El día no parecía que sería mejor que el anterior, llovía a cantaros y era difícil salir sin empaparse hasta el alma, aún con paraguas o impermeables incluidos.Alexein estaba en su habitación, cambiandose y preparándose para el día de los demonios que se les vendría encima. Su habitual traje negro ceñido a su figura y perfectamente planchado, ya se encontraba sobre su cuerpo.Justo cuando tomaba su billetera y celurar, dos toques en su puerta lo desviaron de su cometido.Se acercó de inmediato a abrirla, sólo para encontrarse a una hermosa Dafne en pijama, que definitivamente debería estar prohibida.Era sexy y corto, dejando al descubierto sus sensuales y bien formadas piernas, tenía el cabello alborotado, el rostro somnoliento y unos chupetes en su cuello que le provocaron dolor en su corazón, sabiendo el motivo de tales marcas.- ¿Qué pasa?.- Preguntó desviando la atención, pues sentía que se estaba ahogando.Dafne bostezo antes de responder.- No iremos a la empresa, el tiempo es
El mal tiempo no menguaba ni un poco, la lluvia seguía cayendo sin detenerse y los niños seguian sin ir a estudiar y los jefes estaban trabajando desde casa.Aura se quedó en su casa el resto de la semana, ya que Dafne había ordenado a todo el personal no salir, a menos que fuese estrictamente necesario, pues las calles estaban inundadas y muchas personas habían sido arrastradas por la corriente, varios postes de tendido eléctrico habían colapsado, complicando la situación. Observó como había quedado acomodada la ropa nueva que la rubia había enviado para ambas, como también los nuevos juguetes de Berenice. Era una excelente mujer, no cabía duda. Se alegraba de que Daniel tuviera tan magnífica pareja.- ¿Te quedarás aquí?.- Aura preguntó a la niña, quien armaba un castillo de princesas que Dafne había enviado.- Si mami.- La niña afirmó lo que ella ya presentía. - Bien. Si quieres algo buscame en mi habitación. Berenice asintió sin ver a su madre, concentrada en su tarea, por lo qu
Después de casi dos semanas, la lluvia por fin había cesado, sólo quedaba un aire frío y unas pocas nubes ocultando los tímidos rayos de sol que comenzaban a querer hacer acto de presencia. Alexein se preparaba para salir, pues ese día todo regresaba a la mayor normalidad posible, pues las clases de los niños aún seguían suspendidas, por lo que irían directamente a la empresa.Miró su camisa azul marino en el espejo, observando detenidamente la mancha que se encontraba justo bajo su clavícula, sacándole una mueca de insatisfacción. Odiaba la suciedad.Se la quitó de inmediato y tomó otra del guardarropa. Justo cuando estaba a punto de ponersela, dos toques en su puerta le hicieron para su labor.Fruncio el ceño, puesto que Dafne era la más recurrente en su habitación y nunca tocaba y Daniel que ya había aprendido de su esposa y de Casandra, por lo que no sabía quién podría ser, pues las de limpieza aún no pasaban. - Adelante.- No le puso importancia, y sólo deslizó la camisa por sus
Aura salió de la habitación de Alexein con un nudo en la garganta, sintiendo un ahogamiento que desde hacía mucho tiempo atrás no le acosaba.Su mente reproducía una y otra vez los golpes de su padre y de Fernando y al ver a Alexein de aquella forma... Realmente creyó que la lastimaria, más sin embargo... Cuándo sus brazos le rodearon fue como si por fin hubiese encontrado calma y seguridad. Hacía mucho que no sentía aquella sensación de que todo estaba bien.Bajó las escaleras casi corriendo, mientras limpiaba sus ojos y su rostro, tratando de que su voz no sonara rota por el llanto. Y entró en la cocina, dónde Berenice y Rafael ya comían su desayuno, mientras Dafne y Daniel esperaban a Alexein. - Bajará en un momento.- Aura informó en voz baja y la cabeza gacha, agradeciendo que su voz sonara normal.- Gracias Aura. Puedes tomar asiento y comer tu también.- Dafne le sonrió amable, mientras señalaba una de las sillas vacías. Aura asintió y tomó lugar en la silla indicada. Casandra
