Después de casi dos semanas, la lluvia por fin había cesado, sólo quedaba un aire frío y unas pocas nubes ocultando los tímidos rayos de sol que comenzaban a querer hacer acto de presencia. Alexein se preparaba para salir, pues ese día todo regresaba a la mayor normalidad posible, pues las clases de los niños aún seguían suspendidas, por lo que irían directamente a la empresa.Miró su camisa azul marino en el espejo, observando detenidamente la mancha que se encontraba justo bajo su clavícula, sacándole una mueca de insatisfacción. Odiaba la suciedad.Se la quitó de inmediato y tomó otra del guardarropa. Justo cuando estaba a punto de ponersela, dos toques en su puerta le hicieron para su labor.Fruncio el ceño, puesto que Dafne era la más recurrente en su habitación y nunca tocaba y Daniel que ya había aprendido de su esposa y de Casandra, por lo que no sabía quién podría ser, pues las de limpieza aún no pasaban. - Adelante.- No le puso importancia, y sólo deslizó la camisa por sus
Aura salió de la habitación de Alexein con un nudo en la garganta, sintiendo un ahogamiento que desde hacía mucho tiempo atrás no le acosaba.Su mente reproducía una y otra vez los golpes de su padre y de Fernando y al ver a Alexein de aquella forma... Realmente creyó que la lastimaria, más sin embargo... Cuándo sus brazos le rodearon fue como si por fin hubiese encontrado calma y seguridad. Hacía mucho que no sentía aquella sensación de que todo estaba bien.Bajó las escaleras casi corriendo, mientras limpiaba sus ojos y su rostro, tratando de que su voz no sonara rota por el llanto. Y entró en la cocina, dónde Berenice y Rafael ya comían su desayuno, mientras Dafne y Daniel esperaban a Alexein. - Bajará en un momento.- Aura informó en voz baja y la cabeza gacha, agradeciendo que su voz sonara normal.- Gracias Aura. Puedes tomar asiento y comer tu también.- Dafne le sonrió amable, mientras señalaba una de las sillas vacías. Aura asintió y tomó lugar en la silla indicada. Casandra
- Aura, ten.- Casandra le extendió un sobre.- Gracias.- Aura le sonrió a la mujer.- Te buscaré en unos minutos para que vayamos al centro de la ciudad a buscar tus cosas. No tardaré demasiado así que ve a cambiarte.- Casandra le devolvió la sonrisa antes de darse la vuelta y marcharse.Como si nada ya habían pasado tres meses desde que había abandonado España. Tres meses en los cuáles había podido dormir tranquila, sin miedo. Tres meses en los que su cuerpo se había recuperado por completo y en los que no habían aparecido nuevos moretones. Era fin de mes y Aura cobraba su salario. Estaba muy feliz, pues era bastante bueno y no tenía que depender de nadie. Además, cómo todos los gastos corrieron por cuenta de Dafne durante los primeros tres meses, había logrado reunir dinero suficiente para salir a comprar los materiales que necesitaba para poder comenzar con el diseño de joyas nuevamente. Esta vez no se daría por vencida.Aura salió de la casa principal por la puerta de la cocina
- Tía... Aquel día iba a preguntarte y espero no ser imprudente, pero, ¿A qué fiesta se refería la señora?.- Aura preguntó curiosa, mientras paseaba a Ariana por el jardín en su pequeña bicicleta.Eran casi las cuatro de la tarde, por lo que Dafne y Daniel no tardarían en volver. Aura había decidido salir al jardín a espabilar un rato, aprovechando que Berenice y Rafael ya habían terminado las tareas y jugaban alegremente con pequeños cubos de lego en la fuente que se encontraba justo frente a ellas.- ¡Oh!.- Casandra, que miraba unas rosas desvió su atención de inmediato.- Se refería al señor Lamprou y a Martha, la abuela de Daniel.Aquella distracción le costó un pinchazo en el dedo con una espina, por lo que no pudo ver el rostro desencajado de la joven.- El señor Lamprou se fue por un año de vacaciones a las islas del Caribe y si no me equivoco, vendrá dentro de dos meses, justo para el lanzamiento de la nueva colección de la empresa. ¡Sólo no se te ocurra decirle algo a Dafne!,
