Funeral de Evans. La brisa soplaba suavemente mientras nubes grises cubrían el cielo. Observo en silencio cómo los presentes se acercan a darme el pésame. El crujir de las hojas secas bajo los pies de los asistentes y el canto de los pájaros son los únicos sonidos que rompen el denso silencio. Algún lamento repentino se oye cada cierto momento. Su familia ha venido , su anciano padre , sus dos hermanos y una sobrina que luce muy afectada. Respiro hondo y abrazo a mis hijos, quienes miran confundidos a su alrededor, sin comprender realmente lo que está sucediendo. Saben que Evans se ha ido pero este tema de la muerte les es un poco confuso. Hacen muchas preguntas y algunas soy incapaz de contestarla. Julián está a cierta distancia. Aún no se acerca a mi, tal vez prefiera mantener un poco de distancia. Aunque se que solo de verlo hayo un poco de consuelo. Fue muy amable al ayudarme a decirle a los niños la traite noticia. Habla ahora con papá y Andrés al fondo del jardín. Mientras lo
Las lágrimas corren por mis mejillas mientras doblo la carta. El pedido de Evans me toma por sorpresa, pero en el fondo sé que tiene razón. Quizás Julián pueda llenar el vacío que dejó mi esposo. Me siento en la cama y lloro por sus hermosas y consideradas palabras. Un agudo dolor se instala en mi ser con más fuerzas después de leer esta carta. Entonces me levanto y respiro hondo, decidida a honrar los deseos de Evans y a encontrar la fuerza para seguir adelante. Doy vueltas pensativa y comienzo a preguntarme que hacer ahora. Decido volver al jardin con muchas cosas en mi mente en busca de aire puro. Mientras camino pienso en mis posibilidades, debo vender la casa e irme, quizás sea una de ellas . Aún no se cómo actuar. Evans me pide que rehaga mi vida y ver a Julián revivió en mi todo el amor que siento guardado dentro de mi. Pero sería despreciable que corriera a sus brazos cuando mi esposo acaba de morir. Mientras pienso en estas cosas y mi cabeza no para de dar vueltas y vueltas
Los meses se fueron yendo con una rapidez abrumadora. Solamente manteniéndome ocupada he logrado salir adelante todo este tiempo y poco a poco ir superando los sentimientos de soledad que me han embargado desde la muerte de Evans. Julián y yo hablamos muy poco durante todo este tiempo. Ha sabido respetar muy bien mi espacio y el nombre de Evans ante todo. Así que desde el funeral no nos hemos vuelto a encontrar. Poco a poco he retomado el control de mi vida, empecé a trabajar de nuevo y he asistido a algunas subastas importantes sin tener que abandonar Canadá. …Es un jueves cerca de las seis pm y estoy alistándome para ir esta noche a la galería de arte. Han traído desde Dinamarca , unas obras importantísimas tanto por lo costoso como por su historia, parece que un donador muy generoso quiso que formaran parte de la galería con la posibilidad de venderlas al mejor postor siempre y cuando las conserve en un lugar adecuado y permita que sean admiradas como lo merecen. Obvio yo
—¿ Cómo están los niños? Aún no les doy la sorpresa de que vine—dice por fin después de un primer trago. Pasa otro mesonero y tomo una copa también tratando de liberar la tensión que me hace sentir. — Ellos están bien. Aunque te extrañan… y a Evans — susurro recordando sus caras tristes cuando hablaban de él Pero lamentando sacar a colación el tema ante Julián. —¿Tú también lo extrañas verdad?— Se atreve a preguntar sacándome un leve suspiro. Asiento con una sonrisa triste. —Pero su recuerdo ya no me hiere, estoy bien. Hablamos un poco más y uno de los potenciales clientes de la galería se acerca. Es un hombre muy pintoresco con traje llamativo y enormes anillos de oro en sus dedos. Seguramente hablarán de algún negocio , Julián se aleja en su compañía y yo aprovecho para ir por aire fresco. Tengo que respirar hondo y controlar mis emociones pues temo ponerme en evidencia ante los demás. Algunos de estos personajes son amigos de mi familia de años y otros conocían perfectamente
Julian. Mientras nos besamos sobre la hierba mi corazón está muy descontrolado. Es emocionante tenerla solo para mí, pero ha pasado un año desde que murió Evans. Intenté respetar sus recuerdos, dejar pasar un tiempo prudencial, pero creo que ya no hay nada que se interponga. Aún así Laura sigue insistiendo en que nos veamos a escondidas. Ella detiene el beso y me mira curiosa. Coloca su mano suave en mi mejilla y me mira con esos ojos chispeantes de dulzura y amor. —¿Te sucede algo mi amor?— pregunta. Oírle referirse a mí con un término tan cariñoso hace que se avive más dentro de mi ser, el deseo de casarme con ella y forjar una relación seria y duradera. Una claramente visible a la sociedad. Tomo su mano con delicadeza y la beso mientras mis ojos no pueden parar de conectarse a los suyos. — Es que… Laura quiero hablar contigo de algo importante — digo, pero ella mira su reloj. Parece no tener mucho tiempo disponible. — Si claro, dime—pregunta volviéndo su mirada a mí.
