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Escuchará mis condiciones.

Blanca.

__ Por eso dijo que prefirieron mantenerlo en privado. - dedujo algo que no comprendí. La mujer me observó detalladamente antes de apuntar algo en una hoja. - Bien, señorita...

__ Blanca Smith. - me presenté. - Pase a la oficina y déjeme servirle un café

Entró, me disculpé para ir por su café, soltando un suspiro lleno de todo menos emociones positivas. Con un temblor en la mano izquierda tuve que hacer uso de mi autocontrol para no dejar ver lo nerviosa que estaba. Todo parecía irreal, pero yo misma había sido quien se metió en esa situación por no guardar mi bocota.

Puse mi mejor sonrisa para entregarle su café, me senté en la silla de mi jefe descubriendo porqué le gustaba tanto. En verdad era cómoda.

__ Y dígame Blanca, ¿cuanto tiempo tienen de ser pareja? - tomó un sorbo d esu taza adulando su sabor.

__ Dieciocho meses. - me di un golpe mental al recordar que nueve meses antes había un escándalo sobre haberlo visto con alguien que se dijo era su pareja definitiva. - Bueno, tuvimos una discordia en marzo del año pasado, la cual duró unas semanas, pero el amor ganó.

"Blanca te vas a ir para el infierno si sigues mintiendo" me dije.

__ Comprendo. ¿Se conocieron en el trabajo o desde antes? - preguntó de nuevo.

__ En el trabajo. Siempre fui admiradora de su trabajo desde que llegué, él también estaba a gusto conmigo y luego nos dimos cuenta que ambos sentimos cosas por el otro. - "Blanca, ya no digas nada" - Nuestro amor se dió sin problemas y aquí estamos, con ganas de cuidar a esa bebé hermosa.

__ ¿Le ilusiona la idea de tener un hijo?

__ Claro que sí. Siempre soñé con tener dos niñas y un niño. - eso no era mentira. Lo vi así para contrarrestar lo de mis hermanos y yo. - A Theo le pareció buena idea y con la adopción de la bebé iniciaría nuestra numerosa familia.

__ Me parece bien. - sonrió apuntando en el tablero que llevaba a la mano.

Siguió con preguntas similares. Algunas las respondí como debía, otras con mentiras mezcladas con verdades y otras mentiras totales. En verdad me estaba ganando un lugar explícitamente en el infierno por tantas mentiras en un solo día.

La puerta se abrió y por ella entró mi jefe, quien se sorprendió de ver a la cuidadora de servicios infantiles en su oficina, pero más al verme a mí sentada en su silla. Quise irme rápido, pero si lo hacía el teatro que había montado se caería. Sonreí como si nada pasara, estiré la mano para llamarlo y este ladeó la cabeza.

__ Ven. - avanzó hasta a mí. - Le estaba contando sobre tu buena relación con mi familia. Ya con dieciocho meses de relación, en nuestra ruptura de marzo fueron quienes te ayudaron a volver conmigo. - me di mensajes que hasta un bebé podía entender. - ¿Lo recuerdas?

__ Como olvidarlo. Dylan tuvo que sostener un ramo de flores de casi trescientas rosas, mientras Billy por poco rompe la pancarta. - entrelazó nuestras manos para sentarse en uno de los reposabrazos de la silla donde estaba. - Creo que hasta me resfrié por esperar tu respuesta.

" Bien, a él se le da mucho la improvisación"

__ Pero aquí estamos. Dispuestos a casarnos en tan solo diez días.

__ ¡¿Diez días?! - me soltó de golpe y preguntó con sorpresa. Le di una mirada de que no era tiempo de preguntas. - ¿Porqué tanto tiempo? Creí que faltaba menos.

__ Veo que no mentía, señor O'kelly. - le habló la mujer. - Hasta llegué a creer que era una farsa que quería sostener como última medida.

Mi jefe se rió de la suposición tan acertada de la cuidadora en lo que volvió a tomar mi mano y devolver la sonrisa que ella nos dió.

__ Les deseo un día agradable. Hay más visitas que debo hacer. - se incorporó. - Con esto corroboro que lo de la pareja que iba a proponer como padres para su sobrina quedan descartados.

__ Claro que sí. Nosotros nos esforzaremos por darle el hogar que ella necesita. - aseguró mi jefe despidiendola.

Solté el aire, me puse de pie. Arreglé mi cabello y tomé agua indicando que no hablara, que necesitaba tiempo para lo que estaba a punto de hacer. O más bien para lo que había dicho.

__ Si en pone en contexto de las cosas comprenderé mejor. - sugirió mi jefe.

__ Es básicamente alguien cuerdo viniendo a informar sobre el avance del caso de su hija, me asusté porque la perdiera y actué sin pensar. ¡Dios! ¿Como pude hacer eso?

__ No importa como, gracias. - se vió sincero en ese momento. Vi orgullo y eso solo causó.un aleteo intenso dentro de mi estómago. - Pero de verdad ¿quiere hacer esto?

__ Ya di mi palabra. Además esa niña no estará mejor con nadie más que no sea alguien que se desvela y aún así viene a trabajar por mantener el ritmo de vida que quiere darle. - me sorprendí admitiendo. - Ya acepté, señor.

Apreté mis puños con más nervios que seguridad.

__ ¡Sí, acepto ser su esposa, jefe! - solté con la misma incredulidad que él.

Ninguno veía al otro como una opción para un relación pero las cosas ya se habían, prácticamente oficializado. No había marcha atrás.

__ ¿A cambio de qué? - quiso saber. - Supongo que hay algo que quiere pedir.

__ No, no se equivoca, señor. - me senté de nuevo en su lugar ante su rostro descompuesto por tomarme esa atribución de nuevo sin ser necesario. - Las pensé mucho. No son negociables.

__ ¿Cuanto dinero? - pidió entregando el block de notas en su escritorio.

__ ¿Porque cree que todo lo resolverá con dinero? - indagué tomando el lápiz para tomar una nota y escribir. - No tengo un precio económico, Theo. Te recuerdo que es como debo llamarte porque se verá extraño que te diga jefe o señor.

__ Estoy de acuerdo. - aceptó cruzando los brazos sobre su pecho.

__ Bien. - suspiré tomando otra nota en la que puse la punta del lápiz para escribir cada una a medida que las dijera, para dejar claro que no aceptaría algunas cosas con el trato. - Escuchará mis condiciones.

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