Los meses se fueron yendo con una rapidez abrumadora. Solamente manteniéndome ocupada he logrado salir adelante todo este tiempo y poco a poco ir superando los sentimientos de soledad que me han embargado desde la muerte de Evans. Julián y yo hablamos muy poco durante todo este tiempo. Ha sabido respetar muy bien mi espacio y el nombre de Evans ante todo. Así que desde el funeral no nos hemos vuelto a encontrar. Poco a poco he retomado el control de mi vida, empecé a trabajar de nuevo y he asistido a algunas subastas importantes sin tener que abandonar Canadá. …Es un jueves cerca de las seis pm y estoy alistándome para ir esta noche a la galería de arte. Han traído desde Dinamarca , unas obras importantísimas tanto por lo costoso como por su historia, parece que un donador muy generoso quiso que formaran parte de la galería con la posibilidad de venderlas al mejor postor siempre y cuando las conserve en un lugar adecuado y permita que sean admiradas como lo merecen. Obvio yo
—¿ Cómo están los niños? Aún no les doy la sorpresa de que vine—dice por fin después de un primer trago. Pasa otro mesonero y tomo una copa también tratando de liberar la tensión que me hace sentir. — Ellos están bien. Aunque te extrañan… y a Evans — susurro recordando sus caras tristes cuando hablaban de él Pero lamentando sacar a colación el tema ante Julián. —¿Tú también lo extrañas verdad?— Se atreve a preguntar sacándome un leve suspiro. Asiento con una sonrisa triste. —Pero su recuerdo ya no me hiere, estoy bien. Hablamos un poco más y uno de los potenciales clientes de la galería se acerca. Es un hombre muy pintoresco con traje llamativo y enormes anillos de oro en sus dedos. Seguramente hablarán de algún negocio , Julián se aleja en su compañía y yo aprovecho para ir por aire fresco. Tengo que respirar hondo y controlar mis emociones pues temo ponerme en evidencia ante los demás. Algunos de estos personajes son amigos de mi familia de años y otros conocían perfectamente
Julian. Mientras nos besamos sobre la hierba mi corazón está muy descontrolado. Es emocionante tenerla solo para mí, pero ha pasado un año desde que murió Evans. Intenté respetar sus recuerdos, dejar pasar un tiempo prudencial, pero creo que ya no hay nada que se interponga. Aún así Laura sigue insistiendo en que nos veamos a escondidas. Ella detiene el beso y me mira curiosa. Coloca su mano suave en mi mejilla y me mira con esos ojos chispeantes de dulzura y amor. —¿Te sucede algo mi amor?— pregunta. Oírle referirse a mí con un término tan cariñoso hace que se avive más dentro de mi ser, el deseo de casarme con ella y forjar una relación seria y duradera. Una claramente visible a la sociedad. Tomo su mano con delicadeza y la beso mientras mis ojos no pueden parar de conectarse a los suyos. — Es que… Laura quiero hablar contigo de algo importante — digo, pero ella mira su reloj. Parece no tener mucho tiempo disponible. — Si claro, dime—pregunta volviéndo su mirada a mí.
