Cap. 41 Acercamientos

“Como el sol se acerca al desierto y lo besa, así el hombre debe de acercarse a la mujer”

Salma quedó en silencio y entonces Zeink le preguntó:

—¿Te encuentras bien?

Ella asintió… Sentía vergüenza.

—No debes de sentirte mal, el que falló fue él, no tú.

—Yo quise a ese sujeto… Cuando me dijo que no me veía su familia como alguien digno, me enojé…

—Hay gente así.

—Es cierto—se limpiaba las lágrimas—hay gente que te hiere y te desea ver abajo, nunca podrán verme debajo de nuevo…

Zeink asintió y la dejó sola, se quedó recuperándose de todo lo vivido.

Cuando Zeink salió, Aisha lo interceptó y entonces le comentó:

—Parece que te encontraste con una ladrona en tu camino, Zeink, cada vez vas de mal en peor.

—Es cierto, Salma robó algo… Algo valioso—vio su diversión—Robó mi corazón.

Ella se quedó perpleja, no podía creerlo, esa mujer le gustaba.

Entonces vio la puerta y se decidió entrar y entonces vio a la joven cabizbaja, su cabello era como el de esa mujer