Los médicos lo estabilizan y más tarde ambos estamos acostados. Lo abrazo mientras miro o finjo mirar una serie televisiva. De repente lo oigo sollozar y corro a encender la luz. Lo miro y su semblante es muy decaído. Tomo su mano y la aprieto. — Todo va a estar bien. Te lo juro cariño. — No , Laura, no todo va a estar bien…— Me mira con gesto desolado. — No quiero dejarte — susurra y logra quebrar mi coraza. Mis lágrimas salen y tomo su mano. La beso. — Nunca me vas a dejar. Nunca porque pase lo que pase tu recuerdo siempre estará aquí — toco mi corazon. — Dándome fuerzas — Él llora un poco pero más tarde vuelve a ser el hombre animado que siempre ha sido. A mitad de la noche ninguno puede dormir. Así que vemos una película a muy bajito volumen para que las enfermeras no se den cuenta. Es una película de aventuras pero la pareja se escapan de sus respectivas casas y pasan la noche en una montaña , hacen un picnic y miran el amanecer juntos. Él sonríe. Entonces suspira mirándome
— No deseo hablar de él, no en este momento — Le digo y sonrío forzado. Él suspira, toma mi mano y la besa. Es verdad que desearía con todas mis fuerzas algún día poder darme una oportunidad con Julián. Pero ahora mismo pensar en ello me parece descabellado. Evans vive y no quiero hacer planes sobre su fallecimiento. Mucho menos planes de rehacer mi vida. Tal vez pase mucho tiempo antes de poder hacerlo. — En algún momento tenemos que hablarlo y creeme que no tengo tanto tiempo para esperar Laura— respiro hondo. Oírle decir eso me parte el alma. Aprieto su mano. —Lo haremos. Pero no hoy ¿ Sí? Hoy miremos las estrellas y disfrutemos este momento que es solo nuestro. Sonríe con calidez. — Está bien…— hace una pausa. — Pero, hay algo que quiero contarte Laura. Algo que se que te va a ayudar a decidir cuando yo no esté. —Te escucho. Puedes contarme lo que quieras— Lo miro con ojos atentos. — Hace cuatro años me iba a casar Laura— Nunca me dijo eso. Lo miro con semblante curioso.
Funeral de Evans. La brisa soplaba suavemente mientras nubes grises cubrían el cielo. Observo en silencio cómo los presentes se acercan a darme el pésame. El crujir de las hojas secas bajo los pies de los asistentes y el canto de los pájaros son los únicos sonidos que rompen el denso silencio. Algún lamento repentino se oye cada cierto momento. Su familia ha venido , su anciano padre , sus dos hermanos y una sobrina que luce muy afectada. Respiro hondo y abrazo a mis hijos, quienes miran confundidos a su alrededor, sin comprender realmente lo que está sucediendo. Saben que Evans se ha ido pero este tema de la muerte les es un poco confuso. Hacen muchas preguntas y algunas soy incapaz de contestarla. Julián está a cierta distancia. Aún no se acerca a mi, tal vez prefiera mantener un poco de distancia. Aunque se que solo de verlo hayo un poco de consuelo. Fue muy amable al ayudarme a decirle a los niños la traite noticia. Habla ahora con papá y Andrés al fondo del jardín. Mientras lo
Las lágrimas corren por mis mejillas mientras doblo la carta. El pedido de Evans me toma por sorpresa, pero en el fondo sé que tiene razón. Quizás Julián pueda llenar el vacío que dejó mi esposo. Me siento en la cama y lloro por sus hermosas y consideradas palabras. Un agudo dolor se instala en mi ser con más fuerzas después de leer esta carta. Entonces me levanto y respiro hondo, decidida a honrar los deseos de Evans y a encontrar la fuerza para seguir adelante. Doy vueltas pensativa y comienzo a preguntarme que hacer ahora. Decido volver al jardin con muchas cosas en mi mente en busca de aire puro. Mientras camino pienso en mis posibilidades, debo vender la casa e irme, quizás sea una de ellas . Aún no se cómo actuar. Evans me pide que rehaga mi vida y ver a Julián revivió en mi todo el amor que siento guardado dentro de mi. Pero sería despreciable que corriera a sus brazos cuando mi esposo acaba de morir. Mientras pienso en estas cosas y mi cabeza no para de dar vueltas y vueltas
