Capítulo 128 - El primer encuentroAlejandro entró a la sala de neonatología con el corazón latiéndole con fuerza. La enfermera, con una sonrisa comprensiva, se acercó con el pequeño envuelto en una manta azul y lo tomó entre sus brazos con delicadeza.—Tome asiento, señor Ferrer —le dijo con voz suave—. Voy a darle a su hijo.Alejandro tragó en seco. Su mirada se posó en el diminuto rostro del bebé, que dormía plácidamente. Sus manos temblaron un poco cuando la enfermera le indicó cómo sostenerlo.—¿Cómo lo cargo? —preguntó con cierta torpeza, sintiendo un nudo en la garganta.—Es simple, ponga una mano debajo de su cabeza y la otra sosteniendo su cuerpo. Con cuidado, pero con confianza —respondió la enfermera con ternura.Alejandro hizo lo que le indicaban y, por primera vez en su vida, sostuvo entre sus brazos a su hijo. Sintió su calidez, la suavidad de su piel, la fragilidad de su pequeño cuerpo. Algo dentro de él se quebró en ese instante y una lágrima solitaria resbaló por su m
Capítulo 129 - Verdades ReveladasCamila ardía en fiebre. Su cuerpo temblaba y su mente divagaba en un mar de delirios. Entre susurros febriles, llamaba a Alejandro, a su madre... nombres entrecortados que escapaban de sus labios sin que ella misma fuera consciente.Adrien no se movía de su lado. La había estado cuidando sin descanso, atento a cada movimiento, a cada gemido de dolor que escapaba de ella. Con preocupación, tomó su teléfono y llamó a su amigo.—¿Qué has averiguado de Valeria? —preguntó con urgencia.Hubo un silencio del otro lado de la línea, y luego su amigo respondió con voz tensa:—Adrien, no sé cómo decirte esto, pero... esa mujer murió hace tiempo.Adrien sintió que la sangre se le helaba. Sus ojos se posaron en Camila, aún dormida, su respiración irregular.—¿Qué estás diciendo? Eso es imposible...—No hay registros recientes de ella. Al parecer, alguien está usurpando una identidad falsa. Deberías llamar a la policía.—¿Estás loco? —espetó Adrien—. No haré eso. E
Capítulo 130: Un gesto de cuidadoAdrien abrió la puerta y recibió la comida con una leve sonrisa. Agradeció al repartidor y cerró, dirigiéndose a la cocina. Con cuidado, buscó una bandeja y acomodó la comida en ella, asegurándose de que todo estuviera bien dispuesto antes de regresar a la habitación.Al entrar, vio a Camila incorporándose en la cama, con una expresión de agotamiento, pero también de gratitud. Sus ojos brillaban con un destello de sorpresa al ver la bandeja en las manos de Adrien.—Espero que te guste lo que encargué —dijo él con una sonrisa, acercándose a la cama.Camila miró la comida y sintió su estómago rugir. Se veía deliciosa. Sonrió levemente y levantó la vista hacia Adrien.—Se ve rico. Gracias. No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí —murmuró con sinceridad.Adrien la observó con ternura y negó con la cabeza.—No tienes que agradecerme nada. Todo lo hago porque me gustas —confesó con suavidad—, y no quiero que me veas como si me estuviera aprovechando
Capítulo 131: Decisiones irrevocablesHabía pasado un mes desde que Margaret dio a luz. Alejandro se encontraba en el cuarto de su hijo, observándolo mientras dormía plácidamente. Su pequeño Alejandro respiraba con suavidad, ajeno a la tormenta de emociones que su padre enfrentaba.De pronto, Margaret entró en la habitación en silencio y lo abrazó por detrás, apoyando la cabeza en su espalda. Alejandro cerró los ojos y suspiró, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros. Lentamente, se soltó del abrazo y dio un paso adelante, alejándose de ella.—Ha pasado un mes —dijo Margaret con voz dulce—, y me gustaría que hablemos de nuestra boda.Alejandro la miró por un instante y luego salió del cuarto de su hijo sin decir palabra. Cerró la puerta con cuidado y caminó hacia su habitación. Margaret lo siguió de inmediato, con el ceño fruncido.—Y bien —insistió—, ¿qué te parece si empezamos a organizar todo?Alejandro se giró para enfrentarla. Su mirada era fría y decidida.—Lo siento
