Capítulo 49
Él le había reservado un vuelo de regreso. Alguien la recogería en el aeropuerto, y podría volver al conjunto Los Prados.

Justo después de enviarle el mensaje, apareció un signo de exclamación rojo en la pantalla.

El mensaje no había sido recibido.

¿Acaso lo había bloqueado?

César no se molestó, solo se rio.

Era bastante típico de Lorena.

Inmediatamente marcó su número desde el teléfono que usaba para el trabajo.

El tono sonó unas cuantas veces antes de que ella respondiera:

—¿Bueno? ¿Quién habla? —preguntó Lorena con un tono educado pero distante.

—Te reservé un vuelo. Recuerda volver sola, no con… —César no alcanzó a terminar su frase cuando una voz femenina lo interrumpió.

—César, la cena tardará un poco más. No comiste nada en el avión, así que toma un poco de leche. La calenté hace un momento —dijo Teresa, acercándose con una taza de leche caliente que le ofreció.

Lorena había pensado que la llamada era de un repartidor, por eso contestó.

Cuando escuchó la voz de César, supo de in
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