Capítulo 56
Adrián condujo hasta altas horas de la noche, llegando finalmente a la casa que habían reservado con anticipación.

Durante el trayecto, Lorena se quedó dormida, en un sueño profundo.

Al observarla, Adrián sintió pena de despertarla porque se veía muy tranquila mientras dormía.

Finalmente, Adrián la movió ligeramente y, con voz suave, le dijo:

—Lore, despierta. Ya llegamos.

Todavía algo adormilada, Lorena lo siguió hasta la casa.

Con todo lo que había sucedido recientemente, salir de la ciudad era su forma de despejarse. Aunque Adrián era joven, había demostrado que es de confiar.

Adrián la acompañó hasta su habitación, y solo después de asegurarse de que cerrara la puerta, regresó a la suya.

Lorena cerró la puerta con llave, empujó su maleta hacia un lado y se dejó caer en la cama.

El sereno que había sentido al bajar del auto le quitó el sueño por completo.

Colocó sus manos sobre su vientre, por puro instinto.

En el hospital de Chatelet, la máquina había fallado, y no se había podido
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