- ¿Has conseguido averiguar algo?.- Daniel preguntó, mientras veía a su esposa e hijos jugar en la piscina.- No mucho. Sólo que por lo visto ha huido de su casa y no quiere que su esposo la encuentre.- Alexein respondió con seriedad, sin revelar detalles.- Perdóname. Sé que para ti está siendo dificil tener que ocultarle cosas a Dafne.- El ojiazul lo miró de soslayo.- Yo... Yo me siento la peor persona del mundo, pero no puedo sólo contar mi parte de la historia. No quiero que quede como la mala del cuento sin siquiera tener la oportunidad de defenderse. Alexein asintió. Comprendía a Daniel.Y es que él sabía lo rencorosa que era Dafne y si se enteraba que Aura era quien había hecho tanto daño a Daniel, seguramente la odiaria y eso no podía permitirlo.No cuando por lo visto aquella chica había sufrido el doble el haber pronunciado aquellas crueles palabras. - Verás que podrán aclararse las cosas.- Alexein puso su mano sobre el hombro de Daniel.- No sé que habrá pasado exactamente
Aura miraba todo con curiosidad, asombro, pero más que todo con alegría. Por fin había logrado terminar aquel relicario.Había trabajado en él durante los fines de semana y por las noches, tratando de acabarlo en dos meses. Ese sería su regalo para Alexein, sólo esperaba que le gustara.Flashback- ¿Para qué quieres entrar a esa tienda tía?, Sólo venden cosas para hombres.- Preguntó Aura intrigada.- Dentro de dos meses exactos es el cumpleaños de Alexein y como no sé si podré salir nuevamente como hoy, se lo compraré ahora.- Ambas ingresaron al lugar.Aura miró a Casandra sorprendida, pues no tenía ni la más mínima idea de que ya pronto sería el cumpleaños del ojigris.- Dafne siempre hace algo especial para su cumpleaños, aunque él casi nunca está de acuerdo. Alexein tuvo una vida un poco difícil y su cumpleaños no es algo que le agrade celebrar, más sin embargo, siempre procuramos recordarle lo importante que es para nosotros.- Casandra le explicó brevemente mientras miraba unos r
- ¿Qué haces pequeña?.- Alexein preguntó curioso.- Espero a Rafael. Dijo que me enseñará a andar en bicicleta.- Berenice respondió emocionada.- ¿Puedo sentarme aquí?.- El ojigris preguntó dudoso, pues aunque ya había logrado que la niña ya no le tuviese miedo, esta aún mostraba desconfianza.La pequeña simplemente se limitó a asentir, mientras se movía más a la esquina de la banca de madera en la que se encontraba sentada, para darle espacio al hombre.Alexein tomó asiento y se quedó junto a ella en silencio.Había tratado de acercarse a la pequeña con cautela, tratando de obtener información sobre el pasado de la castaña, pero la niña era mucho más inteligente de lo que parecía y había sospechado de sus intenciones, eso aunado a que sentía hacia él cierto rencor por lo del aeropuerto.Además, no dudó en atar cabos y a sospechar que él había provocado que su madre llorara días atrás, por lo que lo poco que había conseguido acercarse, se vió en peligro, pues no dudó en mostrar su des
- ¡Convoca a una reunión con las altas gerencias en este mismo instante!. Ahora sabran que con Dafne Lamprou nadie juega y mucho menos permito que me vean la cara de imbécil.- La rubia se puso en pie furiosa, decidida a hacer pagar el precio a todos los involucrados. - Enseguida señora Lamprou.- La secretaria asintió de inmediato, antes de salir espantada para evitar que la rubia descargara en ella su ira.Al cerrarse la puerta, tanto Daniel como Alexein miraron a la mujer que parecía toro embravecido. Sus ojos verdes lanzaban chispas de furia y su rostro estaba contraído en cólera. - No sabemos exactamente de dónde viene la información. Simplemente dejaron esa nota en la oficina, pero puede ser cierto. De hecho, eso explicaría el por qué el área de diseño en joyería está estancada.- Daniel se puso en pie, no menos furioso que su esposa, pero sí un poco más en control. - Si realmente alguien de diseño ha estado plagiando el trabajo de alguien más, estaremos en serios problemas como