Los meses se fueron yendo con una rapidez abrumadora. Solamente manteniéndome ocupada he logrado salir adelante todo este tiempo y poco a poco ir superando los sentimientos de soledad que me han embargado desde la muerte de Evans. Julián y yo hablamos muy poco durante todo este tiempo. Ha sabido respetar muy bien mi espacio y el nombre de Evans ante todo. Así que desde el funeral no nos hemos vuelto a encontrar. Poco a poco he retomado el control de mi vida, empecé a trabajar de nuevo y he asistido a algunas subastas importantes sin tener que abandonar Canadá. …Es un jueves cerca de las seis pm y estoy alistándome para ir esta noche a la galería de arte. Han traído desde Dinamarca , unas obras importantísimas tanto por lo costoso como por su historia, parece que un donador muy generoso quiso que formaran parte de la galería con la posibilidad de venderlas al mejor postor siempre y cuando las conserve en un lugar adecuado y permita que sean admiradas como lo merecen. Obvio yo
—¿ Cómo están los niños? Aún no les doy la sorpresa de que vine—dice por fin después de un primer trago. Pasa otro mesonero y tomo una copa también tratando de liberar la tensión que me hace sentir. — Ellos están bien. Aunque te extrañan… y a Evans — susurro recordando sus caras tristes cuando hablaban de él Pero lamentando sacar a colación el tema ante Julián. —¿Tú también lo extrañas verdad?— Se atreve a preguntar sacándome un leve suspiro. Asiento con una sonrisa triste. —Pero su recuerdo ya no me hiere, estoy bien. Hablamos un poco más y uno de los potenciales clientes de la galería se acerca. Es un hombre muy pintoresco con traje llamativo y enormes anillos de oro en sus dedos. Seguramente hablarán de algún negocio , Julián se aleja en su compañía y yo aprovecho para ir por aire fresco. Tengo que respirar hondo y controlar mis emociones pues temo ponerme en evidencia ante los demás. Algunos de estos personajes son amigos de mi familia de años y otros conocían perfectamente
Julian. Mientras nos besamos sobre la hierba mi corazón está muy descontrolado. Es emocionante tenerla solo para mí, pero ha pasado un año desde que murió Evans. Intenté respetar sus recuerdos, dejar pasar un tiempo prudencial, pero creo que ya no hay nada que se interponga. Aún así Laura sigue insistiendo en que nos veamos a escondidas. Ella detiene el beso y me mira curiosa. Coloca su mano suave en mi mejilla y me mira con esos ojos chispeantes de dulzura y amor. —¿Te sucede algo mi amor?— pregunta. Oírle referirse a mí con un término tan cariñoso hace que se avive más dentro de mi ser, el deseo de casarme con ella y forjar una relación seria y duradera. Una claramente visible a la sociedad. Tomo su mano con delicadeza y la beso mientras mis ojos no pueden parar de conectarse a los suyos. — Es que… Laura quiero hablar contigo de algo importante — digo, pero ella mira su reloj. Parece no tener mucho tiempo disponible. — Si claro, dime—pregunta volviéndo su mirada a mí.
Laura. Cuando ví a Julián que también estaba en el evento me emocioné demasiado. Durante todo el día no me había llamado y eso me tenía algo inquieta. Apenas nuestras miradas conectaron sentí un enorme deseo de ir y abrazarlo. Sentarnos juntos y terminar la velada en su casa. Abrazados y amándonos. Entonces Agata me susurra al oído. —¿Viste quien está aquí, Laura? Tu amor tortuoso. Supe que estuvieron casados y que fue todo un patán contigo — Enseguida sonrojo y mis labios comienzan a temblar ante su comentario que me ha tomado por sorpresa. —Ah, no me había dado cuenta Agata. Pero no me gusta hablar de mi pasado — digo intentando desviarla del tema. — Solo espero que nunca se te ocurra regresar con ese imbécil — sentí tanto enojo cuando lo ofendió con ese término. Ella me mira curiosa. —Vaya, parece que te incomoda que lo insulte… ¿ Acaso tú y él…? Oh, por Dios Laura, tu esposo aún está fresco en la tumba y tú…— No digas tonterías Agata, hace un año entero de la muerte de Evans,