Llego a casa de Leonor en la noche y me entero que Laura pasó por los niños en la tarde. Así que aprovecharé de hablar con Leonor y preguntarle si sabía sobre la supuesta enfermedad del esposo de Laura. Ella está en su habitación, parece tener jaqueca. — Puedo venir después abuela. No deseo contrariarte. — No para nada, más bien tu presencia me alivia mucho, ya no estaré sola en esta enorme casa, mira que Laura ha echo su vida y se llevó a mis pequeños, eso es lo que me tiene un poco triste. Pero ya sabes cómo soy, mañana estaré bien. — No te preocupes abuela. Los traeré seguido a verte. Por cierto, sobre Laura, hay algo que necesito preguntarte. — ¿Qué quieres saber?—¿ Es verdad que Evans estuvo luchando contra el cáncer?—Ah, si, es verdad, creí que estabas al tanto. Salió en los diarios algunas veces. —Sabes que evito leer cualquier cosa que me hable de ellos, abuela— digo pensativo. Entonces la observo y tras suspirar sonrío tenue. —¿Crees que ella se casó con él por lasti
— El señor Evans ha tenido una recaída muy crítica. Un nuevo tumor se ha formado con una velocidad alarmante. Haremos más estudios para descartar que sea el cáncer de nuevo— dice y tambaleo. Julián me sostiene y no puedo hablar. Solo le digo que deseo sentarme. Él me ayuda a hacerlo ya que estoy temblando y creo que mis piernas fallaran en cualquier momento. Entonces miro al doctor. —No es posible. Salió bien en los últimos estudios doctor — digo con mi mirada nublada por mis lágrimas. Mis manos están frías como hielo y mi corazón muy agitado.— Estoy tan sorprendido como usted. Se supone que no volviera a aparecer. Pero los estudios seguramente determinarán que fue lo que sucedió. Lo lamento señora — Me dice. Luego nos advierte de que debe quedarse internado un tiempo mientras le hacen estudios especiales y se va a seguir en sus rondas. Empiezo a llorar desconsolada. — No puede ser. No puede ser… Evans, Dios mío ¿Por qué?—Me lamento ante la mirada perpleja de Julián. — Lo lament
Los meses transcurren y hoy me encuentro sentada en la banqueta de la ciudad después de una ardua mañana. Intento descansar no solo físicamente sino también mentalmente. Miro en mis manos las bolsas con las muchas medicinas para Evans. Suspiro triste recordando ese horrible día donde tuve que darle la peor de las noticias. Él trató de mostrarse fuerte ante mí pero más bien se desmoronó , miré su semblante afectado y aterrado mientras él a su vez me miraba buscando una pizca de equivocación de mi parte. Hoy cinco meses después me encuentro abatida, tratando de imaginar un futuro mejor a su lado. Uno que no llegará pues el tratamiento en Houston no pudo servir para Evans. Si, el doctor Simons es una eminencia, Pero fue sincero con nosotros y no pudo ofrecernos mayor esperanza. Respiro hondo y una lágrima resbala por mi mejilla. Hace meses que no se de Julián. Decidí no tenerlo cerca y él estuvo de acuerdo. Lo extraño un montón y aunque su presencia sería para mí un consuelo enorme,
Los médicos lo estabilizan y más tarde ambos estamos acostados. Lo abrazo mientras miro o finjo mirar una serie televisiva. De repente lo oigo sollozar y corro a encender la luz. Lo miro y su semblante es muy decaído. Tomo su mano y la aprieto. — Todo va a estar bien. Te lo juro cariño. — No , Laura, no todo va a estar bien…— Me mira con gesto desolado. — No quiero dejarte — susurra y logra quebrar mi coraza. Mis lágrimas salen y tomo su mano. La beso. — Nunca me vas a dejar. Nunca porque pase lo que pase tu recuerdo siempre estará aquí — toco mi corazon. — Dándome fuerzas — Él llora un poco pero más tarde vuelve a ser el hombre animado que siempre ha sido. A mitad de la noche ninguno puede dormir. Así que vemos una película a muy bajito volumen para que las enfermeras no se den cuenta. Es una película de aventuras pero la pareja se escapan de sus respectivas casas y pasan la noche en una montaña , hacen un picnic y miran el amanecer juntos. Él sonríe. Entonces suspira mirándome
— No deseo hablar de él, no en este momento — Le digo y sonrío forzado. Él suspira, toma mi mano y la besa. Es verdad que desearía con todas mis fuerzas algún día poder darme una oportunidad con Julián. Pero ahora mismo pensar en ello me parece descabellado. Evans vive y no quiero hacer planes sobre su fallecimiento. Mucho menos planes de rehacer mi vida. Tal vez pase mucho tiempo antes de poder hacerlo. — En algún momento tenemos que hablarlo y creeme que no tengo tanto tiempo para esperar Laura— respiro hondo. Oírle decir eso me parte el alma. Aprieto su mano. —Lo haremos. Pero no hoy ¿ Sí? Hoy miremos las estrellas y disfrutemos este momento que es solo nuestro. Sonríe con calidez. — Está bien…— hace una pausa. — Pero, hay algo que quiero contarte Laura. Algo que se que te va a ayudar a decidir cuando yo no esté. —Te escucho. Puedes contarme lo que quieras— Lo miro con ojos atentos. — Hace cuatro años me iba a casar Laura— Nunca me dijo eso. Lo miro con semblante curioso.