Capítulo 132: En busca de CamilaAndrés salió de la mansión con una expresión seria en el rostro. Caminó con paso firme hasta su auto y, sin perder un segundo, encendió el motor y se dirigió al aeropuerto. Sabía que su primo Alejandro no tardaría en llegar, y aunque no compartían siempre la misma visión, en esta ocasión tenían un objetivo común: encontrar a Camila.El viaje hasta el aeropuerto fue silencioso. Andrés iba inmerso en sus pensamientos, repasando cada detalle de la situación. Sabía que Alejandro estaba al borde del colapso, y aunque lo disimulaba bien, su desesperación era evidente. Cuando finalmente llegó al aeropuerto privado, aparcó su auto y se dirigió hacia la pista de aterrizaje, donde un jet privado ya los esperaba. Miró su reloj. Alejandro no debía tardar.Pasaron unos minutos que parecieron eternos, hasta que un auto negro se detuvo frente a él. Alejandro bajó con la misma determinación en su mirada. Sus ojos estaban sombreados por la falta de sueño y la ansiedad,
Capítulo 133: Un nuevo comienzoHabía pasado un mes desde aquel fatídico día en que intentaron asesinar a Camila. Durante todo ese tiempo, Adrien se había esmerado en estar a su lado, en ganarse su confianza y demostrarle que podía ser el hombre que la cuidara y protegiera. Poco a poco, la cercanía entre ellos se volvió más fuerte, al punto de que Adrien estaba decidido a dar el siguiente paso: pedirle matrimonio.Camila se encontraba en su oficina, revisando algunos documentos cuando la voz de Adrien sonó a través del intercomunicador.—¿Puedes venir un momento, amor?La palabra "amor" hizo que Camila se quedara unos segundos en silencio. Desde que comenzaron su relación, Adrien la llamaba así con naturalidad, pero ella aún sentía un ligero conflicto interno. Suspiró, dejando los papeles a un lado, y respondió:—Sí, ya voy.Mientras se ponía de pie, su mente la llevó de regreso a aquella noche en el restaurante, cuando Adrien le pidió que fueran novios.FlashbackCamila y Adrien cena
Capítulo 134: Sombras del PasadoCamila caminaba por las calles iluminadas por las luces de la ciudad. La brisa nocturna acariciaba su rostro mientras su corazón latía con una mezcla de ansiedad y determinación. Había pasado un mes desde que su vida cambió drásticamente, desde que tomó la decisión de alejarse de Alejandro y empezar de nuevo. Sin embargo, a pesar de sus intentos por seguir adelante, su pasado la perseguía como una sombra implacable.Esa noche, Adrien la había llevado a un restaurante exclusivo, un lugar tranquilo y elegante con vistas panorámicas a la ciudad. Desde que se conoció con él, había sido un hombre paciente, cariñoso y comprensivo. Siempre estaba allí para ella, brindándole apoyo sin presionarla. Pero Camila sabía que su corazón aún no le pertenecía por completo.Se sentaron en una mesa junto a un ventanal. Adrien tomó su mano con suavidad y la miró con una intensidad que hizo que Camila sintiera un nudo en el estómago.—Camila, quiero hablar contigo sobre al
Capítulo 135: El reencuentro inesperadoEl avión aterrizó en Portugal tras un largo viaje. Alejandro bajó las escalerillas con el ceño fruncido, sintiendo la impaciencia retumbar en su pecho. Se giró hacia Andrés y preguntó con frialdad:—¿Por qué Camila vendría aquí?Andrés lo miró con una expresión tranquila, pero con un deje de satisfacción en los labios.—Porque yo se lo sugerí —contestó—. Era un buen lugar para empezar de nuevo.Alejandro sintió una punzada de molestia, pero antes de responder, Andrés agregó:—Tengo hambre, vayamos a comer.Alejandro suspiró pesadamente y asintió con un leve movimiento de cabeza. Ambos se dirigieron a un restaurante elegante en el centro de la ciudad. Un mesero los recibió y los condujo a una mesa junto a un amplio ventanal. Mientras miraban la carta, Alejandro tamborileó los dedos sobre la mesa, incapaz de ocultar su ansiedad.—Estás nervioso, ¿verdad? —comentó Andrés con una sonrisa ladina.—Sí, lo estoy —admitió Alejandro, apretando la mandíbu