“El sonido de la cobra nos alerta de que estamos cerca del peligro”

Noah, estaba triste con lo pasado y fue a visitar a su abuelo que había sido aseado y le hacían sus terapias:

—Vamos bien, señor Fadel, con el nuevo tratamiento veremos resultados.

Noah entró:

—Su nieto viene a verlo.

Los ojos del anciano se alegraron; sin embargo, al ver la tristeza en los ojos de su nieto se preocupó:

—Hola, abuelo, me dijeron que te llevarían a Israel para realizarte un nuevo tratamiento para ayudarte.

Saíd cerró los ojos.

—Abuelo, parece que no quieren que papá sea feliz… Salma, su novia es buena, perfecta y la quiero… Pero están lanzando rumores contra ella y le piden a mi padre que rompa el compromiso con ella.

Eso preocupó a Saíd.

—No quiero eso, papá tampoco… No sé por qué se meten con nosotros.

Movió un dedo y su nieto lo vio:

—Abuelo, ¿moviste tu dedo?

Él volvió a hacerlo y el chico sorprendido exclamó:

—¡Es genial! Papá tiene que saberlo.

Saíd parpadeó dos veces.

—¿Por qué no