Aura sentía algo amargo reptar por su garganta, pero aunque lo agrio de aquellos recuerdos le estaba ofuscando la mente, sentía que por primera vez la carga sobre sus hombros se volvía un poco menos pesada.- Nunca pude reunir pruebas suficientes para demostrar que papá había matado a mamá y la abuela.- Aura siguió su relato sin mirar a Alexein.- Tampoco pude encontrar la forma de demostrar que Fernando hacía cosas ilegales. Intenté escapar muchas veces, pero siempre me atrapaban y el castigo....Aura cerró sus ojos con fuerza, mientras con las palmas de sus manos cubría su rostro.- Golpes, insultos, violaciones de todo tipo... Estuve más tiempo hospitalizada que en aquel horrible lugar.- Su voz se rompió.- Tuve que hacer cosas que jamás se me cruzaron por la cabeza para salir de ahí. Alexein apretó las manos lleno de ira. Quería ir a buscar a ese poco hombre y estamparle un buen puñetazo en la cara y en cualquier parte del cuerpo que tuviera la oportunidad. - Al principio no dudaba
La brisa marina y el aire cargado de sal y coco inundaban las fosas nasales del mayor.Todo era hermoso, pero tarde o temprano tenía que terminar y aquella dulce calma ya había llegado a su fin.- Señor, ¿Quiere que llame a la señorita Lamprou para que lo reciba en el aeropuerto?.- Un hombre vestido de negro y de adusto porte preguntó respetuosamente. - No. No es necesario.- El mayor respondió.- Mi nieta debe estar volviéndose loca en este con el lanzamiento de la nueva colección encima, su agenda seguramente debe estar más que apretada.- Señor, respecto a eso... Creo que va a interesarle lo que he averiguado.- El más joven habló vacilante, pero no dispuesto a seguir ocultando información a su jefe.- Habla Enzio.- El hombre se giró hacia el mencionado, mirándolo fijamente.Enzio tragó grueso cuando los ojos verdes olivo con motas amarillas se posaron en el, sintiendose como un niño travieso a punto de recibir una reprimenda.- Los ex suegros de la señorita volvieron a causar proble
Un enorme edificio lleno de apartamentos de lujo la recibió con los brazos abiertos.Arrugo la nariz con asco y desdén, pues bien sabía ella como su madre, una simple prostituta de casino había logrado llegar ahí. Sintió repulsión de sólo imaginarse a que viejo seguramente obeso y alcohólico había tenido que seducir para poder tener la vida de lujos que tanto ambiciaba. Aunque viéndolo bien, tenía mucho más dinero que su anterior amante.Suspiró cansada y aún con aquella mueca en su rostro, avanzó hacia la entrada del lugar.- Señorita, esta es una residencia privada, necesita identificarse para poder pasar.- Un guardia la detuvo antes de que sus pies pudieran ingresar al lugar.- Mi nombre es Aurora Miranda. Soy hija de la señora Martha Miranda, del apartamento 108.- Aurora respondió aburrida, mientras entregaba su tarjeta de identificación.El guardia tomó la tarjeta y después de registrarla se la regresó.- Bienvenida señorita Miranda. Que tenga un buen día.- El hombre dijo con una
La imponente mansión se alzaba poderosa en aquel enorme terreno. La enorme reja que la rodeaba y los árboles que la adornaban, le daban un aire majestuoso e inalcanzable para un simple mortal.Aurora respiró hondo, sintiendo los nervios, el miedo y la sed de venganza haciendo trizas su interior.Tenía que sacar a Aura del juego y Fernando de la Rosa era el unico que tenía la capacidad para poder quitar aquella piedra que tanto molestaba en su zapato.Apenas se acercó a la reja, un hombre corpulento, vestido de negro, se acercó con paso firme hacia ella, como quién ve a una insignificante hormiga queriendo llevar a cuestas un suculento pastel.- ¿Qué busca?.- El hombre preguntó con voz ronca y dura.- Aurora Mirqnda. Necesito ver a Fernando. Tengo información que puede interesarle.- Aurora sonrió con suficiencia, escondiendo tras aquella máscara los nervios que la invadian.El hombre la miró de arriba a abajo, tomó el pequeño radio en su cintura y llamó a la casa. Apenas habían pasado