Laura. Cuando ví a Julián que también estaba en el evento me emocioné demasiado. Durante todo el día no me había llamado y eso me tenía algo inquieta. Apenas nuestras miradas conectaron sentí un enorme deseo de ir y abrazarlo. Sentarnos juntos y terminar la velada en su casa. Abrazados y amándonos. Entonces Agata me susurra al oído. —¿Viste quien está aquí, Laura? Tu amor tortuoso. Supe que estuvieron casados y que fue todo un patán contigo — Enseguida sonrojo y mis labios comienzan a temblar ante su comentario que me ha tomado por sorpresa. —Ah, no me había dado cuenta Agata. Pero no me gusta hablar de mi pasado — digo intentando desviarla del tema. — Solo espero que nunca se te ocurra regresar con ese imbécil — sentí tanto enojo cuando lo ofendió con ese término. Ella me mira curiosa. —Vaya, parece que te incomoda que lo insulte… ¿ Acaso tú y él…? Oh, por Dios Laura, tu esposo aún está fresco en la tumba y tú…— No digas tonterías Agata, hace un año entero de la muerte de Evans,
Durante un mes fue imposible saber de Julián. Hasta que hace tres días su asistente me confirmó que Julián partirá para Canadá en unos días. Estoy tan ansiosa por verlo. Aún no le cuento a nadie lo que sucede entre nosotros. Se que será algo muy difícil. Aún recuerdo las acusaciones de Andrés hace un tiempo. « Dicen que te vieron en el evento de caridad discutiendo con ese sujeto Laura, no te atrevas a escucharlo , está mal visto, ¿ Que crees que pensaran de ti nuestros amigos? »« ¿ Que pensarán? No hacíamos nada malo Andrés, solo hablábamos y…»« Evans acaba de morir, un año no es suficiente, no lo olvides, no quiero que hablen de mi hermana como si fuera una mujer fácil que…» Lo abofeteé y eso bastó para distanciarnos un tiempo. Cada noche recuerdo sus acusaciones y mi mente empieza a dividirse entre los que quiero hacer y lo que los demás esperan que haga. …Estoy conversando con Michael y su esposa. Los niños juegan divertidos en la piscina mientras todos charlamos y tomamos
Abrí los ojos dándome cuenta de que son casi las 7 de la mañana. No sé a qué hora me dormí esperando a Julián, pero por lo visto nunca llegó. Su criada toca mi hombro con insistencia y mirándome con asombro y desconcierto me entrega un sobre. Me estiro levantándome de la acera sintiendo todo mi cuerpo adolorido, un fuerte dolor de cabeza retumba en mis oídos ni yo puedo creer que haya hecho algo como esto, pero mi corazón está entristecido porque no logré el objetivo que quería. —Gracias— digo tomándolo con ansiedad la miro con curiosidad y luego al sobre. — Eso es una carta señorita el señor la envió muy temprano para que Martin la llevara a su casa. Acaba de llegar el mensajero y me dijo desconcertado que había una mujer durmiendo en la acera. Supuse que era usted, de verdad disculpe por no haberla hecho pasar, pero temí que hacer algo como eso disgustara al señor . Ahora estoy avergonzada con usted— dice con gesto afectado. — No, no importa. No es su culpa, fue mi deci
Llegamos a casa y Andrés me hace tomar unas Aspirinas y luego me obliga a entrar al baño. Abre la regadera y me hace entrar bajo ella. Empiezo a llorar de nuevo. — Es mejor que te duches y estés presentable para cuando venga papá de su junta. Tenemos que hablar. Esta conducta es inaceptable— Se va y me quedo allí sintiendo las gotas recorrer mi piel , estoy vestida y me dejo caer al piso y en el rincón pienso en Julián. ¿En dónde podría estar? ¿Por qué no esperó que le explicara?. ¿Estará sufriendo por mi culpa? Lloro desolada porque creo que lo.he perdido para siempre. Entonces frustrada comienzo a gritar muy enojada conmigo misma. Miro reflejada en mi mente su rostro cuando en el evento pasé por su lado y no fui capaz de dirigirle la palabra. Golpeo la pared muy triste, tanto que mis nudillos duelen. Más tarde estoy sentada en la cama envuelta en una toalla, pensativa y sin ánimos de nada. Tomo el celular otra vez para marcarle. Sigue apagado. Decido llamar a su asistente. Ella d
Entro al aeropuerto con el corazón latiéndome a mil por hora. Mis manos tiemblan ligeramente mientras me abro paso entre la multitud de personas apresuradas. El ambiente ajetreado y ruidoso me abruma, los anuncios por los altavoces y el bullicio constante me aturden. Mis ojos recorren desesperadamente el amplio espacio, intentando encontrar una señal, alguna pista de Julián. Las voces y el movimiento a mi alrededor me distraen, provocando que me sienta perdida y desorientada. Pero trato de enfocarme, de mantener la calma, aunque la ansiedad y la urgencia me consumen. Empiezo a sentir que el aire me falta, que todo a mi alrededor se vuelve borroso. Pero no pierdo las esperanzas, se que debo encontrarlo, necesito verlo, hablar con él antes de que sea demasiado tarde. Sigo caminando con pasos rápidos, tropezando con maletas y esquivando a los viajeros. Mis ojos se mueven inquietos, escudriñando cada rostro, cada rincón del aeropuerto. No logro visualizarlo y el miedo a perderlo me par