Capítulo 85
Daisy se quedó atónita.

Había calculado muy bien el tiempo para no toparse con ellos… y aun así se encontró de frente con Fernando y Thiago.

«¿Acaso Fernando no se cansa de usar la misma maniobra de volver sobre sus pasos?», se dijo con un leve ceño fruncido.

Fernando, por su parte, fijó la mirada en Daisy; en sus ojos se reflejaba una emoción tan sutil como indescifrable. Parecía haber un pequeño destello de… ¿nerviosismo?

—¿Tú… también estabas adentro?

—Sí —respondió Daisy con rapidez—. ¿Y qué? Si tú puedes hablar con Tina, yo también. Como dijiste hace un rato, Grupo De Jesús no tiene ninguna patente. ¿O es que el señor Suárez se cree con derechos de exclusividad?

Fernando clavó la vista en Thiago con un gesto imperceptible. El asistente captó la seña enseguida:

—Señorita Daisy, ya que nos encontramos, podríamos ir a comer juntos… ¿qué le parece?

—¿Comida o cena? —preguntó Daisy con una sonrisilla burlona—. A estas horas, no sé si encaja ninguna de las dos. Además… —fijó la mirada e
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