Capítulo 138
César se quitó el saco y se sentó a un lado para ver la partida. De vez en cuando, cuando Lorena dudaba sobre qué carta jugar, él tomaba una de su mano y la ayudaba a lanzarla.

— ¡Eso no es justo! ¡Tienes ayuda! — Álvaro protestó, indignado.

— También puedes buscar a alguien que te ayude — César respondió con indiferencia, sentado detrás de Lorena.

Con la ayuda de César, Lorena jugaba cada vez mejor.

Durante el juego, se dio cuenta de que aún no habían cenado. César tampoco había comido en casa de María, ya que había vuelto al hospital muy deprisa. En ese momento, también sintió hambre y decidió encargarse de pedir la comida.

Siempre era Clara la que se encargaba de hacer los pedidos por él, así que, sin dudarlo, tomó el celular de Lorena para hacer el pedido.

Cuando la comida llegó, los tres dejaron las cartas a un lado y cenaron.

Después de comer, Marina quería quedarse a dormir, pero César la echó sin contemplaciones, obligando también a Álvaro a volver a su habitación.

Luego, César
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