Laura. Cuando ví a Julián que también estaba en el evento me emocioné demasiado. Durante todo el día no me había llamado y eso me tenía algo inquieta. Apenas nuestras miradas conectaron sentí un enorme deseo de ir y abrazarlo. Sentarnos juntos y terminar la velada en su casa. Abrazados y amándonos. Entonces Agata me susurra al oído. —¿Viste quien está aquí, Laura? Tu amor tortuoso. Supe que estuvieron casados y que fue todo un patán contigo — Enseguida sonrojo y mis labios comienzan a temblar ante su comentario que me ha tomado por sorpresa. —Ah, no me había dado cuenta Agata. Pero no me gusta hablar de mi pasado — digo intentando desviarla del tema. — Solo espero que nunca se te ocurra regresar con ese imbécil — sentí tanto enojo cuando lo ofendió con ese término. Ella me mira curiosa. —Vaya, parece que te incomoda que lo insulte… ¿ Acaso tú y él…? Oh, por Dios Laura, tu esposo aún está fresco en la tumba y tú…— No digas tonterías Agata, hace un año entero de la muerte de Evans,
Durante un mes fue imposible saber de Julián. Hasta que hace tres días su asistente me confirmó que Julián partirá para Canadá en unos días. Estoy tan ansiosa por verlo. Aún no le cuento a nadie lo que sucede entre nosotros. Se que será algo muy difícil. Aún recuerdo las acusaciones de Andrés hace un tiempo. « Dicen que te vieron en el evento de caridad discutiendo con ese sujeto Laura, no te atrevas a escucharlo , está mal visto, ¿ Que crees que pensaran de ti nuestros amigos? »« ¿ Que pensarán? No hacíamos nada malo Andrés, solo hablábamos y…»« Evans acaba de morir, un año no es suficiente, no lo olvides, no quiero que hablen de mi hermana como si fuera una mujer fácil que…» Lo abofeteé y eso bastó para distanciarnos un tiempo. Cada noche recuerdo sus acusaciones y mi mente empieza a dividirse entre los que quiero hacer y lo que los demás esperan que haga. …Estoy conversando con Michael y su esposa. Los niños juegan divertidos en la piscina mientras todos charlamos y tomamos
Abrí los ojos dándome cuenta de que son casi las 7 de la mañana. No sé a qué hora me dormí esperando a Julián, pero por lo visto nunca llegó. Su criada toca mi hombro con insistencia y mirándome con asombro y desconcierto me entrega un sobre. Me estiro levantándome de la acera sintiendo todo mi cuerpo adolorido, un fuerte dolor de cabeza retumba en mis oídos ni yo puedo creer que haya hecho algo como esto, pero mi corazón está entristecido porque no logré el objetivo que quería. —Gracias— digo tomándolo con ansiedad la miro con curiosidad y luego al sobre. — Eso es una carta señorita el señor la envió muy temprano para que Martin la llevara a su casa. Acaba de llegar el mensajero y me dijo desconcertado que había una mujer durmiendo en la acera. Supuse que era usted, de verdad disculpe por no haberla hecho pasar, pero temí que hacer algo como eso disgustara al señor . Ahora estoy avergonzada con usted— dice con gesto afectado. — No, no importa. No es su culpa, fue mi deci