste de opinión? Pensé que los dos teníamos algo importante — Lilian le reclama a Máximo.

—Ayer caminé por el bosque, cerca del naranjo que queda llegando al río y cambie de opinión —Máximo era un caballero, jamás la delataría delante de todos.

El rostro de Lilian cambio, se puso pálido, la había visto con Daniel, perdió todo solo por una mala decisión, por sentir amor por un lobo sin futuro como el hermano menor del Alfa.

—Vengo a notificar que el matrimonio con Emma será el fin de semana, y solo deseo la aprobación del patriarca Monroe.

Carlota enojada se niega a esa posibilidad, le pide a su esposo que no permita este despropósito

—Es una humillación para todos.

Eduardo se levanta de su silla, agarra su bastón y solo asiente con la cabeza, Sin decir una sola palabra se va a su habitación dejando un ambiente tenso.

Emma siente tristeza en su corazón, esperaba que su padre le demostrara un poco de amor, acepto este compromiso para saber la verdad de su madre y quizas también para recibir un poco de amor de Eduardo.

Máximo le ordena a Carlota dejar vivir hasta la ceremonia a Emma en su casa — Es una orden del Alfa.

Máximo es frío con su prometida, le da un beso en la mejilla seco, Emma es un plan B, uno que no le gusta para nada, pero que le da satisfacción, no hay nada mejor que ver la cara de Daniel y Lilian con su decisión.

Lilian busca a Máximo cuando esté sale de la casa, va tras el, necesita convencerle de su mentira.

—Por Favor, escúchame …

—¡Cállate! Yo podía desterrarte para que vivieras la vida de Emma, pero no lo hago porque es el último favor que te haré —La irá de Máximo es más fuerte, el engaño lo ha cegado.

—Daniel, él es el culpable, me presionó y yo me sentí vulnerable —Lilian quiere hacerse la víctima, fingir para que esta locura acabe y ocupar su lugar.

Máximo la agarra del brazo con fuerza, su desprecio hacia ella crece con solo escuchar sus excusas.

—Te aborrezco, casándome con Emma te demuestro que ella a pesar de ser una desterrada salvaje es mejor que tú ¿Qué dirán de Lilian después de la boda? —pregunta en tono sarcástico.

—¡Todo Esto lo haces para vengarte! Pero estás tomando una pésima decisión, porque eso es esa salvaje —Lilian siente como su voz se quiebra.

—Y esa salvaje será reina y tu solo una rechazada por el Alfa, siempre serás vista como menos que Emma, esa será mi mejor venganza.

Máximo sigue su camino dejando a Lilian atrás, ha tomado una decisión irreversible.

Victoria quiere impedir la boda, hablo con los ancianos, pero ellos no pueden prohibirle al Alfa elegir a su prometida.

Intenta interceder con su hijo, pero Máximo no responde, solo camina mientras su mamá lo sigue dándole quejas de su mala decisión.

Máximo se detiene y la mira a los ojos

—¿Por qué no la quieres?

Victoria abre los ojos, se toca la cabeza

—Es una salvaje, ella no será una buena reina, no puede ser tu esposa.

—Te equivocas, ella será mi esposa, mi reina, y si no te gusta puedes irte a otra casa.

Victoria se da cuenta de que su hijo no cambiará de determinación, se casará pase lo que pase.

Llega la noche…

Emma con un vestido digno de la hija de Eduardo Monroe baja a la mesa, se ve hermosa, a pesar de vivir toda su vida como una salvaje, se ve elegante y fina.

Carlota y Lilian se levantan

—No pienso compartir la mesa con ella Eduardo.

—Te recuerdo que ella es mi hija de sangre, así que puedes comer en la cocina querida, Emma comerá en la mesa por petición del Alfa.

Eduardo mantiene su mirada en el plato, Emma quiere agradecerle, pero sabe que su padre es frío con ella.

Después de una cena incómoda y silenciosa, Emma decide dormir, después de años en una cama dura, poder sentir de nuevo una cama cómoda le causa una gran felicidad, tanto así que al arroparse abraza las sábanas.

Se escucha un fuerte ruido, Emma se despierta agitada y corre hasta las caballerizas, donde Lilian tiene una cara triunfalista.

—Te dejé tu regalo de bodas hermanita.

Emma entra con el corazón en la mano, encuentra a Princesa, su yegua con una herida en el costado, está agonizando.

La loba coloca sus manos sobre ella intentando que su herida no siga sangrando y de sus ojos salen lágrimas.

Las lágrimas de Emma tienen una particularidad, son dulces, un sabor a azúcar en agua.

Amanece….

Eduardo se extraña De no ver a su hija en la mesa.

—La salvaje está con su yegua en las caballerizas, al parecer está enferma y debió morir anoche.

Lilian tiene una sonrisa en el rostro se ha prometido acabar con su hermanastra y sabe que este es un duro golpe.

Eduardo decide buscar a su hija en la caballeriza, escucho que algo sucedió, un enfrentamiento.

Al llegar Princesa está débil, pero está caminando y comiendo, Lilian, que fue tras él, se sorprende al ver a la yegua bien.

Emma tiene una gran sonrisa, la alegría de ver a su yegua tan enérgica como siempre le causa, esta emoción de alegría infinita.

—No sirves para nada, ni siquiera para algo tan simple, la maldad nunca gana —sonríe Emma.

Emma se ausentan de la presencia de su padre, siente un leve dolor en el costado, decide ir al río a darse un baño.

Se quita la ropa, mientras disfruta del agua que parece darle un poco más de fuerza, de limpiar la suciedad que aún tiene en su piel.

Emma no se percata que subido a un árbol pensando en su futuro está Máximo.

Este era el lugar favorito del lobo para pensar, para aclarar su mente, él la ve desnuda en el río y por primera vez, aprecia la belleza de su futura esposa.

Emma abre los ojos, escucha un ruido y ve a Máximo en el árbol, se cubre y sale con velocidad del río para vestirse.

—¡¿Qué haces espiándome?! —Emma agarra varias piedras y las lanza en el árbol para golpear a Máximo que se cubre con los brazos.

Máximo salta y se acerca a ella

—Observando el panorama, no sabía que la salvaje era parte de él —bromea con una sonrisa pícara.

—Es todo lo que verás del panorama y de la Salvaje —Emma frunce el ceño, mientras gruñe.

—Tú tienes la culpa de ocultar tu belleza —Máximo la agarra de la cintura y se acerca a ella.

Emma se pone nerviosa, siente que su corazón late rápidamente al tenerlo tan cerca, manda saliva ¿Tendrá su primer beso?

—¿Te lo creíste verdad? —Máximo suelta una carcajada.

—¡Eres un idiota! —Emma le da un golpe en el pecho e intenta seguir si camino, pero el dolor de su costado la hace gritar de dolor.

Máximo se acerca a ella —¿Qué te pasa?

Emma suspira —Nada, te veré en un par de días, futuro esposo arrogante.

Máximo observa como Emma se aleja, ella es diferente y eso aunque no lo quiera aceptar le gusta, ¿Podrá domar a la salvaje?.

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