Funeral de Evans. La brisa soplaba suavemente mientras nubes grises cubrían el cielo. Observo en silencio cómo los presentes se acercan a darme el pésame. El crujir de las hojas secas bajo los pies de los asistentes y el canto de los pájaros son los únicos sonidos que rompen el denso silencio. Algún lamento repentino se oye cada cierto momento. Su familia ha venido , su anciano padre , sus dos hermanos y una sobrina que luce muy afectada. Respiro hondo y abrazo a mis hijos, quienes miran confundidos a su alrededor, sin comprender realmente lo que está sucediendo. Saben que Evans se ha ido pero este tema de la muerte les es un poco confuso. Hacen muchas preguntas y algunas soy incapaz de contestarla. Julián está a cierta distancia. Aún no se acerca a mi, tal vez prefiera mantener un poco de distancia. Aunque se que solo de verlo hayo un poco de consuelo. Fue muy amable al ayudarme a decirle a los niños la traite noticia. Habla ahora con papá y Andrés al fondo del jardín. Mientras lo
Las lágrimas corren por mis mejillas mientras doblo la carta. El pedido de Evans me toma por sorpresa, pero en el fondo sé que tiene razón. Quizás Julián pueda llenar el vacío que dejó mi esposo. Me siento en la cama y lloro por sus hermosas y consideradas palabras. Un agudo dolor se instala en mi ser con más fuerzas después de leer esta carta. Entonces me levanto y respiro hondo, decidida a honrar los deseos de Evans y a encontrar la fuerza para seguir adelante. Doy vueltas pensativa y comienzo a preguntarme que hacer ahora. Decido volver al jardin con muchas cosas en mi mente en busca de aire puro. Mientras camino pienso en mis posibilidades, debo vender la casa e irme, quizás sea una de ellas . Aún no se cómo actuar. Evans me pide que rehaga mi vida y ver a Julián revivió en mi todo el amor que siento guardado dentro de mi. Pero sería despreciable que corriera a sus brazos cuando mi esposo acaba de morir. Mientras pienso en estas cosas y mi cabeza no para de dar vueltas y vueltas
Los meses se fueron yendo con una rapidez abrumadora. Solamente manteniéndome ocupada he logrado salir adelante todo este tiempo y poco a poco ir superando los sentimientos de soledad que me han embargado desde la muerte de Evans. Julián y yo hablamos muy poco durante todo este tiempo. Ha sabido respetar muy bien mi espacio y el nombre de Evans ante todo. Así que desde el funeral no nos hemos vuelto a encontrar. Poco a poco he retomado el control de mi vida, empecé a trabajar de nuevo y he asistido a algunas subastas importantes sin tener que abandonar Canadá. …Es un jueves cerca de las seis pm y estoy alistándome para ir esta noche a la galería de arte. Han traído desde Dinamarca , unas obras importantísimas tanto por lo costoso como por su historia, parece que un donador muy generoso quiso que formaran parte de la galería con la posibilidad de venderlas al mejor postor siempre y cuando las conserve en un lugar adecuado y permita que sean admiradas como lo merecen. Obvio yo