Aura miró a Alexein con una sonrisa, mientras este se despedía de Berenice y Rafael en la puerta del colegio.Se preguntó si de padre él sería igual de cariñoso y protector.Negó de inmediato.Debía sacarse esos pensamientos de la cabeza fuera cómo fuera porque no le hacían ningún bien.Llevaba días meditandolo y ya no podía seguir negandolo más: Alexein le gustaba y no cómo amigo, sino cómo hombre.Varias veces se había imaginado que se sentiría que él la besase cuándo sin darse cuenta, el ojigris mordia sus labios.Muchas noches se había quedado en vela, prendada de su sonrisa, recordando cada uno de sus gestos, especialmente cuándo recuerdos para nada agradables asaltaban su memoria.Dafne, Casandra, Daniel... Todos tenían razón, pero... Pero sabía que no podía hacerse ilusiones.Ella jamás sería digna de Alexein y mucho menos podría darle todo lo que merecía... Ella ya no tenía nada bueno que ofrecerle, más que sólo un corazón roto y el miedo voraz que la consumía.Llegaron a la e
- ¡Esto es magnífico!.- Dafne exclamó emocionada, mientras veía la colección terminada.- Hice varios de un sólo prototipo, puesto que no existe el mismo valor entre un diamante y un cristal, por lo que usar sólo las piedras preciosas más caras y raras del mercado podrían convertir la joya en algo inaccesible para personas con recursos un poco más modestos. De esta forma aunque los materiales varían, es el mismo diseño y puede ser accesible para cualquiera que le guste.Aura explicó nerviosa, mientras mostraba aquellas piezas llamativas y bien elaboradas, pero que era posible replicarlas en otros materiales y así variar la oferta, esperando una reprimenda de Dafne, pero por el contrario, esta le sonrió orgullosa.- Eso nos abriría las puertas en el mercado de par en par y seríamos conocidos por nuestra calidad, pero también por ofrecer productos que se adaptan al bolsillo de cualquiera, lo que no limitaría nuestro alcance en ninguna parte.- Me gusta te enfoque.- Dafne asintió complac
El avión aterrizó sin ningún inconveniente.Un hombre mayor de porte elegante, vestido de manera pulcra y casual se puso en pie, listo para bajar.Los lentes oscuros que cubrían sus ojos, evitaba que los rayos del sol lo lastimara.Bastian Lamprou miró todo con detenimiento. Extrañaba a su familia, especialmente a Dafne, su nieta, pero hubiese deseado quedarse en aquel paraíso para siempre y no volver a aquel lugar que sólo le recordaba su miseria.- ¡Señor!. Todo está listo.- Uno de los guardaespaldas informó, mientras el mayor retiraba sus lentes oscuros y suspiraba.- Gracias Demeter. Vamos.- El mayor, avanzó con paso seguro hacia el auto de lujo que ya lo esperaba.El trayecto fue silencioso. Miraba todo con creciente inquietud y alegría. Estaba ansioso por ver a su nieta y darle un abrazo lleno de ánimo y apoyo antes del lanzamiento de la nueva colección.Sabía que había estado estresada debido al sabotaje de la familia de su difunto marido y quería demostrarle que no estaba sola
Eran las siete de la noche y todo gritaba lujo y esplendor en toda la mansión. Fernando de la Rosa había lanzado la casa por la ventana, y más allá de un recibimiento cálido, era también la oportunidad perfecta para derrochar dinero a lo grande y presumir de su vasta riqueza. Quería demostrar a los Ferrer por que él era su mejor opción como socio. Era un experto en negocios y había construido su imperio desde cero. Era inteligentemente frío y calculador. Un tigre sin escrúpulos en los negocios y en cualquier ámbito de la vida, todo un prodigio de los números y el análisis. Llevaba años intentando conectar con aquella rica y poderosa familia y por fin lo había conseguido. Una hermosa mujer se encontraba en una enorme habitación color rosa, con una cama tamaño king, una cama estilo cuna, y un enorme guardarropa que cubría una de las paredes. También había un enorme tocador, una enorme puerta caoba que daba a un baño muy grande, una zapatera y un depósito de juguetes.La habitación ten