- Aura, ten.- Casandra le extendió un sobre.- Gracias.- Aura le sonrió a la mujer.- Te buscaré en unos minutos para que vayamos al centro de la ciudad a buscar tus cosas. No tardaré demasiado así que ve a cambiarte.- Casandra le devolvió la sonrisa antes de darse la vuelta y marcharse.Como si nada ya habían pasado tres meses desde que había abandonado España. Tres meses en los cuáles había podido dormir tranquila, sin miedo. Tres meses en los que su cuerpo se había recuperado por completo y en los que no habían aparecido nuevos moretones. Era fin de mes y Aura cobraba su salario. Estaba muy feliz, pues era bastante bueno y no tenía que depender de nadie. Además, cómo todos los gastos corrieron por cuenta de Dafne durante los primeros tres meses, había logrado reunir dinero suficiente para salir a comprar los materiales que necesitaba para poder comenzar con el diseño de joyas nuevamente. Esta vez no se daría por vencida.Aura salió de la casa principal por la puerta de la cocina
- Tía... Aquel día iba a preguntarte y espero no ser imprudente, pero, ¿A qué fiesta se refería la señora?.- Aura preguntó curiosa, mientras paseaba a Ariana por el jardín en su pequeña bicicleta.Eran casi las cuatro de la tarde, por lo que Dafne y Daniel no tardarían en volver. Aura había decidido salir al jardín a espabilar un rato, aprovechando que Berenice y Rafael ya habían terminado las tareas y jugaban alegremente con pequeños cubos de lego en la fuente que se encontraba justo frente a ellas.- ¡Oh!.- Casandra, que miraba unas rosas desvió su atención de inmediato.- Se refería al señor Lamprou y a Martha, la abuela de Daniel.Aquella distracción le costó un pinchazo en el dedo con una espina, por lo que no pudo ver el rostro desencajado de la joven.- El señor Lamprou se fue por un año de vacaciones a las islas del Caribe y si no me equivoco, vendrá dentro de dos meses, justo para el lanzamiento de la nueva colección de la empresa. ¡Sólo no se te ocurra decirle algo a Dafne!,
- ¿Has conseguido averiguar algo?.- Daniel preguntó, mientras veía a su esposa e hijos jugar en la piscina.- No mucho. Sólo que por lo visto ha huido de su casa y no quiere que su esposo la encuentre.- Alexein respondió con seriedad, sin revelar detalles.- Perdóname. Sé que para ti está siendo dificil tener que ocultarle cosas a Dafne.- El ojiazul lo miró de soslayo.- Yo... Yo me siento la peor persona del mundo, pero no puedo sólo contar mi parte de la historia. No quiero que quede como la mala del cuento sin siquiera tener la oportunidad de defenderse. Alexein asintió. Comprendía a Daniel.Y es que él sabía lo rencorosa que era Dafne y si se enteraba que Aura era quien había hecho tanto daño a Daniel, seguramente la odiaria y eso no podía permitirlo.No cuando por lo visto aquella chica había sufrido el doble el haber pronunciado aquellas crueles palabras. - Verás que podrán aclararse las cosas.- Alexein puso su mano sobre el hombro de Daniel.- No sé que habrá pasado exactamente
Aura miraba todo con curiosidad, asombro, pero más que todo con alegría. Por fin había logrado terminar aquel relicario.Había trabajado en él durante los fines de semana y por las noches, tratando de acabarlo en dos meses. Ese sería su regalo para Alexein, sólo esperaba que le gustara.Flashback- ¿Para qué quieres entrar a esa tienda tía?, Sólo venden cosas para hombres.- Preguntó Aura intrigada.- Dentro de dos meses exactos es el cumpleaños de Alexein y como no sé si podré salir nuevamente como hoy, se lo compraré ahora.- Ambas ingresaron al lugar.Aura miró a Casandra sorprendida, pues no tenía ni la más mínima idea de que ya pronto sería el cumpleaños del ojigris.- Dafne siempre hace algo especial para su cumpleaños, aunque él casi nunca está de acuerdo. Alexein tuvo una vida un poco difícil y su cumpleaños no es algo que le agrade celebrar, más sin embargo, siempre procuramos recordarle lo importante que es para nosotros.- Casandra le explicó brevemente mientras miraba unos r